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24

Non Limits City ¿Cómo serán las ciudades del futuro?

Barcelona
¿Cómo serán las ciudades del futuro? Low cost city, una respuesta para el caos urbano del siglo XXI.

Si algo caracteriza a la ciudad del siglo XXI es ser compleja, en transición, híbrida, dispersa y altamente caótica, un ente abierto, sin límites. Estos parámetros fueron creándose mientras la aglomeración pareció pasar desapercibida. El hecho transcendental ocurrió en el año 2008 cuando el 50% de la población vivía ya en las grandes y medianas ciudades. En aquel año se cruzó el umbral en que tres mil millones de personas habitaron los espacios urbanos. Quinientas ciudades superan hoy el millón de habitantes, 65 mega ciudades concentran setecientos millones de habitantes. En 2050 más del 80% de la población mundial será urbana, según estudios de la ONU. En poco más de cincuenta años asistiremos a la ruptura y transgresión de los límites entre la ciudad y sus hinterlands colindantes.

La ciudad vive una ola expansiva que se apropia de ella, invalidando los límites que la sostenían y le creaban las fronteras.

La ciudad vive una ola expansiva que se apropia de ella, invalidando los límites que la sostenían y le creaban las fronteras.

A diferencia de las ciudades romanas amuralladas, las actuales producen difusión, expansión, dispersión y se apropian de áreas cercanas extendiendo sus límites. El efecto expansivo, produce adherencias urbanas e identidades adquiridas de esas zonas de invasión que no solo son físicas sino, en muchos casos también sociales y económicas. Cambia el paisaje urbano. Estos territorios metropolitanos conviven en una espacie de tensión donde siempre el planeamiento y la deriva de usos urbanísticos concuerdan, y por tanto, se olvida con frecuencia que este conflicto conlleva los gérmenes de la pérdida del sentido del lugar.

Este conflicto conlleva los gérmenes de la pérdida del sentido del lugar.

Estamos ante la ciudad sin límites o donde estos constituyen un lugar en el que conviven tendencias, exclusiones y desbordes en un solo instante. Barcelona no es excepción y a pesar de la teología del urbanismo barcelonés. Referente a la altura de la ciudad, ésta se da el lujo de masificar los bordes hacia Hospitalet, y en el sentido de San Andreu, porque a mi entender se trata de un extrarradio lejano de la visual de la hegemónica burguesía catalana- barcelonesa y, por tanto, no molesta a aquellos que se aíslan entre Sarria y Pedralbes sin traspasar la diagonal que actúa como frontera socio-económica entre esa burguesía y Barcelona Humilde –inmigrante y popular.

Barcelona
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No sería ilógico pensar en una experiencia eco-suficiente en la cual los edificios capaces de albergar plazas ecológicas, jardines en altura y masas vegetales, como proponía el arquitecto Chino Jiang Bin en self sufficient city -ponencia promovida por IAAC en Cataluña-, o como se propone a través de Edenburg and Partners para los edificios denominados Low Cost.

En estos proyectos las plazas activas se distribuyen cada diez plantas en un parque intermedio y proporcionan energía solar y eólica, más el efecto fotosintético de plantaciones de hortalizas. A su vez soluciona, en parte, los movimientos y desplazamientos horizontales en la ciudad a través de la construcción de viviendas, hábitat de trabajo, hoteles, oficinas, restaurantes, parking, servicios imprescindibles situados en estas mega estructuras continuas, que podrían llegar sin dificultad técnica a 50 plantas, donde decenas de miles de habitantes convivirían casi sin salir del mega-hábitat-urbano (MHU).

No sería ilógico pensar en una experiencia eco-suficiente en la cual los edificios capaces de albergar plazas ecológicas, jardines en altura y masas vegetales…

Low cost city (LCC) es una de las respuestas al proceso, irreversible, de la concentración socio urbana, durante el tiempo que sea necesario para crear ciudades satélite cercanas y culturalmente posibles, en relación al tiempo de viaje hacia y desde ellas y que incluyan la medida y dimensión cultural cuantitativa, que les permitan acceder o traspasar el umbral del no retorno hacia la autosuficiencia.

Low cost city (LCC) es una de las respuestas al proceso, irreversible, de la concentración socio urbana, durante el tiempo que sea necesario para crear ciudades satélite cercanas.

Estos lugares-ciudad constituyen una serie de imágenes y un circuito de mensajes que juntos crean y redibujan un nuevo tipo de ciudad accesible a inmigrantes lejanos, autóctonos y amantes del riesgo. En ellas deberán olvidar, reciclar, renombrar, repensar la configuración de sus vidas en el nuevo hábitat. Seguramente en estos nuevos entornos viviremos sensaciones desconocidas donde el movimiento será protagonista, se asemejará casi a vivir dentro de un microchip, donde se muevan a velocidades ultrasónicas partículas infinitamente pequeñas e invisibles. Se trataría de evitar lo que Brecht en los años veinte escribió sobre el efecto aplastante de las ciudades: “tan breve era el tiempo que entre la mañana y la noche no había medio día. Y en el antiguo suelo familiar ya se levantaban montañas de cemento”.

Se trataría de evitar lo que Brecht en los años veinte escribió sobre el efecto aplastante de las ciudades: “tan breve era el tiempo que entre la mañana y la noche no había medio día. Y en el antiguo suelo familiar ya se levantaban montañas de cemento”.

La LCC producirá espacios libres, verdes, de ocio y esparcimientos que minimizarán el efecto de los grandes edificios, que también tendrán plazas ecológicas, flotantes en altura. La clave estará en el modo operativo de la ciudad que utilizará las enseñanzas de la tecnología de los ordenadores, donde el sistema operativo es el core distributor del modelo de acción. No construiremos estas ciudades con la estática de las conglomeraciones de los siglos anteriores.

Podríamos decir que serán ciudades en transito muy transparentes y activas donde la nueva inercia será el movimiento constante de sus partes.

Las tipologías constructivas serán fijas y móviles a la vez, sin predeterminaciones a priori, que crearán una morfo genética, y morfo dinámica con características diferentes de espacio, forma y movimiento, permitiendo adoptar el medio idílico a los cambios socio-económicos y tecnológicos que en el siglo XXI serán tan rápidos ,que no dejarán alternativa a la configuración cambiante. Podríamos decir que serán ciudades en transito muy transparentes y activas donde la nueva inercia será el movimiento constante de sus partes. La idea de Barcelona de los pulmones del plan CERDA sigue viva y es reparable, a pesar de las invasiones de garajes y otros usos no previstos a principio del siglo XX. Re planificar abriendo pasajes, a modo de grietas de conexión y transferir los garajes y otros servicios y usos a los subsuelos de la ciudad, permitirá conectar estas áreas verdes con los green ways. De este modo se configuran paisajes urbanos productivos y continuos con huertos y árboles frutales, para cubrir dentro de la ciudad nuestras propias necesidades, evitando así comunicaciones horizontales motorizadas y la consecuente proliferación de miles de toneladas de CO2. Estos espacios continuos serán la fábrica de alimentos de Barcelona, sin minimizar, a la vez el efecto fotosintético que se generará en el camino.

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