Marcelo R. Ceberio y Franco Rodriguez Ceberio ¹
Algunos artistas de vanguardia y del arte contemporáneo perturban de manera crítica a través de sus obras a los valores del sistema del arte empleando fundamentalmente la práctica de la acción y la estrategia del anonimato. En este sentido, se reflexiona la relación entre el anonimato de un artista y su crítica a la política, a las pautas sociales, a creencias y valores socioculturales, a los privilegios clasistas, entre otros. Para abordar estos asuntos se tomará como referencias los gestos anti arte de los artistas de vanguardia Marcel Duchamp, el anonimato del artista callejero Banksy y el activismo feminista de las Guerrilla Girls, un grupo artistico de mujeres que mantienen un anonimato bajo máscaras de gorilas.
Arte y perturbación social
«El arte es mucho más profundo y escapa a banalidades cuando va de la mano de los problemas de la vida», afirma Bruno Munari (1972). Sobre esta filosofía del arte, los artistas Banksy y Guerrilla Girls tomaron estas problemáticas sociales y utilizando el anonimato como herramienta, expusieron y obligaron al público a enfrentar sus críticas a lo social, político, arte, etc.
A mediados y finales de los ochenta se dio a conocer a dos artistas, Banksy y Guerrilla Girls, que comparten la misma particularidad del anonimato y la crítica al sistema. Desarrollan su arte en las calles de distintas ciudades del mundo y tienen como objetivo generar un impacto en la sociedad. Por un lado, Banksy, proveniente de Reino Unido, tiene una ideología anti sistema y estructura sus obras en distintos lugares urbanos, fuera de la institución del arte, en donde pretende transmitir su mensaje de protesta por medio del grafiti, técnica que utiliza para construir su obra rápidamente. Esta rapidez le ayuda a evitar a la policía ya que sus actos son clandestinos e ilegales.
¿Es el anonimato una estrategia efectiva para expresar una crítica a los valores del sistema artístico, político y social? ¿Cuál es el impacto que causa el ser anónimo? ¿El anonimato y la expresión artística son dos formas que se conjugan y se sinergizan? ¿Hay que dar la cara?
De estos tres artistas surge la pregunta ¿Es el anonimato una estrategia efectiva para expresar una crítica a los valores del sistema artístico, político y social? ¿Cuál es el impacto que causa el ser anónimo? ¿El anonimato y la expresión artística son dos formas que se conjugan y se sinergizan? ¿Hay que dar la cara? Son muchas más las preguntas del por qué y para qué ser anónimos en la expresión-perturbación social. Muchos podrían decir que el ocultar la identidad es una forma de no asumir responsabilidad de los actos. Pero la transgresión mediante grafitis y expresiones en la vía pública, ¿no crea mayor efecto si se le agrega el componente del anonimato? De hecho, este artículo es uno de los resultados.
Los seres humanos somos curiosos por naturaleza y, sin duda, roba la mirada lo anónimo, lo que no se ve, lo que incita a descubrir. Podríamos afirmar que esta estrategia es el vehículo que llama la atención, es el puente para ver el resultado: la obra. Lo oculto crea atracción, más una identidad que no se ve, pero que es expresada mediante la obra. Claro que, si la obra no posee sustancia y contundencia, poco vale una identidad oculta.
El contexto produce este tipo de emergentes. Si, emergentes, denunciantes que surgen del sistema social y que tienen la secreta misión de ser estocásticos para generar cambios. Aparentemente son cambios revolucionarios (un cambio por revolución) sin embargo, son cambios evolutivos que salen a flote en momentos determinados y catapultados por el contexto social, político, económico, cultural y utilizan múltiples vías de acciones, en este caso el arte y el vehículo del anonimato.
Duchamp utiliza el anonimato, no tanto en su persona sino en el objeto a trabajar, y el seudónimo lo maneja para romper con su presencia y burlarse del sistema. Banksy, se vale del anonimato para transgredir la ley sin tener consecuencias, pero sí efectos, transmite un mensaje crítico y provoca la reflexión del público, usa su seudónimo para crear una identidad fuera de lo físico para que lo ayude a transmitir un mensaje. Y para Guerrilla Girls el anonimato es una herramienta que deja su mensaje claro y a salvo de los prejuicios de la sociedad hacia las mujeres, utilizando como seudónimos nombres de artistas femeninas ya fallecidas que no tuvieron su merecido reconocimiento.
