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Un análisis de dos eventos, en apariencia desconectados en el tiempo y el contexto, repasa el éxito mediático y cuestiona si la necesidad de desconocer la maldad y la posibilidad de destrucción permiten al ser humano soportar las circunstancias más adversas. Ana Frank se vuelve actual frente al encierro de 33 mineros chilenos.
El suceso de los mineros capta la atención mundial, me encuentro fascinada siguiendo los acontecimientos.Es un hecho distinto pero igual a otros, dramático, azaroso, narrable, cinematográfico…. situado en el Siglo XXI. Coincide temporalmente con otros encierros: el secuestro de los cooperantes españoles, la publicación del libro de Natascha Kampusch, pero esta historia les quita protagonismo. Este es un encierro vital, el despliegue del “grupo de abajo” y el de “arriba”, de repente todo se pone al servicio del buen final. Pienso en sucesos similares, recurro a asociaciones literarias, a comentarios mediáticos. En todo momento me va surgiendo el recuerdo de un texto de Bruno Betteleheim en el que realiza un análisis acerca del porqué de la trascendencia que tuvo el Diario de Ana Frank, en definitiva un encierro de muerte. Y mientras que voy intentando esbozar alguna idea me surge el pensamiento: Date prisa, todo pensamiento se vuelve anacrónico.
Es un hecho distinto pero igual a otros, dramático, azaroso, narrable, cinematográfico…. situado en el Siglo XXI.
Hasta ayer mis reflexiones giraban en torno a una visión romántica, una situación congelada y coagulada de los 33 hombres enterrados bajo tierra, de la fuerza de los grupos, de la palabra, del azar, del avance tecnológico, del poder de la naturaleza, de los estados al servicio de la ciudadanía…Pero de repente, a tan sólo una semana de salir de allí, me los encuentro en el plató de televisión. Es entonces que dudo si escuchar las entrevistas e integrar lo nuevo o quedarme con aquellos relatos y mi fantasía, o simplemente darme cuenta que puedo diferenciar a la manera que lo hizo Bruno Bettelheim con Ana Frank, acerca del encierro en sí y el éxito mundial de la obra. Opto por continuar en esa línea, de alguna manera seguir con esa mirada, donde lo humano y mi fantasía no quedan fagocitados por toda la maquinaria del espectáculo. Aunque sea por un ratito.
Bettelheim, el famoso psicoanalista que fue víctima de la persecución nazi, nos plantea en su libro Sobrevivir una idea reveladora cuando se interroga acerca de la trascendencia que tuvo el diario de Ana Frank. La tesis que allí sustenta es que, frente a la necesidad que tienen los seres humanos de negar la capacidad destructiva, la historia de la cotidianeidad de la familia holandesa expresa un “todo sigue igual”:
“El extraordinario éxito mundial que alcanzó El diario de Ana Frank, así como su versión teatral y cinematográfica, da a entender lo fuerte que es el deseo de contrarrestar el conocimiento de la naturaleza destructiva y asesina de los campos volviendo toda la atención hacia lo que se muestra como posibilidad de que la vida privada e íntima sigan su curso aun bajo la persecución directa del más despiadado de los sistemas totalitarios.”
El autor postula que con los medios y contactos que la familia Frank poseía, se optó por la peor decisión, la de continuar viviendo todos juntos, así como el seguir manteniendo una vida como si nada les fuera a ocurrir, sin plantearse en ningún momento de qué manera lo podrían afrontar si eran descubiertos.
“Mis críticas no van dirigidas a la actuación de los Frank, sino a la admiración universal que ha despertado su forma de afrontar los hechos o, mejor dicho de no afrontarlos… esto hubiese exigido el reconocimiento y la aceptación de la situación desesperada en que se encontraban…”
Cabe destacar que entre los argumentos que Bruno Bettelheim aporta para la tesis de la posición de la familia holandesa frente la realidad eran el tipo de actividades que mantenían en el escondite:
“… en lugar de enseñar a sus hijos la forma de huir, les diera lecciones de asignaturas típicamente académicas, lo cual demuestra que era incapaz de afrontar la gravedad de la amenaza de muerte. Enseñar asignaturas académicas tenía sus aspectos constructivos, desde luego. En cierto grado aliviaba la angustia omnipresente en torno a su destino al concentrarse en temas distintos y al alentar indirectamente la esperanza en que llegaría un futuro en el que los conocimientos adquiridos entonces serían de utilidad. En este sentido, las enseñanzas que impartía el Sr Frank tenían un propósito, pero constituían un error en la medida que ocupaba el lugar de las enseñanzas y planes mucho más pertinentes: la mejor manera de intentar la huida en caso de ser descubiertos.”
El suceso de los mineros es también como diría Bettelheim, “un éxito mundial” que acapara la atención … por la eficiente capacidad de adaptación de los trabajadores a la trágica realidad.
Hasta aquí, nadie dudaría que se trata de una lección de supervivencia, ¿pero qué otros factores operan para que sea una historia diferente, en la que todos nos encontramos tan expectantes?
Ahora bien, paradojas de la vida: los mineros reciben clases de oratoria y el cómo enfrentar entrevistas, cuando se encuentren fuera de la mina, ¿Será la salida un encierro de muerte…?
Misophonia, a neurological disorder, can profoundly impact social relationships. It causes extreme sensitivity to certain sounds, leading affected individuals to react with irritation. This creates confusion and tension in the surrounding atmosphere.
La misofonía es un trastorno neurológico que provoca una sensibilidad extrema a ciertos sonidos. Los afectados reaccionan con irritación, desconciertan a su entorno y se genera un clima de tensión que afecta la convivencia y relaciones sociales.
“Desde diosas hasta reinas, de cortesanas hasta científicas, de actrices hasta santas, desde escritoras hasta políticas… hemos estado en todas partes, aunque un manto de silencio se empeñara en cubrirnos o ignorarnos”. Julia Navarro.
Una exploración de la lucha interna de las mujeres en una sociedad obsesionada con la juventud. Una obra que desafía las normas estéticas y cuestiona cómo envejecen las mujeres en el imaginario colectivo, usando la estética del horror.
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