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Foto Gisela Savdie
Rosa Montero, escritora y periodista española, autora de varios libros entre ellos, La hija del caníbal- llevado a la pantalla- y, La loca de la casa e Instrucciones para salvar el mundo- presentado en la Feria del Libro de Miami del 2010-, nos concedió una entrevista recién llegada de Puerto Rico. Allí acababa de recibir la distinción “Doctor Honoris Causa en Letras Humanas” de parte de la Universidad de Puerto Rico, título que también fue otorgado a la cubana Mayra Montero y a la mejicana Elena Poniatowska.
A pesar del cansancio del viaje y de que la abordamos sin dejarla siquiera desempacar, contestó muy animada y con energía única a las preguntas que le hicimos, entrevista que devino en una interesante charla sobre literatura y cine.
Con relación al proceso creativo, Rosa menciona que “uno no escoge las novelas que escribe sino que ellas te escogen a ti”, las ideas van tomando forma dentro de ese mundo de la imaginación, como sucede con los niños y luego, van madurando hasta llegar al punto en que “sientes que esto tienes que contarlo” y de esta manera se van conformando en algo orgánico.
El periodismo siempre ha estado presente en la vida de la escritora y, aunque esto fue lo primero que publicó, la ficción hace parte de su vida desde que tenía 5 años, cuando empezó a escribir cuentos de ratitas que hablaban. “Para mí el periodismo es un género literario como cualquier otro y, cuando se está escribiendo ficción, ayuda a hacer buenos diálogos”. También “te enseña humildad, porque cuando llegas con un reportaje de 16 paginas que debe ser cortado, se te desgarra el corazón… pero si das con un buen editor, reconoces que gracias al corte quedó mucho mejor”. Esto es lo que Rosa Montero considera importante, no enamorarse ciegamente de lo que se escribe sino aprender a prescindir de lo innecesario en miras a lograr algo mejor.
En el periodismo, al contrario de lo que sucede con la ficción, “el tema lo escoges tú, porque si bien la ficción viene del subconsciente, el periodismo viene de lo consiente. Escribo de lo que sé, de lo que me he documentado, de algo que razonas y buscas una opinión propia. En la ficción escribo sobre lo que no se que sé”. En el periodismo cuenta el factor tiempo, hay que entregar los artículos y no siempre salen bien cuando llega el límite de la entrega.
Algunos libros de Rosa Montero se han llevado a la pantalla, y otros se encuentran en el intento. La escritora considera que la película no tiene que ser fiel al libro. “Creo que es un gran error eso de hacer estampitas de un libro, no tiene sentido. La obligación del director de cine es hacer una buena película, hacer suya la historia y darle su propia interpretación. Bajo este criterio se encuentra satisfecha con el montaje que Serrano le dio a La hija del caníbal ,“logró hacer una película que resultó muy suya dentro de su propio género de comedia melancólica agridulce… Ya no es mi novela, es su película”. A Rosa le encanta el cine, y en una época colaboró como crítica en Fotogramas, sin embargo prefiere leer y le gusta saber lo que puede lograr un buen director con una de sus novelas, pero afirma que nunca escribiría ella misma el guión.
Respecto al lector menciona que no hay dos lecturas iguales. Cada cual interpreta la obra a su manera y a Rosa le interesan mucho sus lectores. “lo que queremos todos los escritores es que nos lean”. La historia de la literatura está llena de escritores maravillosos que no se reconocieron en su momento, o que no se publicaron y terminaron suicidándose o volviéndose locos”. Recuerda así el caso de Melville, cuyo reconocimiento fue póstumo.
.. el escritor joven “es muy egocéntrico; aún cuando habla de los demás, habla de sí mismo, en tanto que el escritor maduro aunque hable de sí mismo está hablando de los demás”.
El lector es muy importante para Rosa Montero. Hace alusión al estudio hecho por la escritora argentina Clara Obligado, quien después de una evaluación cuantitativa sobre los lectores concluye que si una persona lee un libro a la semana hasta los 80 años, al final habrá leído 3000 libros en su vida, lo cual no es nada. “Si te pones a pensar en eso te dan ganas de besar a cada uno de tus lectores pues si escogió leer tu novela entre todo lo que hay disponible, es maravilloso”.
Desde la publicación de su primera novela Crónicas del desamor hasta el presente, la escritora ha sufrido un proceso de evolución. Piensa que el escritor joven “es muy egocéntrico; aún cuando habla de los demás, habla de sí mismo, en tanto que el escritor maduro aunque hable de sí mismo está hablando de los demás”. Considera que el proceso de maduración pasa por varias etapas, y debe llegar en últimas a lograr distanciarse del objeto narrado. “Conseguir que incluso hablando de ti mismo hables de todos, borrar el yo, ir a ese inconsciente profundo donde todos están allí, porque al final todos somos iguales”. Otro logro consiste en manejar el estilo, “contar lo que quieres contar con lo mínimo posible, ser cada vez más breve, sin añadidos innecesarios, ser más sustancial, más original”. El tercer ingrediente posiblemente sea la libertad interior, “a la hora de crear un libro es muy importante lograr esa libertad que te separa no solo de las presiones de fuera, del mercado, de tus propios tabúes, de tus orejeras, de la necesidad de agradar o de la necesidad de responder a una idea que tienes de ti mismo”. Rosa Montero cree que todavía le queda un gran camino por recorrer, que aun no dado lo mejor de sí misma y que su novela máxima no se ha escrito aún. “Si no tienes esa ambición no llegaras nunca a nada”.
Por último abordamos el imprescindible tema de la tecnología digital, sobre lo cual opina que las ventajas son innumerables. “Soy muy perfeccionista y antes tenía que reescribir páginas y páginas o cortar y pegar papeles para no escribir todo otra vez. Por eso soy partidaria de las nuevas tecnologías, tengo el e-book”. Aunque opina que el libro de papel perdurará para la lectura, no lo ve así para la investigación. También acepta que en español todavía hay poca oferta pero que es solo cuestión de tiempo para que se solucione éste y algunos de los otros problemas que contemplan la tecnología digital, como los derechos intelectuales, la piratería y la gestión. “No hay quien pague el periódico digital, estamos en un momento malísimo, pero luego se arreglará”.
Aunque no acostumbra a hablar de sus nuevas novelas hasta que salen, nos adelanta el titulo de la próxima, Lagrimas en la Lluvia, que tardó tres años en escribir, tiempo que suele transcurrir entre una y otra.
“Me gusta buscar nuevos caminos, cada libro es una sorpresa, me gusta escribir desde donde ya no se puede escribir”.
París de principios del siglo XX atrajo artistas de todo el mundo. Muchos críticos de arte reclamaron el nacionalismo artístico, enfatizando las diferencias entre los locales y autóctonos y los extranjeros… los extraños, entre ellos Picasso, Joan Miró y Marc Chagall.
“Abstenerse de sexo no es suicida, como lo sería abstenerse del agua o la comida; renunciar a la reproducción y a buscar pareja…con la decisión firme de perseverar en este propósito, produce una serenidad que los lascivos no conocen, o conocen tan solo en la vejez avanzada, cuando hablan aliviados de la paz de los sentidos”.
Un paseo a dos voces y dos estilos por Churriana, un pueblo al lado de Málaga que alguna vez fuera una barriada y actualmente forma parte de la ciudad.
¿A dónde quedan las preguntas en la era de los algoritmos, la hiperinformación y un sistema de educación obsoleto? Pero ¿la capacidad de explorar y enfrentarnos a lo que no sabemos depende solo de la realidad tecnológica?
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