Me propuse conocer Estrasburgo sin un plan de visita previsto, al menos lo intentaría.Esta ciudad fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1988 (la Gran Isla), es la capital histórica de Alsacia situada estratégicamente entre Francia y Alemania. De hecho durante épocas ha pertenecido a los alemanes, así en el siglo XIX, tras la guerra franco-prusiana las autoridades germanas diseñaron un conjunto urbanístico al norte de la ciudad, de forma innovadora complementando la ciudad medieval. En 2017 este barrio fue añadido como Patrimonio de la Humanidad al centro histórico. En él se conservan ejemplos de construcciones alemanas realizadas entre 1880 y principios del siglo XX.
Fue a principios de julio del año pasado cuando visité Estrasburgo. Había comenzado por el exterior de la Catedral de Notre Dame, el bullicio era grande, los alrededores están repletos de tiendas de artesanía y de souvenirs. Entré en el interior del templo justo para ver la puesta en marcha del reloj astronómico, uno de sus atractivos. Ante gran cantidad de público pude admirar esta estructura de 18 metros de alto. La esfera central muestra el movimiento aparente del Sol y la Luna respecto a la Tierra con gran precisión. Se puede ver cómo los doce apóstoles desfilan ante Cristo pidiendo la bendición. Estuvimos observando la última versión del reloj, que data de mitad del siglo XIX. En el interior de la catedral destacan también las vidrieras del siglo XII al XIV y, sobre todo, el rosetón de 15 metros de diámetro.; sin olvidar el monumental órgano con su caja adornada con autómatas.
Ya en el exterior se estaca la aguja que corona la torre con una altura de 142 metros. La arquitectura es gótica, se inició en el siglo XI y su construcción duró 4 siglos, de ahí que sea todo un referente del gótico flamígero del siglo XV. Es una auténtica obra maestra. No recuerdo el tiempo que estuve observando la fachada con muros de arenisca rosa y numerosas imágenes., me perdí en ese centenar de esculturas. Me gustó tanto que volví por la tarde y confirmé que la tonalidad cambia en función de la posición del sol, me lo habían ya comentado. Aquel día el tiempo estaba revuelto, se avecinaba tormenta y pude disfrutar de una nueva visión de la escenografía, sus figuras y relieves me resultaron totalmente diferentes, más frescos. Pernoctar en este tipo de ciudades da una nueva perspectiva.
Pero volvamos a la mañana calurosa tras la salida de la catedral. La siguiente parada fue Kammerzell, alli solo disfruté de la fachada gótica tardía, el interior es un restaurante. La planta baja es de piedra y las superiores de madera con esculturas en las vigas que representan escenas sagradas y profanas. Es Monumento histórico de Francia desde 1929.
La Iglesia de Santo Tomás, de culto protestante alberga sorprendetes tesoros como el órgano en el que tocó Mozart o el impresionante Mausoleo del Mariscal de Saxe, obra escultórica de Pigalle, barroco del siglo XVIII.
Continuando con la ruta que fui improvisando llegué a la Iglesia de Santo Tomás, de culto protestante y me llevé una grata sorpresa. Al entrar noté el fresco que provocaban sus muros y disfruté de su interior porque no me esperaba alguno de los tesoros que alberga, por ejemplo, el órgano en el que tocó Mozart o el impresionante Mausoleo del Mariscal de Saxe, obra escultórica de Pigalle, barroco del siglo XVIII.
De camino hacia los Ponts Couverts y la Presa Vauban paré en el Puente San Martín, desde allí divisaba el salto de agua impulsada por los molinos y una de las esclusas que está en funcionamiento. Al pasar dentro de la hay zonas que se utilizaron como prisión y actualmente es una especie de almacén donde ubican esculturas para restaurarlas o para mostrarlas al público en general. Las vi mientras caminaba por el pasillo inferior, antes de subir a la terraza panorámica. Cuando estuve en el mirador comprendí la fama de esta imagen tan icónica de la ciudad, pude apreciar desde arriba la Petite France, los Puentes Cubiertos que dividen el río Ill. Actualmente hay cinco torres y trece arcos que podían cerrarse para causar inundaciones utilizándolos como sistema defensivo.
