Por
Si usted es como la mayoría de los estadounidenses, comienza su día con el desayuno, tal vez huevos y tostadas, junto con una porción de pastillas. Según una encuesta reciente de la publicación Consumer Report, más de la mitad de los estadounidenses toman al menos un medicamento recetado al día, y la persona promedio toma cuatro. Desde 1997, el número total de prescripciones ha aumentado en un 85%, mientras que la población creció solo un 21% en la misma cantidad de tiempo.
El uso de medicamentos que se prescriben también aumenta con la edad. En 2014, uno de cada cuatro niños tomó uno o más medicamentos recetados en comparación con nueve de cada diez adultos mayores de 65 años. En todo el mundo, los Estados Unidos representan el 5% de la población mundial, sin embargo, consume el 50% de todos los productos farmacéuticos vendidos. ¡Más que el Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, Japón (y el resto de Asia) y toda América Latina combinados!
Estas estadísticas son aterradoras. Como médico, me pregunto: “¿Con todas estas medicinas, nos estamos volviendo más sanos o más enfermos?” Un número de personas más alto que nunca está siendo tratado con remedios por afecciones crónicas como el colesterol, la diabetes, la depresión y la hipertensión. Como sociedad, nos gustaría creer que todos estos medicamentos recetados en realidad están salvando vidas, idealmente sin efectos dañinos. Sin embargo, a menudo este no es el caso.
En todo el mundo, los Estados Unidos representan el 5% de la población mundial, sin embargo, consumimos el 50% de todos los productos farmacéuticos vendidos.
Sabemos que muchos pacientes exigen cualquier píldora que resuelva su problema. La solución rápida se ha convertido en el camino, en lugar de modificar el estilo de vida. Hoy en día, el público es bombardeado con comerciales que promocionan una gran cantidad de medicamentos para resolver cualquier problema. Y aunque los efectos secundarios pueden ser devastadores, nos hemos convertido en una sociedad que no está dispuesta a lograr la salud a través de nuestros propios esfuerzos.
Muchas condiciones médicas crónicas mejorarán con mejores opciones de estilo de vida. La pérdida de peso se puede lograr simplemente eliminando las bebidas azucaradas y preparando comidas saludables en casa en lugar de comer en restaurantes de comida rápida. La incorporación de cantidades moderadas de ejercicio puede proporcionar aún más beneficios para la salud. Hacer una caminata corta, rápida y enérgica, o subir las escaleras, quemará calorías que no hubieran sido quemadas al permanecer inactivos. Dejar de fumar o reducir el consumo de alcohol es otro cambio en el estilo de vida que tiene beneficios reales. Las personas que tienen dificultades para hacer esto por su cuenta, pueden encontrar fácilmente la asistencia que necesitan en varios grupos de apoyo. Reducir el estrés, aunque es difícil, también puede llevar a una reducción significativa en dolencias relacionadas con la salud física. Muchos han elegido recuperar la salud a través de estos cambios de estilo de vida, y han cosechado los beneficios. Y todos estos cambios pueden producirse sin el uso de medicamentos. Se trata de una elección personal.
Como sociedad, nos gustaría creer que todos estos medicamentos recetados en realidad están salvando vidas, idealmente sin efectos dañinos. Sin embargo, a menudo este no es el caso.
Entonces, ¿quién tiene la culpa de esta epidemia de drogas? ¿Los doctores? ¿Los pacientes? ¿Las compañías farmacéuticas? En 2015, se gastaron $325 mil millones de dólares en compras de medicamentos aquí en los Estados Unidos. Se estima que esta cantidad aumentará de 4 a 7%, alcanzando cerca de $600 mil millones de dólares gastados anualmente para 2021. Los costos se han vuelto asombrosos y afectan a muchos presupuestos familiares, incluso obligando a muchas personas con ingresos fijos a elegir o sus medicinas, o sus alimentos.
¿Qué pasa con los peligros asociados con los efectos secundarios de los medicamentos? Todo lo que uno tiene que hacer es mirar un comercial de televisión sobre un medicamento recetado y escuchar la letanía de los efectos secundarios que parecen seguir y seguir.
aunque los efectos secundarios pueden ser devastadores, nos hemos convertido en una sociedad que no está dispuesta a lograr la salud a través de nuestros propios esfuerzos.
Las estadísticas son asombrosas. Casi 1.3 millones de personas aquí en los Estados Unidos acudieron a salas de emergencia en 2014 debido a los efectos adversos producidos por la ingestión de medicamentos recetados, y como resultado, aproximadamente 124,000 personas murieron. ¿Y qué sucede con otras personas que experimentan efectos secundarios menos graves? Típicamente, otros medicamentos se prescriben para tratarlos. Sin duda, somos una sociedad que parece no tener problemas para agregar más píldoras a las que ya tomamos.
Uno podría preguntarse por qué los médicos les dicen a sus pacientes los beneficios de un medicamento que están recetando, pero no les dicen también los peligros.
