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37

Desatentos, Hiperactivos, Oposicionistas… ¿Por qué encontramos cada vez más niños clasificados?

Buenos Aires
Que la medicina solucione aquello que en realidad solo necesita tiempo y adultos en disponibilidad.

En la actualidad, ¿cuántas veces cuando nos encontramos ante un niño que muestra algunas dificultades, que por lo general se ponen de manifiesto en la escena escolar, lo intentamos estirar o acortar para que encaje en aquello que suponemos que es lo esperable, lo normal, lo mejor para él?

El enfermo mental no ha existido siempre, del mismo modo que no ha existido siempre el médico encargado de curar esa supuesta enfermedad mental. ¿Personas que no encajan?, seguramente ha habido desde siempre, pero antes del siglo XVIII la locura no era considerada una enfermedad. Es en el siglo XIX cuando los locos pasan a ser patrimonio de la “Higiene Pública” y encomendados a la medicina. Aparece entonces el manicomio, y el loco es obligatoriamente internado en un lugar de reclusión exclusivo, el asilo de alienados. El objetivo central del manicomio era descubrir cuál era la verdad de la enfermedad mental, y para ello había que aislarla, para crear una situación ideal en la que se pueda hallar la verdad de la locura.

el chaleco de fuerza ha sido reemplazado por el chaleco químico, con frecuencia autoimpuesto en la adultez, que deja el terreno allanado para el ingreso de psicofármacos en la infancia y la banalización de su consumo.

En estos tiempos se han producido nuevos giros, el chaleco de fuerza ha sido reemplazado por el chaleco químico, con frecuencia autoimpuesto en la adultez, que deja el terreno allanado para el ingreso de psicofármacos en la infancia y la banalización de su consumo. Las brujas y herejes quemados en las hogueras en el siglo XVI, pasaron a ser los locos confinados de los siglos XIX y XX, atrapados en el chaleco químico en el siglo XXI.

En el pasado los diagnósticos de trastornos mentales eran raros y temidos, hoy con frecuencia, son buscados por los propios usuarios y/o sus allegados porque son la única vía de ingreso a prestaciones médicas y/o sociales, a las cuales de otro modo no se tendrían acceso.

En esa línea encontramos que actualmente, cuatro millones de estadounidenses reciben un subsidio por incapacidad a causa de una enfermedad mental. Cada día 850 adultos y 250 niños con una supuesta enfermedad mental se suman a esta lista. Los jóvenes que reciben cheque por incapacidad debida a una enfermedad mental pasaron de 16.200 en 1987 a 561.569 en 2007. (Whitaker, R., 2010)

Banalización del consumo de psicofármacos en la infancia

Quisiera retomar dos noticias que circularon en la web. La primera es una  aplicación para celulares que se llama “Cry Translator” y está pensada para que los padres sepan, en todo momento, por qué llora su bebé.
Analiza durante 10 segundos el llanto del niño e indica si el mismo está provocado por hambre, sueño, estrés, malestar o aburrimiento. Además, la aplicación aconseja cómo calmar al pequeño, teniendo en cuenta lo que supuestamente le sucede.

La segunda, publicada en un periódico español: “Expertos advierten del abuso de psicofármacos en la edad infantil”. El consumo de psicofármacos se ha extendido de un modo tal que se recetan hasta en bebés, “más del 15% de niños entre 4 meses y 6 años consumen antidepresivos, somníferos, estimulantes, antipsicóticos, por prescripción médica”,  señala el psiquiatra español José Luis Pedreira Massa, indicando que por lo general los mismos no son recetados por psiquiatras infantiles, sino por médicos generalistas o dados por los propios padres.

La crianza necesita tiempo y un otro humano en disponibilidad, cuando esto no sucede porque el adulto está absorbido por sus propias preocupaciones, porque está agobiado de exigencias externas, porque no tiene una red de sostén, entonces el recurso a las soluciones mágicas parece ser preponderante.