Volví a la Gran Isla, observé sus canales, recorrí las calles serpenteantes adoquinadas que rodean la catedral, sus plazas, fotografié los edificios de diferentes épocas, casas blancas y negras de herencia renana con entramado de madera. Le Petite France es una zona con mucho encanto, bastante animada, un auténtico museo al aire libre.
Antes de conocer el otro conjunto urbanístico declarado Patrimonio de la Humanidad volví a la catedral. Ya he comentado que por la tarde era algo diferente. A escasos metros está el Palacio Rohan, un edificio barroco con unas vistas preciosas desde el río Ill. En él hay tres museos, Bellas Artes, Arqueología y Artes Decorativas. No muy lejos de allí pasé por la Plaza del Marché-aux-Cochons-de-Lait, donde hay uno de los mercados más antiguos de la ciudad rodeado de tiendas donde aún permanecían los últimos turistas de la tarde buscando los souvenirs.
Llegué al barrio alemán o imperial ,Neustadt, por su emblemática Plaza de la República, construida alrededor de un jardín circular. Con su imponente cúpula está situada al pie del Palacio del Rin dando acceso a la avenida de la Libertad. En ella también se encuentra la Biblioteca Universitaria, de estilo neorrenacentista y el Teatro Nacional de estilo neoclásico.
Las dos iglesias más importantes de esta zona son la de San Pedro el Joven Católico, junto al Palacio de Justicia, de arenisca roja, mezcla de estilo neorrománico y neobizantino con una gran cúpula; y la de San Pablo, iglesia protestante situada junto al río, estilo neogótico renano, símbolo del poder alemán construida a finales del siglo XIX. Consta de dos agujas gemelas de setenta y seis metros de altura y un gran rosetón de ocho metros de diámetro. Me había refugiado bajo un techado de autobús al comenzar una tormenta de verano. El calor de la mañana se había tornado a una tarde con lluvia y durante un buen rato cayeron granizos que llegaban hasta mí. Cerca de allí descubrí una escultura de una cabeza de bronce con la mitad sumergida en el agua bajo un trozo de acueducto (réplica de uno romano) que resultó ser la cabeza de Jano, el nacimiento de la civilización de Trevi, obra de Tomi Ungerer.
Continuaba el mal tiempo así que decidí interrumpir el recorrido por el Neustadt y volver a la Petite France. En la Plaza Broglie entré en el pequeño restaurante La Marseillaise para cenar y pensé que me habían faltado algunos lugares por visitar como el Barrio Europeo donde está el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos y una sede del Parlamento Europeo. Me despediría de Estrasburgo sabiendo que voy a volver y recorreré sus canales en una barca panorámica.
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19 Comentarios
La verdad es que leyendo el artículo de Antonio entra ganas de viajar y conocer los lugares de los que habla.
Muy bien expresado!!!!
Sigue dando a conocer otros lugares.
Gracias Inma. Sé de buena tinta que eres bastante viajera, así que intentaré continuar con otros lugares para darlos a conocer.
Maravillosa ciudad y maravilloso comentario. Si ambas circunstancias se aúnan, solo queda volver.
Un artículo muy útil al que volver cuando planee una visita a Estrasburgo, aunque, después de haberlo leído, parece que ya he estado.
¡Espero seguir leyendo tus textos muchos años más!
Susana, me alegro que te haya gustado el artículo. Si vas algún día verás que la ciudad merece la pena, sin duda.
Qué buena pinta tiene Estrasburgo, muchas gracias, Antonio. Anotado para futuros viajes. Muaks!!!
