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Edición
36

Las mejores películas del Siglo XXI

Miami
Una vuelta por las obras que nos impresionaron en los últimos 17 años

Un artículo publicado recientemente por el New York Times que reúne las 25 mejores películas del Siglo XXI hasta el presente, ha desatado una serie de opiniones en pro y en contra, como siempre sucede cuando de gustos se trata, con la ventaja de que tanto críticos como lectores han dado a conocer sus propias listas, exponiendo al público a nuevos títulos y autores que posiblemente no conocíamos.

Es difícil predecir cuáles son las películas que superarán el paso del tiempo o que tienen el potencial de convertirse en clásicos. Es sorprendente encontrar cómo algunas que en su momento recibieron mala crítica o poca recepción del público, de repente cobran importancia estratégica por el momento histórico y se convierten en icónicas o en cine de culto.

Para ser completamente honestos habría que volver a ver aunque sea las posibles candidatas, pero como esto resulta muy difícil, me voy a basar en las que me causaron gran impresión en su momento, teniendo en cuenta que la reacción hoy en día podría ser muy diferente, caso en el cual la lista probablemente cambiaría.

Es difícil predecir cuáles son las películas que superarán el paso del tiempo o que tienen el potencial de convertirse en clásicos.

El cine es un arte tan cambiante que se ve influenciado fuertemente por los avances tecnológicos. También nosotros cambiamos y nuestros gustos se van sofisticando con la exposición a nuevas experiencias, y lo que sentimos cuando vimos una película años atrás difícilmente se reproducirá años después.

In the mood for love (2000) de Kar-Wai Wong es una elegante representación de la relación entre dos vecinos en Hong Kong que crean un fuerte lazo de amistad reforzado por la sospecha de una relación extramatrimonial de sus respectivos cónyuges. La posibilidad de superar lo físico para ellos, los eleva y sublima.

Amores Perros (2001) es la película de Alejandro González Iñárritu que lo lanzó a la fama. Basada en el guión de Guillermo Arriaga reúne tres historias de amor, pasión y pérdida, que se conectan entre si. Aunque la trama se usó mucho después, en su momento resultó muy impactante y original, mostrando además los problemas de clase que se presentan en la sociedad mexicana.

City of God (2002) de Fernando Meirelles y Kátia Lund muestra la realidad que viven muchos niños en Brasil que puede hacerse extensiva a tantas partes del mundo. La película hace el seguimiento de dos de ellos en un barrio violento de Río de Janeiro que siguen rumbos diferentes, uno se convierte en fotógrafo y otro en traficante de drogas.

También nosotros cambiamos y nuestros gustos se van sofisticando con la exposición a nuevas experiencias, y lo que sentimos cuando vimos una película años atrás difícilmente se reproducirá años después.

Quentin Tarrantino es un nombre que cuenta con sello particular. Sus películas son sátiras a la violencia y a las injusticias, al racismo y a la discriminación. Sus escenas son difíciles de olvidar y siempre hay alguna que queda grabada en la memoria. Kill Bill Vol. 1 (2003) es una de sus mejores, y trata de una novia que despierta después de cuatro años en coma y descubre que ha perdido el hijo que cargaba en su vientre. Ahora busca vengarse de los responsables.

Dogville (2004) de Lars von Trier es una película totalmente innovadora que podría considerarse casi una obra de teatro. Una mujer fugitiva es escondida en un pueblo en Colorado, donde aparentemente se reconoce su inocencia. A cambio, ella ofrece trabajar para los locales, pero el pacto va cobrando un precio más alto a medida que la situación evoluciona y otras cartas se ponen en la mesa, descubriendo los secretos que esconde cualquier grupo social.

Una película que está volviéndose muy significativa por la situación actual es Children of Men (2006), de Alfonso Cuarón. Allí se contempla un mundo donde las mujeres se han vuelto infértiles, y la única mujer milagrosamente embarazada es transportada a un santuario cerca al mar.

