De adulta y después de varias décadas de vivir en Estados Unidos, Alka Joshi regresó a su país natal, India, con su madre. Guiada por ella, Joshi se sumergió en la atmósfera embriagadora de colores, sonidos, comidas deliciosas, especias, tradiciones de larga data y una historia cultural que resonó profundamente en ella. Le trajo el sentimiento perdido de su infancia en Jaipur. El efecto de volver allí fue crucial para la autora. De esas experiencias nació Lakshmi, el personaje principal de The Henna Artist. Joshi imaginó la vida que su madre podría haber tenido en la India si hubiera encontrado los medios cuando aún era una adolescente. De manera que Lakshmi sería esa mujer independiente, si bien ficticia, que su madre no podría ser.
El libro fue un proyecto que Joshi tardó diez años en completar, después de una cuidadosa investigación y varios viajes a la India. En sus propias palabras, «Mi madre me dio el regalo de opciones y libertades que ella no tenía. Esta novela es mi regalo para ella».
Alka Joshi nació en India y se crió en los Estados Unidos desde los nueve años. Tiene un B.A. (Business Administration) de la Universidad de Stanford y trabajó tres décadas en publicidad y marketing antes de obtener su MFA (Master of Fines Arts) de la Facultad de Artes de California. A los sesenta y dos años, en 2020, Joshi publicó su primera novela, The Henna Artist, que inmediatamente se convirtió en un bestseller del New York Times. El libro también fue elegido por el Reese Witherspoon Bookclub y fue incluido en la lista para el primer premio de novela del Center for Fiction. En la actualidad Miramax T.V está desarrollando una serie episódica.
The Henna Artist es tu novela debut, publicada el año pasado, y ha tenido mucho éxito a pesar de la pandemia. Galardonada con una impresionante variedad de premios y honores, da vida a la India y transporta al lector occidental a un mundo exótico y en su mayoría desconocido.
Lo que yo quería mostrar en ese libro es que hay muchos aspectos dentro la India. Allí conviven muchos tipos diferentes de pueblos y estilos. Si alguien solo tiene una preconcepción parcial de lo que es el país, puede encontrar que hay otro tipo de gente allí, viviendo una vida diferente. Albert Einstein dijo una vez sobre la India: «Le debemos mucho a los indios que nos enseñaron a contar, sin los cuales no se podría haber hecho ningún descubrimiento científico». Muchos en Occidente no dan el crédito a la India por todas sus contribuciones en matemáticas, ciencia, exploración, descubrimiento, e ingeniería. Creo que es una parte integral de nuestra historia que ni siquiera muchos sud-asiáticos conocen. Ahora, como adulta, puedo comunicar y transmitir a otros mi visión de mi país natal a tal como lo conozco.
Naciste en India y tus padres te trajeron a Estados Unidos cuando eras niña. ¿Cómo fue tu experiencia como estudiante en el Medio Oeste americano?
Fue muy confusa. Cuando llegué a los Estados Unidos, me decían cuál era su idea de la India y no entendía de qué hablaban porque eso no era el país que yo conocía. Venía de un país donde todos los niños en mi clase se parecían a mí, en el color de la piel y en el mismo origen, clase media. Pero los estadounidenses asumían que yo debía ser de una clase socioeconómica mucho más baja. Imaginaban que debía haber sido analfabeta y aprendido inglés para venir aquí. No sabían que en India aprendemos inglés en la escuela desde el primer día de clase. La mayoría de los indios son políglotas; conocen más de un solo idioma. También tenían la impresión de que yo era menos civilizada que ellos, que tal vez comía en el suelo y no sabría usar cubiertos en la mesa. De modo que la palabra que usaría para describir mis primeros años aquí es confusión.
La impresión que tenía de la India la gente a mi alrededor era muy negativa. No sabían de la capacidad que ese país tuvo de sobrevivir y prosperar. Es un pueblo que se negó a morir o darse por vencido, que resistió y que se hace cada vez más fuerte.