Considero que existen vínculos entre ambas noticias. Si bien todos los padres nos hemos lamentado alguna vez por qué los bebés no vienen con manual de instrucciones, nunca supusimos que podría haberlo, mucho menos en formato de app. El vínculo padres-bebés es el posibilitador que transforma al cachorro humano en sujeto. Sin este vínculo de libidinización, deseos, fantasmas, sueños, miedos, angustias, apuestas simbólicas, es muy difícil que la cría se humanice.  Por otra parte el cerebro para armar nuevas conexiones neuronales necesita de intercambios amorosos. La empatía es un motor privilegiado que requiere de un adulto que la posibilite.

La crianza necesita tiempo y un otro humano en disponibilidad, cuando esto no sucede porque el adulto está absorbido por sus propias preocupaciones, porque está agobiado de exigencias externas, porque no tiene una red de sostén, entonces el recurso a las soluciones mágicas parece ser preponderante. Así es como se abona el terreno en el cual la medicalización de la infancia encontrará tierra fértil.

Lo que encontramos entonces es que en el mundo occidental el consumo de psicofármacos en la infancia se incrementó de un modo alarmante. El Centro de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC) informó en mayo de 2014 que más de diez mil niños entre 2 y 3 años estaban siendo medicados por Transtorno por Déficit de Atención (TDA-H) en el país, aunque la medicación está contraindicada en los primeros años de vida. En Brasil se registró un aumento de 775 % en las ventas de metilfenidato (la droga que se utiliza para el TDA-H) entre 2003 y 2012. En el Reino Unido entre 2000 y 2002, hubo un aumento de 75% en la prescripción de antidepresivos en la infancia (British Medical Journal, 2004). En Argentina la importación de metilfenidato creció significativamente desde el año 2006 (50kg), elevándose en un 81.5 % en el año 2008.

Estrategias del proceso medicalizador

Algunas de las estrategias del proceso de medicalización son:

  • El proceso de medicalización refiere a la transformación de dificultades comunes de la vida en enfermedades que necesitan ser tratadas medicamente. No es una crítica a la medicina, ni a las medicaciones, sino a una forma de abordar las diferencias inherentes a lo humano como problemas médicos. Por ejemplo, las molestias premenstruales pasaron a ser el Sindrome Premenstrual; la timidez se transmutó en Fobia social; los niños desatentos, soñadores, movedizos pasaron a ser TDA-H (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad); los niños con berrinches o los adolescentes rebeldes ahora son TOD (Trastorno Oposicionista Desafiante). Para cada uno hay una medicación disponible.
  • Introducir la posibilidad de prevención del riesgo, medicándolo, como el riesgo a a tener hijos adictos o delincuentes que supuestamente podría prevenirse con la ingesta de metilfenidato.
  • En la actualidad las compañías farmacéuticas están implicadas activamente en la definición de qué es una enfermedad y cuál es el modo de tratarla, así como en la formación de los médicos a través de congresos, cursos y publicaciones.
  • La medicina de calidad es aquella que se adecua a la norma sin cuestionarla. La “Medicina basada en la evidencia” aparenta ser objetiva, sin embargo deja mucha información no conveniente fuera, como por ejemplo las respuestas positivas al efecto placebo o cuáles son las consecuencias a largo plazo del consumo de psicofármacos en la infancia.
  • Es importante subrayar que el proceso medicalizador no siempre está iniciado o sostenido por médicos. De hecho, los psiquiatras son los que menos recetan los psicofármacos que se consumen, y con frecuencia son los docentes o los propios padres quienes buscan que la medicina solucione aquello que en realidad necesitaría tiempo y adultos en disponibilidad.
  • Existe un intento de localización de las causas de las enfermedades mentales en el cerebro, confundiendo el cerebro como productor, con el cerebro como asiento de procesos que posibilitan y regulan la relación entre el organismo y su medio ambiente y desconociendo que es en el encuentro del sujeto y el Otro inmersos en una estructura social, económica, lingüística y política donde se producen las diferentes subjetividades. (Braunstein, 2013)

    Para incrementar la productividad se intentan optimizar procesos psíquicos y mentales, porque el fracaso es un inconveniente individual que habrá que resolver a cualquier precio.