Un film que aparece en muchas de las listas es There will be blood, dirigida por Paul Thomas Anderson en 2007, basada en la novela “Oil” de Upton Sinclair. Es una de las películas que más expone la realidad americana, esa que el mundo de las grandes urbes no llega nunca a conocer. Es la historia de un minero convertido en petrolero interpretado magistralmente por Daniel Day Lewis. Su ambición pasa por encima de todo, hasta de sus propios valores. Expone temas de religión, familia, moral y codicia ligados al sistema capitalista, mostrados con todos los elementos de Hollywood pero con un giro que lo saca de lo tradicional.

Los hermanos Coen cuyas películas causan fuerte impacto, tienen muchas que podrían ser parte de la lista, pero tal vez No Country for Old Men (2007) sea la más relevante. Una historia de violencia relacionada con drogas donde Javier Bardem y Tommy Lee Jones desempeñan unos de sus mejores roles. La película es minimalista en diálogos concentrándose en las imágenes y la expresión corporal para desarrollar magistralmente los caracteres.

4 Months, 3 Weeks and 2 Days (2007) es un drama del nuevo director de cine de Rumania, Cristian Mungiu donde se trata el tema del aborto, para mostrar la condición de la mujer, los moralismos y la burocracia en su país.

Un verdadero acierto del director Todd Haynes es su película I’m Not There (2007), una biografía contada de una manera tan original que no es una biografía, escogiendo el personaje más versátil como Bob Dylan. Seis actores entre ellos una mujer, Cate Blanchett, encarnan el polifacético poeta y cantautor en las diferentes épocas de su vida, lo que ayuda a entender por qué más tarde este enigmático personaje resultó siendo merecedor del Premio Nobel de Literatura.

Es difícil escoger entre las películas del conocido escritor y director alemán Michael Hanekke, pero tal vez la más importante por su contexto histórico y político sea The White Ribbon (2009), una película en blanco y negro que muestra los extraños eventos que suceden en un pueblo en el norte de Alemania durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, narrados por un profesor que cuestiona y trata de conectar los puntos, tocando temas religiosos y políticos que definen probablemente el comienzo del nazismo.

A Prophet (2009) es la película del director francés Jacques Audiard que sigue a un joven árabe que ha pasado muchos de sus años de juventud en centros de detención juvenil. Cuando por primera vez es enviado a una prisión de adultos en Francia, debe confrontar el racismo entre los clanes al interior de la cárcel. La cinta toca un problema candente y muy actual, que a pesar del paso de los años aun no encuentra solución.

A Single Man (2009) de Tom Ford es una de las películas más hábiles en transmitir el sentimiento de la pérdida de un ser querido. Basada en la novela de Christopher Isherwood cuenta, con la lentitud que merece, la historia de un profesor de Inglés en Los Ángeles que ha perdido su compañero de 16 años y contempla el suicidio. Ciertos encuentros le dan otra perspectiva a su actitud y le hacen cuestionar su decisión mientras los eventos de su relación se van revelando con flashbacks.

A Separation (2011) es la obra maestra del director iraní Asghar Farhadi que nos muestra casi en forma documental la vida doméstica de una pareja que confronta la posibilidad de mudarse al exterior para ofrecerle a su hijo mejores oportunidades o quedarse en Irán para cuidar de un padre con Alzheimer.

The Tree of Life (2011) de Terrence Malik es la historia de una familia en Waco, Texas en los años 50. La película maneja con destreza el tema de la relación padre-hijo y el paso de la ilusión y la inocencia a la edad adulta y la desilusión.

Margaret (2011) de Kenneth Lonergan presenta la situación que confronta una joven de 17 años testigo de un accidente, donde su interpretación de los hechos puede afectar la vida de muchas personas. Se expone un semblante escueto de la realidad neoyorquina con sus diferencias de clase y conflictos sociales.

The Turin Horse (2011) de Béla Tarr y Ágnes Hranitzky es la última película del aclamado director húngaro y su esposa, y es una historia que se supone complementa una fábula de Nietzche. La vida de un campesino y su hija dependen de un caballo que está viejo y a punto de morir pero que trata de seguir las ordenes de su amo.

