A la cabeza del Miami Dade College, Eduardo Padrón es el epítome de las cualidades que llevan al éxito gracias al esfuerzo personal. Llegado al país a principios de la década de 1960 con la Operación Pedro Pan, con solo 15 años de edad y la tremenda carga del desarraigo, desde Miami consiguió revolucionar la educación terciaria y ha logrado el respeto global por su labor.
Padrón ha recibido innumerables galardones por su labor y ha sido seleccionado por seis presidentes estadounidenses para ocupar importantes cargos nacionales. Hoy es considerado un innovador de la educación. Ha desarrollado una cultura de éxitos y en la actualidad el MDC es número uno en acceso estudiantil facilitado a poblaciones de bajos recursos, así como a minorías, incluyendo hispanos y afro-americanos. Es, además, el College con mayor retención de estudiantes, más altas calificaciones y récord número de graduados.
Figura clave en el proceso que llevó al MDC a ser el más importante de este país, Padrón no descuidó la tarea que se propusiera al aceptar el nombramiento de presidente en 1995: dirigir una institución de puertas abiertas a todos los sectores sociales.
Alrededor del año 2004 usted publicó una notable investigación destacando la crisis educativa que amenazaba a los estudiantes minoritarios y a los de escasos recursos. ¿Qué papel jugó ese trabajo en la transformación que tuvo el MDC en la última década, que lo llevó a ser el College más grande e importante del país y un modelo a nivel internacional?
Ciertamente ese trabajo fue una reflexión que repercutió en los círculos especializados y entre aquellos líderes –desafortunadamente no muchos-, que saben de la importancia de invertir en el futuro de nuestros educandos. Luego aparecieron otras investigaciones con tesis similares. La más reciente, si mal no recuerdo, llama la atención sobre un mayor aprovechamiento académico universitario entre la población con recursos económicos y una notable disminución entre los más desposeídos. Es una situación lamentable para la primera economía del mundo.
Nunca creímos en el estereotipo nacional que suele colocar al sistema de community college en el fondo de la pirámide universitaria, como la última carta de la baraja.
¿Qué diferencias notables encuentra usted entre los jóvenes que integraban el estudiantado en 1995 y los de la Generación Y, o Milennials?
Abundan los estudios sobre esas fascinantes diferencias. Si existiera la máquina del tiempo, yo disfrutaría de ser milenio. Todo el conocimiento del mundo al alcance de un teclado. Autosuficientes en el mejor sentido de la palabra. Visión global e interconectados. Dinámicos. Respetuosos de las diferencias. ¿Qué más se puede pedir?
Muchos de nuestros más distinguidos graduados tienen una conciencia de servicio y solidaridad paradigmáticos y así lo expresan con naturalidad.
En un sentido más abarcador que la población del MDC, ¿Qué observa sobre los hábitos de trabajo, los gustos y preferencias culturales de los jóvenes de hoy en general?
Por supuesto que la tecnología se impone. Nada se mueve sin su beneplácito. Steve Jobs es un referente sagrado, así como los otros creadores de los llamados medios sociales. Sin embargo, me consta que hay jóvenes interesados en la enfermería y en el magisterio, por mencionar dos oficios que sirven al prójimo. Muchos de nuestros más distinguidos graduados tienen una conciencia de servicio y solidaridad paradigmáticos y así lo expresan con naturalidad.
¿Qué ventajas y desventajas tienen los jóvenes educados en la interactividad?
Las ventajas son numerosas, vastas. Para las desventajas, en el College hacemos partícipes a todos de las virtudes de las disciplinas humanistas, aunque estudien carreras científicas. Una computadora de última generación todavía no puede sustituir la guía espiritual de un gran profesor.
¿Usted encuentra que los jóvenes actualmente tienden a inclinarse más hacia las carreras de negocios o las carreras humanistas? ¿Hay balance entre ambas elecciones?
