Por
Contar tu historia es contar la de otros. Es un sentido de querer
comunicar lo que pienso, siento y creo. Andrés Ribón T.
Hubo un tiempo en que Andrés Ribón se negó a dar entrevistas y a salir en medios de comunicación. Durante ese tiempo, trabajaba y soñaba con presentar en su ciudad una exposición de talla internacional que transformara e impactara a los espectadores. La espera valió la pena. Cuando el artista colombiano abrió las puertas de ‘We are connected/ Conexiones’, la respuesta fue más allá de lo que él mismo pudo imaginar.
Su concepto, a través de esta exhibición, es conectar lo que se ha desunido por medio de trazos de una sola línea de los que emergen figuras humanas que expresan su filosofía de vida, su discurso narrativo, su afán de cuestionarse a sí mismo y a sus semejantes. Este concepto cobra vida noche a noche, cuando las luces y las sombras entran en juego como parte del montaje y el propio Andrés, como cicerone, acompaña a los visitantes durante el recorrido para contarles cada detalle detrás de la obra y hablarles de su decisión de hacer esta exposición en su natal Barranquilla: “Al comienzo de la pandemia me propusieron hacerla en Alemania, pero yo preferí quedarme y trabajar con los nuestros. Lo que tiene Barranquilla no lo tiene ningún lugar del mundo. Mi casa es Barranquilla y aquí siempre tendré mi taller”. “Esta exposición busca hacer al espectador consciente de la importancia de estar conectado al otro, de lo indispensable que somos cada uno de nosotros en esa colectividad. donde todos hacemos parte y tenemos un rol fundamental”.
Para entender por qué hago lo que hago, se necesita acudir a la única máquina del tiempo que el ser humano tiene a su alcance: la memoria”
“Llegar a ‘Conexiones’ fue un proceso retrospectivo a partir de estas realidades. Para entender por qué hago lo que hago, se necesita acudir a la única máquina del tiempo que el ser humano tiene a su alcance: la memoria” – explica Andrés.
“En un primer momento, comprendí que la necesidad de representar y buscar conectar a las personas venía desde mi niñez cuando por primera vez hubo una separación en mi vida.
Llega un segundo momento donde me cuestiono el por qué me llama tanto la atención trabajar con líneas, hasta que un día en clase de geometría entendí aquello de que una línea es una sucesión de puntos y para que ésta exista debe haber un punto A, un punto B y un punto C que les dé continuidad. Esto me llevó a entender que ésa era mi historia.
Para complementar esta capacidad de conectar a la gente llega la necesidad de expresarme, de cuestionarme y cuestionar a otros, de sembrar dudas y de conocerme a través de los demás para permitir que ellos también se conozcan a través de mí. Entonces llega a mi vida el arte como regalo, como un don, y me da las herramientas para poder expresar aquello que pienso, lo que creo y lo que siento de maneras infinitas”.
Inicialmente Ribón hace un boceto en forma de texto de sus obras. “El boceto es el punto de partida para llegar después a una gran obra. Es un boceto que va a sufrir modificaciones en el proceso, pero que su esencia como tal nunca se va a perder y siempre el mensaje va a prevalecer “. El siguiente paso en este proceso es escoger los materiales, “enfrentar la parte sensorial, tener que tocar, tener que leer, tener que experimentar, probar, cortar, pulir, pintar y hacer absolutamente todo lo que tengas que hacer para que un material sea perfecto para la obra”.
La muestra incluye cuadros, esculturas, instalaciones, proyecciones de trazos en el piso y piezas audiovisuales. El montaje reforzado por la narrativa despierta en el visitante la sensación de formar parte de la obra.
