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Entrevistamos a Dale Andree, coreógrafa local, profesora de danzas de la New World School of Arts y directora del proyecto National Water Dance, una mujer que trabaja para generar una ‘ética del agua”. La danza es el instrumento que Dale usa como una forma de activismo que brinda la oportunidad de ser parte de una fuerza de cambio social a través del arte.
El agua es el alma de la tierra, un recurso precioso para la humanidad que está en peligro de ser malgastado en medio de la degradación del medio ambiente mundial. El proyecto National Water Dance utiliza el arte como una forma de centrarse en lo que se puede hacer, para proteger las vías fluviales y los recursos del mundo. La gente en general no tiene conciencia de hasta qué punto el agua toca nuestras vidas.
National Water Dance fue fundada por Dale Andrée y Daniel Lewis. El objetivo es iniciar en los Estados Unidos un movimiento para informar e inspirar a los participantes a tomar la responsabilidad de conservar y proteger el agua que utilizan y disfrutan.
Dale Andrée recibió su BFA en el Conservatorio de Música de Boston y su certificación en Análisis de Movimiento Labán del Instituto Labán en Nueva York, donde trabajó con muchos coreógrafos diferentes. Ganadora de diversos subsidios, Andrée fue miembro fundadora de la Miami Dance Umbrella y su propia compañía, el Mary Street Dance Theatre, que recorrió los EE.UU. y América del Sur. Es una apasionada del trabajo situado en lugares específicos – site-specific work.
El proyecto Water Dance elige presentarse en la Florida porque la belleza de esta ubicación frente al mar en la puesta del sol hace que Miami Beach sea el sitio perfecto para un espectáculo como este. Los eventos danza del agua son abiertos gratuitamente al público, y se llevan a cabo con lluvia o con sol.
Como directora de la produccion National Water Dance, ¿cuál es la esencia del mensaje que desea trasmitir a su público?
Como profesora de danza en la escuela New World School of Arts, afiliada a la enseñanza universitaria, empecé a inculcar en los estudiantes la idea de que trabajar con la danza encierra un enorme potencial que puede apuntar al cambio social, cuando se la extrae del escenario y se la lleva a lugares públicos. Esta es la génesis de la idea que, a medida que fue creciendo, se vio cada vez más comprometida con el tema del agua.
¿Cómo surgió la idea original?
El comienzo se basó en el movimiento en coro instaurado por Rudolf Laban, una figura muy importante en el mundo de la danza en Europa. Laban tuvo gran influencia en los albores del Siglo XX y perduró durante todo el siglo, ejerciendo un impacto notable en el ámbito de la danza. Creó el movimiento en coro, que consiste en que un número de personas se reúna a compartir movimientos al aire libre, danzando en su ambiente y creando así un sentimiento de comunidad. La primera producción fue para el estado de la Florida en 2011. El propósito fue ligar a universidades e instituciones de enseñanza universitaria y media en lugares al aire libre, seleccionados por la presencia de un elemento común: el agua. La producción se lleva a cabo simultáneamente en distintos sitios, y es transmitida vía Internet en directo.
Para la National Water Dance, juntamos gestos y movimientos de los participantes que colaboran desde distintas partes del país.
¿Desea usted que la Danza del Agua inspire a la acción?
Definitivamente. Estamos cambiando la percepción de la gente respecto al tema del agua. Damos comienzo a un diálogo, creando una comunidad de artistas comprometidos con el tema. Esta comunidad hará sentir su influencia en la población en general. La gente en general no tiene conciencia de hasta qué punto el agua toca nuestras vidas. Cada producción se desarrolla en un ambiente natural, al aire libre. El público tiene oportunidad de hablar con los artistas participantes sobre el significado de su danza. De repente se abren nuevas vías de comprensión. Por ejemplo, en nuestro evento de enero pasado en North Miami Beach no había división alguna entre el público y los artistas. Los bailarines alternan con la gente al terminar la función les contaban el porque de lo que hacen y su significado. Hay una conexión directa. Voluntarios del alumnado del Miami Dade College también se mezclaron con el público para explicar el evento.
Háblenos sobre la coreografía de la produción…
Le contaré sobre la producción de enero pasado en particular, y sobre lo que hacemos con las producciones nacionales. En el evento de Miami Beach pasado participaron tres coreógrafos. Cada uno trabajó con su propia pieza y al final tuvimos un ensayo general donde enhebramos y coordinamos las distintas piezas. Fue como un todo con tres voces diferentes. Para la National Water Dance, juntamos gestos y movimientos de los participantes que colaboran desde distintas partes del país. Los integrantes de la futura danza nos brindan gestos y movimientos que yo convierto en secuencias de la danza, fruto de la colaboración de muchos grupos a la que accedemos por medio de Internet. Esta sería una suerte de fuente de recursos, algo así como acudir al diccionario en busca de vocabulario. Después los distintos coreógrafos usan este material como fuente de inspiración. Empezamos y terminamos la danza en una manera preestablecida, pero el cuerpo de cada danza se desarrolla con toda libertad.
¿Cuál es el criterio que usted sigue para la selección del sitio específico de su programa?
Tiene que estar relacionado con el agua. Si se trata de un escenario urbano, como sucedió en Los Ángeles por ejemplo, bailamos alrededor de una fuente. También hemos bailado cerca de arroyos y lagos, siempre cerca del agua. En una ocasión bailamos dentro de un estudio y los coreógrafos lo llenaron de vasos de agua. Bailando a su alrededor, los participantes la tocaban con sus manos. La creatividad conjunta encuentra maneras de incorporar el agua en el programa.
El encanto de este proyecto es que crea un sentido de comunidad que crece continuamente.
Como directora, ¿cuál ha sido el reto más difícil y cuál será el futuro de su proyecto?
A veces es mantener la fluidez de la comunicación, pero prevalece el entusiasmo de todos. El mayor problema es conseguir los fondos necesarios. En este momento estoy elaborando numerosas propuestas para subsidios. Como trabajo con escuelas y universidades, los recursos son escasos. Muchas veces son parte de sus programas regulares pero la expansión de mi programa crea nuevas necesidades. Hemos recibido fondos del estado de la Florida, del Cultural Affairs Council y del condado de Miami Dade pero básicamente recurrimos a donaciones especiales.
¿Cuál es el mensaje que desea trasmitir a nuestros lectores sobre usted y su carrera?
Me gustaría sugerir a otros artistas que pongan en práctica este mismo enfoque en su obra, sea cual fuere. No importa en qué punto de su carrera o de sus vidas se hallan en el momento. Siempre hay preguntas, puertas para abrir y la realización de un sueño. Pienso seguir igual mientras pueda trabajar. Quiero estar abierta a múltiples posibilidades. El encanto de este proyecto es que crea un sentido de comunidad que crece continuamente. Mi comunidad aquí en el condado de Miami Dade ha crecido mucho. Estoy trabajando con la New World Symphony y mi danza ha sido presentada en su teatro exterior, en la pared para conciertos. En el 2016 pensamos bailar en numerosos sitios. Quiero inspirar a un verdadero ejército de artistas que como yo desarrollen la percepción de que la vida es un proceso abierto a muchas posibilidades.
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