Como la gente de aquí pensaba que India era un lugar terrible para vivir, sentía lástima por mí. Me avergoncé de niña. Yo tenía nueve años y nadie se parecía a mí excepto mis hermanos y todos a mi alrededor creían que venía de un lugar sucio, así que pensé que tal vez era así. Quizás el lugar de donde vengo es horrible y entonces dejé de reconocer de dónde venía. Lo ignoré totalmente. No quería hablar de eso. Después, cuando fui mayor y aprendí sobre mi herencia, me di cuenta de que venía de un país asombroso, rico en cultura y que algunas de las tradiciones que están vivas hoy han sobrevivido durante siglos. Por ejemplo, algunas cosas que menciono en The Henna Artist: medicamentos a base de hierbas, la artesanía de la henna, que es una práctica relajante, calmante, y útil, ya que la pintura con henna enfría el cuerpo y esa planta crece en climas de calor abrasador. Así que cuando me di cuenta del valor de lo mío, me dije a mí misma, ellos no sabían nada sobre todos estos aspectos de la India. Y eso es lo que me decidí a mostrar en el libro.
Cuando ingresaste al programa de Maestría en Artes en la Facultad de Artes de California, tenías tu propia y exitosa empresa de marketing. En ese momento, ¿ya estabas escribiendo un borrador, o la historia del libro llegó más tarde, durante las clases de escritura creativa?
Fue casi simultáneo. Unos años antes de ingresar al programa MFA, había seguido el consejo de mi esposo y comencé a tomar clases de escritura por la noche. En estas clases estábamos aprendiendo a escribir un cuento. Nunca había escrito una historia corta, y cuando comencé a escribir, me di cuenta de que las experiencias más ricas que tenía eran de la India. Aquellas todavía estaban tan vivas en mi memoria, tan incrustadas en mi ADN, y supe que eso era sobre lo que quería escribir. Esa era la parte más vital de mi pasado. Entonces, comencé a escribir sobre ella y noté que las reacciones de mis instructores de escritura y los estudiantes en mis clases eran muy positivas. Querían saber más sobre la experiencia india. Al entrar en el programa de MFA, tuve la idea de escribir esta historia en particular y no solo un cuento corto, sino un libro. Quería incorporar a la historia una reinvención de la vida de mi madre.
Visitaste Jaipur con tu madre. Cuéntanos sobre tu experiencia al regresar como adulta a tu lugar de nacimiento con ella, y cómo te inspiraste para crear Lakshmi, la valiente protagonista de The Henna Artist. Que no es una mujer típica de la India de la década de 1950.
Fue al comienzo del programa MFA cuando comencé a llevar a mi madre de ida y vuelta a Jaipur. Pasé mucho tiempo con ella y aprendí sobre su pasado. Me di cuenta de que era extraordinario que una mujer criada de manera tan tradicional, que llegó a tener un matrimonio arreglado e inmediatamente tuvo hijos y no pudo tomar decisiones propias, me permitiera a mí tener tantas opciones. Para ella también era importante.
Durante el programa en MFA, pensaba en mi madre y en cómo hubiera sido su vida con todas estas oportunidades que yo tengo. Y pensé, ¿qué pasa si compongo un personaje como Lakshmi, y si esa mujer llega a ser independiente?
Mientras estaba con mi madre en Jaipur, hicimos todas las cosas que a ella le hubiera gustado hacer cuando vivía allí. Fuimos al bazar en busca de saris, a las joyerías, y fue muy divertido ver todos esos productos diferentes que se venden allí. En India, los bazares están llenos de gente todo el tiempo. También visitamos el Palacio de Jaipur. Mi madre me contó que antes de partir hacia América, allí tomó el té con la Maharani, quien invitaba a todas las esposas de las familias que estaban a punto de salir del país. De sus descripciones yo tomé las ideas para las imágenes del palacio y de la Maharani para el libro.
A los dieciocho años, su padre pensaba que era «un poco mayor, una solterona, y si esperaba más, nunca podría conseguirle una pareja.» Mi madre debe haberse sentido muy mal. No quería decepcionar a su familia y si se quedaba en la universidad, como quería, los habría defraudado. Así que dejó la escuela, y a los veintidós años ya tenía tres hijos. Cada vez que nacía un bebé, ella sufría depresión de posparto.
Por eso hice toda esta investigación sobre qué se le daría en la India a una mujer con depresión, y es por eso que en la historia Lakshmi alimenta a la Maharani con frutas, especias y hierbas que se han utilizado en el país durante siglos para ayudar a las mujeres en esos trances. Existe un caudal de conocimientos para sanar el cuerpo transmitido a través de los siglos exclusivamente por mujeres, tanto en la India como en otras culturas.