Te reitero que hay una suerte de balance en la conciencia de las nuevas generaciones. Todos quieren disfrutar las bonanzas de la modernidad, pero sin perder la perspectiva humanista. Tienen la libertad de explorar su futuro en un mundo ancho pero no ajeno.
Los hechos que ocurrieron hace unos años en Wall Street, o lo que se da día a día en contra de la salud del planeta, ponen de relieve lo que pasa cuando se enfatiza el consumo. ¿Cómo podrían crearse valores que rescaten a la sociedad de la codicia y la irresponsabilidad?
Dato curioso, los millonarios de los medios sociales y del universo de la computación en general son hoy los más altruistas con sus fortunas.
La violencia campea gracias al respeto que inspira en las comunidades donde se coartan las oportunidades educacionales y laborales. Tenemos que esforzarnos para cambiar el revolver por la pluma.
La violencia es una constante en los medios de difusión. ¿Cómo ve usted a los jóvenes de hoy con relación a esa violencia? ¿Es esta una generación diferente a las anteriores en este respecto?
Entre los países desarrollados creo que somos el más violento por el fácil acceso a las armas de fuego. Estamos necesitados de un diálogo nacional que grandes intereses políticos, hasta ahora, han impedido. La violencia campea gracias al respeto que inspira en las comunidades donde se coartan las oportunidades educacionales y laborales. Tenemos que esforzarnos para cambiar el revolver por la pluma.
Si usted llegara hoy a Miami, ¿qué haría? ¿Por dónde comenzaría su carrera? ¿Qué necesidades vislumbraría en la comunidad?
Cuando llegué, apenas siendo un adolescente, paradójicamente la oportunidad me la dio Miami Dade College. Cuando llegas a este país lo primero es aprender el idioma, para insertarte plenamente en la sociedad, y luego nunca debes conformarte con una vida laboral mediatizada. La economía de los Estados Unidos requiere cada vez más de personas preparadas profesionalmente. En ese sentido, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. El tiempo apremia. Hay que hacerse de una carrera. Es una inversión que no conoce de bancarrotas.
En enero pasado se presentó un proyecto para brindar en todo el país dos años de enseñanza gratuita de College a los alumnos de bajos recursos económicos, y usted se manifestó a favor de este programa. De llevarse a cabo, ¿qué cambios piensa que el MDC deberá implementar?
Recuerda, como antecedente, que de nuestras aulas salió la caravana de los Dreamers hacia Washinghton para reclamar el apoyo del gobierno a sus justos reclamos de estabilidad migratoria. En Miami Dade College siempre nos hemos adelantado a los acontecimientos, cuando de servir a los estudiantes se trata, sin ningún tipo de distinción. Aumentar la matrícula es siempre una bendición, aunque no se nos asignen, justamente, los recursos para afrontar dichas eventualidades.
. En Miami Dade College siempre nos hemos adelantado a los acontecimientos, cuando de servir a los estudiantes se trata, sin ningún tipo de distinción.
Usted fue nombrado por Time Magazine y el Washington Post entre los diez más destacados presidentes de Colleges del país, y desde hace tiempo es reconocido a nivel nacional e internacional como una figura académica preeminente. ¿A qué cualidad personal adjudica usted el éxito de su labor?
La perseverancia, la esperanza y confianza en el prójimo, y el firme convencimiento de que todos merecemos la oportunidad de progresar son motores que me instan a levantarme con brío cada mañana.
Por último, ¿quién o quienes han sido figuras decisivas en el desarrollo de su persona, y cuáles han sido las lecciones más importantes que esas figuras le han legado como influencia en su estelar carrera educativa?
Mis padres, sin lugar a dudas. En los momentos más oscuros de la incertidumbre del exilio, tanto a mi hermano como a mí, nos dijeron que debíamos estudiar y ellos hicieron todo lo posible para abrirnos ese camino. El resto lo hicimos nosotros. Todos los días les agradezco tanta tenacidad.
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