Proyecciones, una instalación en forma de túnel, donde imágenes proyectadas se van entrelazando, iluminando la transición al interior de la exposición, nos lleva a “…ese momento de regresar a la niñez cuando un cartoon iba de un espacio a otro en una especie de túnel en movimiento, un preludio de lo que será entrar a un mundo nuevo, un prólogo, un comienzo que solo te indica que más adelante entrarás a un espacio diferente…”
En una primera sala vemos la transición del trabajo del artista. Sus primeras obras eran planas, pero en 2019 les comenzó a agregar volumen con prototipos en cobre. “Algo plano es muy difícil que se convierta en algo funcional”, sostiene. “En la pandemia me obsesioné con la tercera dimensión. En ese momento no sabía cómo se soldaban tubos y una persona que creyó en mi proyecto, lo financió”.
Introspección es una instalación que busca llevar a ese primer momento necesario antes de conectar con alguien más, conectar con uno mismo. Aludiendo a esa incomodidad que le genera al ser humano el proceso de introspección, en este cuarto a media luz, lleno de escombros y guayas, un tríptico de rostros propone al ser humano aprender a ver la vida desde diferentes puntos de vista. Podría pensarse que son tres sujetos distintos, pero es, en verdad, el mismo sujeto en diferentes perspectivas, evaluándose y examinándose a sí mismo.
En una habitación a media luz, rostros en apariencia iguales, flotando en distintos niveles frente a un espejo que los refleja infinitamente, representan la Ambigüedad. “Los extremos se encuentran señalando las semejanzas por encima de las diferencias y la búsqueda de soluciones a través de la colectividad y la integración del pensamiento conjunto para la transformación de espacios. Todas las obras son similares, pero ninguna pieza está puesta de la misma forma que la otra, tienen acabados diferentes – tornasolado, cromado, plateado, blanco, y están puestas en distintos niveles para expresar esa diferenciación. La ambigüedad está explorada desde el punto de vista de que nosotros somos similares a los demás y eso nos hace especiales, pero también somos diferentes a los demás y eso también nos hace especiales. En eso radica la ambigüedad – en tu punto de vista. El ser especial por ser diferente y el ser especial por ser similar a los demás”.
Frente a Balance, donde dos eslabones sostienen un rostro en equilibro, Ribón invita a los asistentes a pensar en la constante búsqueda de uno mismo, para reconocer que “(…) justo en ese momento sabes que la esencia del ser está en esos momentos de luz, que te dejan verte, pero también estás en la sombra que te muestra el reflejo de tu ser, ambos conformándote, mostrándote, descubriéndote, definiéndote”.
Junto a piezas de grandes dimensiones, encontramos otras, delicadas, de pequeño formato, como Together (2021) obra que, nos dice Andrés, “me transporta a mi niñez cuando Tita, mi abuela, solía acompañarme a esperar el transporte para ir al colegio y siempre, siendo yo más bajo, alzaba mi rostro para recibir ese beso en la frente y la bendición de su parte. El tiempo pasó, pues nunca da espera, avanza y todo cambia. Hoy, con mi estatura le llevo quizá unos treinta centímetros a Tita y es ella quien levanta su rostro para recibir ese beso característico en la frente, que tanto nos une y nos inmortaliza.”
La ambigüedad está explorada desde el punto de vista de que nosotros somos similares a los demás y eso nos hace especiales, pero también somos diferentes a los demás y eso también nos hace especiales.
Un aviso iluminado con el texto I´M COLOMBIAN, I´M AN ARTIST I´M NOT A DRUGDEALER (SOY COLOMBIANO, SOY ARTISTA, NO SOY NARCOTRAFICANTE), alude al mensaje que Andrés se ha visto obligado a colocar en los embalajes en los que despacha sus obras, para evitar que las dañen en las aduanas de los puertos y aeropuertos de los países a donde las envía.
Subiendo varios tramos de escaleras llegas a una terraza donde te reciben una vista panorámica de Barranquilla y una de las obras favoritas del artista, Cuando dos se hacen uno (2022): “De los momentos que más recuerdo haber existido son aquéllos en los que me he fundido en los brazos de alguien más haciéndome uno”. Es el abrazo, y el recuento de tantos abrazos a lo largo de su vida, desde ese primero “que no recuerdo, pero con el que me recibieron en el mundo mis padres.”