Yo siempre he sido feminista. No me avergüenzo de esa palabra. Y creo que mi madre era feminista porque me educó para tomar mis propias decisiones. Fuera de mi hogar siempre me dijeron que yo era demasiado rebelde, demasiado franca y díscola si opinaba en voz alta. Eso me molestaba. Y me preguntaba por qué los hombres tienen siempre la última palabra sobre cómo debemos actuar o vivir las mujeres. Así es que cuando comencé a re-imaginar la vida de mi madre en el personaje de Lakshmi, pensé que la protagonista tampoco podría escapar al hecho de su matrimonio en esa época. Pero ¿y si hubiera podido dejar su matrimonio antes de que llegaran los hijos? A los dieciocho años, mi madre, por ejemplo, no sabía nada de sexo ni de dónde vienen los niños. ¿Y si hubiera habido cerca una figura mayor, una mujer, que entendiera las funciones reproductivas y supiera cómo permanecer sin hijos a base de hierbas? Fue entonces cuando decidí quién sería la persona que le enseñaría a Lakshmi a evitar los hijos. Lakshmi necesitaba aprender de su suegra, si no, nunca podría abandonar el matrimonio. Porque en esa época una mujer sola y con hijos nunca podría sobrevivir. Así comencé a construir el personaje en función de lo que ella necesitaba hacer. Ella necesitaba los conocimientos de su suegra para escapar del matrimonio. La necesitaba para establecer su propia carrera y las propias reglas para su vida.
La independencia del país del dominio británico fue en la década de 1940. ¿Influyó ese significativo evento en la elección del marco temporal de la historia?
Sí, fue una influencia considerable. La partición de la India se produjo en 1947 y fue entonces cuando se obtuvo la independencia de los británicos. En el momento de la partición, hubo muchos movimientos humanos. India era un país grande, y antes de irse los británicos decidieron crear un país para musulmanes, Pakistán, y el resto sería India. El gobierno paquistaní decidió que, si la gente no era musulmana y quería conservar su casa y sus tierras, debería convertirse al Islam. Eso es lo que hicieron muchos, en vez de mudarse y dejar la familia y la vida allí. En tanto que el gobierno indio dijo a los musulmanes: «Pueden irse o quedarse. Es lo mismo». Muchos musulmanes fueron a vivir a Pakistán, pero millones se quedaron en la India.
En el momento de la independencia, y años después, cuando comienza The Henna Artist, existía mucha confianza en la capacidad de los indios para recrear su propia economía, un sistema escolar y políticas para su pueblo. Hubo una gran conmoción creativa en el país. Trescientos millones de indios querían ser parte de la experiencia que comenzaba. Pensé que nadie había escrito sobre ellos, eran en su mayoría indios y a pesar de la partición que hicieron de su país, estaban muy comprometidos con la reconstrucción de la India, sobre lo cual yo quería escribir.
La gente en la India es muy consciente de su clase y de su casta. Pueden vivir su vida y seguir con sus actividades, pero saben que el chico que viene a traer la leche es de otra casta, y no socializan con él. Es como aquí en América. No voy a invitar a cenar a mi jardinero o al ama de llaves.
En tu novela hay un intercambio fluido entre las castas en la India, aunque desde afuera la impresión es de un orden muy rígido y establecido.
La gente en la India es muy consciente de su clase social y socioeconómica, y de su casta. No hablan demasiado de ello, pero todos son muy conscientes. Pueden vivir su vida y seguir con sus actividades, pero saben que el chico que viene a traer la leche es de otra casta, y no socializan con él. Es como aquí en América. No voy a invitar a cenar a mi jardinero o al ama de llaves. En la India son muy conscientes de las clases, te relacionas a diario con todo tipo de personas, pero de forma diferente con cada una. En la India la gente vive en los mismos barrios. Como aquí, vives al lado de vecinos con diferentes religiones o clases, aunque no te visites. Eso no significa que en la India no trabajen o hagan negocios juntos o que sus hijos no vayan a la misma escuela. Quería mostrar que existen relaciones simbióticas entre personas de diferentes religiones en la India. Es una cosa muy común. Y como en todas partes, de vez en cuando hay conflictos, pero eso no significa que las personas no puedan vivir juntas en paz.