Magnífica descripción minuciosamente detallista del legado artístico y patrimonial de la ciudad francesa de Estrasburgo. No he tenido la suerte de conocerla pero he de reconocer que hasta ahora, no sabia mucho de ella, salvo el ser referente político gubernamental como sede del Parlamento Europeo, y de otros destacables órganos o centros de dirección de la propia Unión Europea, a la cual pertenecemos. Sin embargo, el acercamiento de esta ciudad centroeuropea, limítrofe con tierras germanas, a través de la narrativa de su autor, ha despertado mi curiosidad, y también sorpresa, por la riqueza arquitectónica y paisajística que posee, entre otros aspectos. Soy un enamorado del arte, especialmente del estilo gótico, y más aún de su evolución final: el flamígero. Me ha parecido espectacular algunos de sus edificios, y sobretodo, sus vidrieras. Admiro la fusión de la piedra tallada y del cristal ricamente policromado al paso de la luz. Un deleite para los sentidos. En general toda manifestación artística. Pero igualmente esta ciudad es atractiva por su entramado urbano, sus canales y su ambiente que me ha hecho recordar otras ciudades centroeuropeas igualmente trazadas por la belleza de los canales. Gracias y enhorabuena por tu artículo, querido y admirado autor. Espero conocerla y disfrutarla al igual que tú lo has hecho.
Andrés, como siempre un comentario exhaustivo que merece una lectura pausada. Verás, cuando la conozcas, como desearás perderte en su entramado para disfrutar de lo que escribes.
J. Carlos ya veo que también has disfrutado de esta capital francesa. Me apunto a volver en cualquier momento.
Jorge, no te defraudará. Esa ciudad es una pequeña joya que puedes visitar si vas, por ejemplo, a la Selva Negra. Está a tiro de piedra.
Excelente resumen sobre Estrasburgo! Lo justo para ponerte los dientes largos y desear coger la maleta. Gracias por el relato y las fotos y estoy a la espera de tu próximo viaje !
Qué maravilla de descripción de Estrasburgo! Es como si la ciudad estuviera diciendo: «Ven a perderte entre mis canales y a admirar mi catedral, que es más alta que tus expectativas!» Y si el tiempo se pone revuelto, siempre puedes refugiarte en un restaurante y disfrutar de una buena comida, porque la gastronomía también es patrimonio ! Sin duda, un lugar que merece más de una visita y un buen par de zapatos cómodos para recorrerlo.
Gracias Reyes, es fácil redactar un artículo sobre Estrasburgo, tiene bien merecido ser Patrimonio de la Humanidad.
La historia de Europa es fascinante y gracias a personas como Antonio la hace más interesante aún, porque se detiene en detalles atractivos. Se aprecia que le pone pasión a lo que escribe.
Gracias Maite, como dices tú, me perdí entre sus canales y sus calles y me enamoré de ella y gracias Rafael por tu comentario, la pasión que le pongo me sale del corazón.
Como no puede ser de otra manera, es inevitable que me una, de todo corazón, a todos los comentarios ya habidos, en los que se refleja un enamoramiento hacia una ciudad que como yo, ninguno de los comentaristas parece haber visitado. A mí también me ha surgido el deseo de conocer Estrasburgo, así que cuando vaya a la Selva Negra la incluiré en el viaje. Todo ello gracias a tu exposición, Antonio.
También y por anticipado me uno al agradecimiento que los representantes estrasburgueses expresarían si tuviesen la suerte de leer el artículo.
Paco, gracias por el comentario. Ya sabes: próximamente conocer una ciudad tan interesante como Estrasburgo.
Me ha encantado la visita a Estrasburgo que he tenido a través de la lectura de este relato tan descriptivo y ameno. Me daba la impresión que me encontraba paseando por sus calles contemplando las obras de artes tan bien descritas.
Espero que nos hagas ver la visita a otra bonita ciudad.
Me ha encantado la visita a Estrasburgo que he tenido a través de la lectura de este artículo tan descriptivo y ameno. Me daba la impresión que me encontraba paseando por las calles, contemplando las obras de artes.
Espero que nos hagas ver la visita a otra bonita ciudad.