 

Sociedades del rendimiento

Byung Chul Han (2013), filósofo contemporáneo, plantea la idea del “sujeto del rendimiento” como aquel que se pretende libre y es en realidad un esclavo de sí mismo. Añade que, en esta época, la propia explotación resulta más eficaz porque viene acompañada de un sentimiento de supuesta libertad. Los smart phones, siempre a la mano, absolutizan el trabajo, no hay “fuera del alcance de cobertura” y los adultos siempre tenemos una urgencia que resolver, un mensaje importantísimo que contestar, que nos deja en conexión permanente con el afuera, pero con poca disponibilidad para la ligazón con el adentro, sea ese interior nuestra propia subjetividad o los vínculos cercanos. Estamos en una era de soledades hipercomunicadas. La autoexplotación no nos transforma en revolucionarios sino en depresivos, y aquel que no encaja en el sistema hoy ya no es encerrado, sino que es medicado para que retorne rápidamente a formar parte de la cadena productiva y consumista. Para incrementar la productividad se intentan optimizar procesos psíquicos y mentales, porque el fracaso es un inconveniente individual que habrá que resolver a cualquier precio. Esto habilita y promueve el consumo de psicofármacos como un medio legitimado de dar lo mejor de sí.

El profesional que toma en cuenta la complejidad de la época puede ser un posibilitador de oportunidades

En la “sociedad del rendimiento” no hay tiempo que perder. Cuando el dinero nos permite tener todos los recursos a la mano, el imperativo categórico ordena utilizarlos inmediatamente. Los profesionales de la salud a veces se tecnifican ocupándose cada uno de medir, evaluar y tratar de resolver el aspecto que le corresponde a su disciplina, etiquetando niños a partir de conductas observables, perdiendo de vista al pequeño como un ser sufriente que necesita ser albergado.

Las patologías por las cuales se consultan hoy están más ligadas a las fragilidades narcisistas, al desamparo epocal. El profesional que toma en cuenta la complejidad de la época puede ser un posibilitador de oportunidades en tanto propicie encuentros subjetivantes, aloje al otro en su otredad y ayude a tejer tramas de sostén que sustenten al niño y a los padres.

 

Bibliografía

Braunstein, N. (2013) “Clasificar en psiquiatría”. Siglo XXI editores. México.

Byung Chul Han (2013) “La sociedad de la transparencia”, España, editorial Herder

Diario Sur (2015) “Expertos advierten del abuso de psicofármacos en la edad infantil”. Disponible en http://www.diariosur.es/sociedad/salud/psicologia/201505/12/expertos-advierten-abuso-psicofarmacos-20150512165202-rc.html Accesible el 14 de marzo de 2016

Itunes (2015) Cry Translator. Disponible en https://itunes.apple.com/ar/app/cry-translator/id332636983?mt=8 accesible el 14 de marzo de 2016

Whitaker, R., (2010) Anatomy of an epidemic. USA, Broadway edition

5 Comentarios

  1. Me encanto el articulo, muy claro! estoy totalmente de acuerdo con la autora y creo que todo pasa por el vínculo, las miradas, el juego, el sostén entre padres/madres e hijos/hijas. ESE ES EL MEJOR REMEDIO.

  2. me parece , como docente de discapacitados de audición , voz y lenguaje, que debemos apelar a la personalización de la enseñanza, hecha para cada alumno, individul, respetando tiempos propios, hacer y rehacer, hasta comprender.

  3. El articulo es muy bueno y amplio. Estoy de acuerdo con la autora en la importancia de las relaciones con los otros,en la temática de la niñez..
    «A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar,pero el mar sería menos si le faltara esa gota»

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