Lakshmi tiene un objetivo: terminar de construir su propia casa, y es bastante firme al respecto. Parece una metáfora de su crecimiento y madurez.
Creo que lo que estoy proyectando allí es mi propia experiencia en la vida. En cierto momento me di cuenta de que ya había pasado a la categoría de adulta; tengo una hipoteca, tengo dinero en el banco y he trabajado mucho en la casa, en cada detalle, incluso en el jardín. Pero cuando la relación afectiva se rompió, pensé que sería desgarrador dejar la casa. He puesto mi corazón y mi alma en este esfuerzo que me convierte en un adulto, pensé. Sin embargo, cuando llegó el momento de dejar la casa y venderla, no sentí eso. Me sentí completamente libre. Era como si la casa hubiera sido un albatros alrededor de mi cuello. Había sido una obligación de una manera tal que ni me di cuenta de que llegó a ser casi una prisión.
Creo que esto pasa a veces. Nos aferramos a lo que sabemos o tenemos con desesperación porque pensamos, oh, Dios mío, si lo dejo ir, mi mundo entero se desmoronará. Y luego, cuando lo dejas ir, te das cuenta de que el mundo sigue funcionando, que no se derrumbó. Yo quería que Lakshmi tuviera la misma experiencia; abandonar la idea de que poseer cosas nos hace independientes. No tiene nada que ver con eso. Cuando dejas ir las cosas te sientes libre.
Sé que has proyectado esta historia como una serie de tres volúmenes. ¿La publicación del segundo libro está próxima?
Si. Tengo The Secret Keeper of Jaipur justo aquí. Ya está listo para salir a la venta el 22 de junio. La trama de este libro sucede doce años después de The Henna Artist, y Malik ha crecido. A muchos de mis lectores les encanta el personaje de Malik y él me agrada mucho también. Así que decidí escribir The Secret Keeper of Jaipur, sobre Malik cuando se convierte en adulto.
Por su parte el tercer libro es un volumen que tiene muchas cosas que escribí para The Henna Artist y que nunca llegué a incluir en el manuscrito final. Es la historia de Radha, la hermana de Lakshmi, como adulta, por lo que el tercer libro avanzará la historia otros seis años. Su hijo, el bebé que ella dio en adopción en The Henna Artist, ahora tiene dieciocho años. Accidentalmente descubre que es adoptado y decide ir a buscar a su madre biológica.
Radha vive en París, es perfumista, tiene un marido parisino, dos niñas y la familia que siempre quiso. De modo que estoy investigando perfumes y todos sus ingredientes. Además, este tercer libro explora cómo es para los adoptados y los padres adoptivos manejar este asunto. Al mismo tiempo, estoy tratando de estudiar a los que nacieron en India y se han mudado a diferentes países. Disfruto mucho haciendo la investigación para mis libros. Primero hago toda la investigación y luego selecciono las partes que irán en el libro, pero la investigación es sin duda la parte más interesante de este proceso.
El uso de las redes sociales contribuyó al aumento de la ansiedad y depresión en la Generación Z, provocando efectos que perturban su bienestar emocional. Sin embargo, los jóvenes pueden desarrollar narrativas más saludables sobre sí mismos.
Un paseo a dos voces y dos estilos por Churriana, un pueblo al lado de Málaga que alguna vez fuera una barriada y actualmente forma parte de la ciudad.
¿Nuestras conductas son el resultado predeterminado por la biología y el ambiente que nos toca? El dilema del determinismo está más vigente que nunca.
La artista guatemalteca explora la relación entre la humanidad y la naturaleza, y cómo se afectan mutuamente. Desde su estética del vacio, la destrucción que causa un hongo o las termitas no es solo pérdida, sino una redefinición de significado.
SUSCRIBIRSE A LA REVISTA
Gracias por visitar Letra Urbana. Si desea comunicarse con nosotros puede hacerlo enviando un mail a contacto@letraurbana.com o completar el formulario.
DÉJANOS UN MENSAJE
Imagen bloqueada
Un comentario
Isabel, gracias por esta entrevista que escudriña las motivaciones de la escritora en su proceso creativo y por mostrar otra cara de una India mágica, fascinante y desconocida.