Beasts of the Southern Wild dirigida por Benh Zitlin fue una de las sorpresas más grandes durante el festival de cine de Sundance del año 2012. Con bajo presupuesto y sin mayores pretensiones, la película fue una primicia. La historia gira alrededor de una intrépida niña de seis años, Hushpuppy (Quvenzhané Wallis), que vive con su padre Wink (Dwight Henry) en un sitio llamado The Bathtub (la bañera), una comunidad sobre el agua donde los habitantes están obligados a sobrevivir. El padre trata de prepararla con su propio estilo de amar para confrontar la vida o el apocalipsis que se ve venir con la subida de las aguas. Llena de metáforas sociales y emocionales, la película toca lo más sensible con los medios más rudos.

Like Someone in Love (2012) de Abbas Kiarostami es una de las películas más fuertes y más sensibles donde se maneja el tema del tráfico sexual a través de la conexión de un cliente, un viudo bastante mayor, con una joven en el transcurso de dos días.

Cuando nos enteramos de noticias como la muerte de Osama Bin Laden pocos reflexionamos sobre el mecanismo que conlleva una operación como ésta, y nada más impactante que verlo representado en tiempo real en una cinta como Zero Dark Thirty (2012) de Kathryn Bigelow, con libreto de Mark Boal. La directora supo transmitir a la audiencia el estado de tensión que mantuvo a los implicados en la operación, en estado de alerta a todo momento.

The Wolf of Wall Street (2013) de Martin Scorssese es una importante muestra del fenómeno poco comprensible del mundo de Wall Street, sus extremos y excesos, y la corrupción que lo rodea, con la concentración cada vez más grande de dinero mostrado a través de la historia de un agente de bolsa.

Otra de las películas más impactantes por la crudeza de sus escenas fue The Tribe (2014), de Myroslav Slaboshpytskyi, donde un muchacho sordomudo que entra en una escuela interna especializada en casos como el suyo debe confrontar la violencia y crueldad que se vive al interior de la institución, mientras se une al grupo conocido como “la tribu”. La película está completamente hablada en el lenguaje de los sordomudos de Ukrania y aunque carece de subtítulos, la audiencia logra captar todo lo que sucede.

Winter Sleep (2014), la película de más de tres horas de Nuri Bilge Ceylan relata la áspera relación entre un actor retirado que maneja un pequeño hotel en la pintoresca zona de Capadoccia en Turquía y su joven esposa. Además, convive con ellos su hermana, quien sufre las consecuencias de un reciente divorcio, completando el cuadro de reflexiones que se inmiscuyen en lo más profundo de los sentimientos y resentimientos de familia y de pareja.

Sorprendente por su técnica original está Boyhood (2014) de Richard Linklater, que además de ser una excelente película asume el realismo cotidiano de una manera consecuente, sorprendiendo a críticos y a la audiencia. El director toma la historia de un niño de 6 años de edad, Mason, y lo sigue durante doce años consecutivos, hasta que lo vemos a los 18 entrando a la universidad. Linklater reunió al elenco cada año para conseguir esta secuencia absolutamente verídica y convincente que nos deja reflexionando sobre nuestro propio pasado, sobre la fina división entre fantasía y realidad y sobre los cambios que se producen en las relaciones. No creo que haya una persona que no encuentre un punto de identificación con algo en esta cinta.

The Lobster (2015) es una de las películas de Yorgos Lanthimos, conocido por sus temas extravagantes pero que conllevan fuerte crítica social. En este caso maneja el matrimonio y las convenciones sociales con respecto a la pareja. Se trata de un hotel donde la gente soltera llega y tiene un plazo de 45 días para encontrar pareja o si no se convierten en un animal de su escogencia.

Esta lista no incluye el género documental ni la animación, que cobran cada vez más importancia y merecen un espacio aparte.

Las listas no solo son difíciles sino que no son definitivas. Con seguridad hay muchas que han quedado por fuera, ya sea por olvido o porque no hubo acceso a ellas, pero sirven de base para que se abra el diálogo y se planteen nuevos nombres y nuevas propuestas.

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