Las personas que visitan varios médicos recibirán recetas de cada uno de ellos, y nos tenemos que preguntar sobre el riesgo potencial de las interacciones entre medicamentos. Un informe de Consumer Report de 2017 encontró que más de la mitad de los encuestados recibía recetas de dos o más proveedores de atención médica. Además, el 75% de ellos también tomaba en forma regular al menos un medicamento de venta sin receta.
Los médicos deben recordar quitar a sus pacientes las recetas innecesarias. Con demasiada frecuencia, los pacientes permanecen con un medicamento recetado mucho tiempo después de que sea necesario o incluso después de que la ciencia haya demostrado que el uso a largo plazo no es beneficioso.
Con demasiada frecuencia, los pacientes permanecen con un medicamento recetado mucho tiempo después de que sea necesario o incluso después de que la ciencia haya demostrado que el uso a largo plazo no es beneficioso.
Hay muchas dolencias que a menudo se beneficiarían más con cambios en el estilo de vida que tomando medicamentos. El dolor de espalda, la acidez estomacal y el insomnio, así como los estados previos a una enfermedad como el aumento de azúcar en la sangre, la presión arterial elevada o la pérdida ósea leve, a menudo se tratan con recetas en lugar de modificaciones en el estilo de vida.
¿Y qué hay de las opciones de salud alternativas? Antes de comenzar con una nueva receta consideremos alternativas. Encontrar información no es el problema, ya que está fácilmente disponible. Pero decidir qué hacer es la parte difícil. ¿Y a quién se dirige uno como guía? A los médicos de mi generación se les enseñó a tratar los problemas médicos con medicamentos. No teníamos entrenamiento específico en nutrición o opciones de salud alternativas. A menos que haya un cambio de paradigma actualmente en marcha, y los médicos del mañana aprendan un enfoque más integral de la atención, no solo a medicar los síntomas y la enfermedad, continuaremos como lo hemos hecho, yendo por el mismo y largo camino de la dependencia de medicamentos recetados.
El número de médicos que nunca considerarán una alternativa natural como método de tratamiento aún supera el número de los que lo harán. Desafortunadamente, hasta que se realicen más estudios para confirmar la eficacia de un tratamiento natural y luego sea aprobado por organizaciones como la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, el debate sobre la prescripción de medicamentos versus alternativas naturales continuará.
En los últimos tres años he realizado cambios en mi estilo de vida al elegir comer aún más sano, hacer más ejercicio, eliminar sustancias químicas tóxicas de mi hogar e incluso interrumpir mis medicamentos recetados. Consulté con mi doctor para que me retirara las recetas y, bajo su supervisión, tuve éxito. No sugiero que haga esto por su cuenta, ya que la eliminación repentina de algunos medicamentos tiene consecuencias reales que pueden dañarlo. Sin embargo, bien puede estar indicada una conversación con su médico sobre la posibilidad de reducir la cantidad de fármacos recetados. Si su médico no estuviera dispuesto a considerar esta opción, tal vez se podría considerar buscar un profesional que lo haga.
Una vez más, todo se reduce a la elección personal. ¿Desea tomar medicamentos recetados, sabiendo que está agregando químicos sintéticos a su cuerpo que pueden dañar su hígado, riñones u otros órganos? ¿O usted preferiría hacer cambios ahora en su estilo de vida que pudiesen evitar la necesidad de esos medicamentos, y beneficiarlo en el futuro?
Traducción: Isabel García Cintas
El uso de las redes sociales contribuyó al aumento de la ansiedad y depresión en la Generación Z, provocando efectos que perturban su bienestar emocional. Sin embargo, los jóvenes pueden desarrollar narrativas más saludables sobre sí mismos.
París de principios del siglo XX atrajo artistas de todo el mundo. Muchos críticos de arte reclamaron el nacionalismo artístico, enfatizando las diferencias entre los locales y autóctonos y los extranjeros… los extraños, entre ellos Picasso, Joan Miró y Marc Chagall.
Para los wayuu el mundo está lleno de seres atentos al universo, algunos son humanos y otros no. La noción de personas en el cristianismo, el judaísmo y otras religiones de occidente ubican a los humanos como los seres centrales del universo. ¿Cuál es la riqueza de una cultura sin esa jerarquía?
Una exploración de la lucha interna de las mujeres en una sociedad obsesionada con la juventud. Una obra que desafía las normas estéticas y cuestiona cómo envejecen las mujeres en el imaginario colectivo, usando la estética del horror.
SUSCRIBIRSE A LA REVISTA
Gracias por visitar Letra Urbana. Si desea comunicarse con nosotros puede hacerlo enviando un mail a contacto@letraurbana.com o completar el formulario.
DÉJANOS UN MENSAJE
Imagen bloqueada
Un comentario
Sin duda el artículo causará controversias. Necesitamos a más médicos valientes como la Dra. Miller que se atrevan a decir claramente lo que aqueja a la salud pública en este país. La verdad es que no nos estamos haciendo un país más sano si no al contrario. Esto nos debe poner a pensar seriamente acerca de las opciones que tomemos nosotros para el
Cuidado de nuestra salud y ser más pro activos en las conversaciones con nuestro médico cuando nos quiere recetar un medicamento. Hay que tener en cuenta las alternativas menos tóxicas siempre como una opción