Duchamps y el Readymade
El artista Marcel Duchamp inventó en 1914 las obras conocidas como Readymade, los cuales eran objetos fabricados en serie, por lo tanto, sus creadores eran obreros anónimos, y sacados de su contexto original. Mediante el gesto de apropiación, Duchamp interpreta estos objetos de una manera artística, los selecciona como obra de arte, arrancándolos de su contexto original y llevándolos a museos, donde los firma de múltiples maneras, con seudónimos, con su firma original o realizando la firma en un lugar poco convencional. Esta maniobra la utilizó como burla al sistema, transmitiendo su crítica al arte burgués, su teoría del artista genio y su forma de darle más importancia a la firma que a la obra.
Un artista podía sacar de su contexto un objeto industrializado, ponerle una firma, exponerlo en un museo y a ese acto se lo valoraba, en cambio, el valor del Readymade, recae en lo que la obra es capaz de generar. Su crítica estaba en el acto, no en la obra, por lo tanto, Duchamp plantea que “un artista no es un hacedor, sus obras no son hechuras, sino actos”. Por eso es considerado un artista conceptual. Sus gestos se relacionan con la vanguardia dadaísta, vanguardia que apoya la irracionalidad y rechaza las normas de arte vigentes, e intenta buscar la destrucción del sistema. Sus obras, sus actos, buscaban la crítica y apuntaban a la destrucción más que a la belleza, no estaban interesados en pertenecer y en formarse como una influencia, querían destruir eso que estaba establecido, por tal razón, el dadaísmo nació con el fin de autodestruirse.
Yo destruyo los cajones del cerebro y los de la organización social: desmoralizar por doquier y arrojar la mano del cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda fecunda de un circo universal en las potencias reales y en la fantasía individual. (Tzara, 1918, p.3). En la misma línea, los Readymades de Duchamp no buscaban un deleite estético, se basaban en una reacción de indiferencia visual, un gusto neutro, ni bueno ni malo, para así desorientar al espectador utilizando, al igual que el Dadá, la ironía y la burla hacia el público. Todo lo planteado anteriormente, se puede ejemplificar con una de sus primeras obras titulada La Fuente (1917), un urinario acostado firmado con su seudónimo: R. Mutt.
Banksy y el graffiti
Banksy, por su parte, rompe los sentidos del espectador callejero, mediante sus graffitis que denuncian al propio sistema. Pone en jaque los problemas de la pobreza, la desigualdad social, el consumismo desenfrenado y los efectos del capitalismo. Observando su obra finalizada y teniendo en cuenta el contexto en el cual se encuentra, se puede ver que sus decisiones no son aleatorias al ambiente, sino claramente premeditadas. Sus obras expresan ideas y valores antagónicos con el sistema, por tal razón es importante el entorno donde se estructura. El contexto, como señala Gregory Bateson, le otorga significado a las acciones. Si a la obra se la saca de contexto pierde su efectividad crítica, ya que generalmente está expuesta en un lugar estratégico para que el mensaje llegue al público específico.
Al exponer sus obras en la calle no está dentro del sistema del arte, sus obras no se encuentran dentro de una institución, un atelier, o un espacio para la muestra. Al realizar los graffitis durante la noche, para no ser visto por la policía, transgrede la ley, de hecho una de las primeras exposiciones que hizo Banksy, dentro de lo se consideraba establecido, llevaba el nombre de Casi Legal. Estos actos ilegales realizados por el artista se pueden relacionar con las veladas dadaístas que eran realizadas en el exterior en momentos nocturnos y, al traspasar los límites aceptados por la sociedad, generalmente terminaban con la aparición de la policía. Por esta razón, para realizar estos actos, Banksy utiliza el anonimato, pero no totalmente, ya que en el documental Exit Through the Gift Shop al artista se lo ve, se pone delante de una cámara, pero no muestra ni su cara ni su voz real. Muestra sus procedimientos y sus acciones, y con esto presenta su identidad y su forma de actuar. Por lo tanto, conocemos a la persona y a sus ideas, pero no su físico, y es ahí donde recae su anonimato. Esta herramienta lo ayuda a completar su mensaje, donde son tan importantes los medios como el fin.