Andrés Ribón Troconis tiene 26 años. Nació en Barranquilla, donde ha forjado su historia artística. Su obra ha sido adquirida por coleccionistas de Alemania, México, Panamá, Reino Unido, España, Nueva York y Centroamérica. Señala a Picasso, Matisse, Dalí, Obregón, Ai wei wei, Jaume Plensa, Tim Bengel, Leonardo Da Vinci y Basquiat entre sus muchas influencias artísticas y de inspiración creativa. Se descubrió como artista en los momentos cuando no podía callar lo que sentía, pensaba y creía. “Pero si hay un evento en particular que me convirtió irremediablemente en artista, fue la exposición de un gran amigo, Tim Bengel, formar parte del proceso, del montaje, el opening, incluso del behind the scenes. Y segundo, el día que presencié por primera vez la Guernica de Picasso.
Asiduo lector, acostumbra a plasmar en papel sus pensamientos más íntimos. Así empezó a escribir. Evoca esa etapa con nostalgia, porque allí comenzó a forjar su carácter.
Entre los objetos que hacen parte de la exposición encontramos una bicicleta con la que recorrió las calles de ‘La Arenosa’, visitando cafés, restaurantes y bares ofreciendo sus libros, entre ellos ‘Hacerte el amor’, que escribió buscando desmitificar que la frase está relacionada sólo con el sexo.
Pero estaba consciente de que lo suyo es lo gráfico. Estudió en Alemania, a donde viajó invitado a una exposición y aprovechó para conocer más del arte. En sus obras expresa esa transición.
Y porque toda obra de arte empieza y termina en el taller de un artista, se recreó el taller, de 890 m2, donde trabaja con un grupo de aproximadamente 250 personas. Videos y fotos documentales permiten conocer un poco del proceso detrás de cada obra: “Aquí encuentran el principio y el fin de cada obra, es el espacio donde se piensa, se sufre, se disfruta, se trabaja y se sueña cada día”.
No deja de sorprender el volumen de personas que ha visitado esta exposición, especialmente de jóvenes. “Creo firmemente que esto hace parte de una especie de renacer y despertar para la cultura y el arte en mi ciudad e incluso, en el país porque existe un cambio generacional muy interesante donde muchos artistas estamos trabajando para dar la cara por Colombia en el exterior a través de nuestro arte”, dice Andrés.
Las esculturas de cera del artista suizo se crean para que las llaman las consuman. El recuerdo de la obra y unas cuantas fotos quedan como testigos de lo transitorio. El mañana no existe, solo el ahora.
El arte es reflejo de una sociedad y de un tiempo. Algo debe cambiar, pero ¿hacia dónde mirar? ¿Es necesario destruir las obras para borrar las atrocidades y las diferencias?
El legado de los Ungar a Colombia trasciende lo que conservaron de su Austria natal. Los libros de Thomas Mann y Arthur Schnitzler que trajeron sembraron la semilla de su extensa biblioteca personal y también el cimiento de su hogar.
El artista cubano exhibe imágenes de la creación del universo que entraman filosofía, música y literatura, en el American Museum of the Cuban Diaspora. Cinco décadas de un trabajo globalmente reconocido por su estilo abstracto-expresionista y gestual.
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2 Comentarios
Apreciar la obra de Andres me lleno de sentimientos entrelazados abrazos , besos , unión con el ser propio y el estar unidos todos por el AMOR.
Las dimensiones de su obra me asombro y me hizo reflexionar que somos un grano de arena en esta planeta. Lo bello es seguir encontrarnos y dar saltos cuánticos así los más profundo de nuestra alma.
Gracias por tu comentario, Rafael. Ciertamente, ¡la obra de Andrés es monumental!