Su crítica al sistema queda explícita en el accionar del artista en la subasta del año 2018, donde vendió su obra Girl with Balloon por una suma de US$1,3 millones, que en el proceso de entregada al nuevo dueño se autodestruye mediante un sistema de trituración que el artista instaló, completando así su acto vanguardista. Este gesto destructivo le da mayor valor a la obra y así expone cómo el sistema avala lo mismo que censura, lo que es ilegal en la vía pública, en el museo es valioso.
Guerrilla Girls y las máscaras
Por último, se encuentran las Guerrilla Girls, un colectivo feminista y anti-racial de artistas mujeres que busca dar cuenta de la hegemonía machista y la objetivación de los cuerpos femeninos en la institución arte, donde las mujeres solo aparecían como musas inspiradoras, objetos de deseo del hombre y no como artistas. Este mensaje lo transmiten a partir de carteles, postales, intervenciones y protestas en la vía pública principalmente, pero con el aumento de su popularidad, estas acciones se trasladaron al museo. Utilizan el anonimato para que el foco esté en el mensaje que quieren transmitir, ocultándose detrás de unas máscaras de gorilas. El anonimato permite que no se atribuya su lucha a algo superficial y ajeno, como es el aspecto físico, y les otorga además un don, el de la ubicuidad: pueden ser cualquiera y están por todas partes, como describe la Revista Esquire y cuestiona Guerrilla Girls, ¿podría estar Banksy detrás de una máscara de gorila?
Históricamente, el ser mujer y querer ser parte del campo del arte era muy difícil, y en la actualidad lo sigue siendo, por eso hacer estas críticas y protestas de manera anónima, ayudaba a que se concentraran, no tanto en lo personal, sino en la dimensión de la lucha feminista en el campo del arte en concreto. A las mujeres no se les permitía el acceso a las academias, no se las reconocía, aprendían por su cuenta o con un maestro en su taller. Aunque en el siglo XVI hubo algunas artistas mujeres, como Lucrina Fetti, Fede Galizia, Marietta Robusti, entre otras, era algo muy difícil de alcanzar, situación que empieza a cambiar en el siglo XX con el feminismo de los setenta.
La Guerrilla quieren demostrar que son mujeres y que sobre todo son artistas, que tienen por objetivo romper con la imagen de mujer como objeto de deseo en la pintura. En este mismo sentido, y relacionándolo con Duchamp, podemos agregar que estas artistas utilizan seudónimos, que son nombres de artistas mujeres que no tuvieron el reconocimiento que les correspondía. Los tres referentes, a través del anonimato, logran el gran proyecto de las vanguardias: la relación entre arte y sociedad, logrando integrar el arte a la vida. Duchamp, utilizando productos prefabricados anónimos y críticos a la institución, y Banksy, al igual que Guerrilla, usando las calles de la ciudad para hacer declaraciones contra el sistema.
Arte, anonimato y genios ácidos
Tanto Duchamp, Banksy y las Guerrilla Girls, son una invitación a la reflexión mediante la provocación. Son mensajes de alto impacto valiéndose, mediante el arte, del humor, el sarcasmo, ironía y utilizando seudónimos como estrategia para mantener oculta la identidad, y así ser anónimos al sistema. Pero estos tres artistas utilizan el anonimato y los seudónimos de manera diferente. Duchamp no lo centra tanto en su persona, sino en el objeto a trabajar y el seudónimo lo utiliza para romper con su presencialidad y burlarse del sistema. Por otra parte, Banksy, se vale del anonimato para transgredir la ley sin tener consecuencias, pero sí efectos, transmitiendo un mensaje crítico y haciendo reflexionar provocatoriamente al público, haciendo uso de su seudónimo para crear una identidad fuera de lo físico para que lo ayude a transmitir un mensaje. Y, por último, está el grupo de activistas Guerrilla Girls, que acuden al anonimato como herramienta para que su mensaje sea claro y no se vea entorpecido por los prejuicios que tiene la sociedad hacia las mujeres, utilizando como seudónimos nombres de artistas femeninas ya fallecidas que no tuvieron su merecido reconocimiento.
Si bien el uso del anonimato, no es necesario para realizar una crítica, puede constituirse en una maniobra que se acopla en este caso al arte para potenciar el mensaje. Puede entenderse como un puente que alienta y empuja el menaje que se trata de transmitir por medio del arte. Tres artistas que han decidido enfrentar mandatos sociales, prejuicios, creencias sistematizadas en la sociedad, mediante el vehículo del arte y el anonimato, y eso ya le hace tener una identidad.
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