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Edición
22

Medicina integrativa. Un modo de atender a la complejidad del hombre

Miami
Conversamos con la Dra. Suzane Lechner en la Universidad de Miami sobre qué es la medicina integrativa, dónde se practica y cuáles son los beneficios aporta y cómo se compara con la validez de la medicina tradicional.

La doctora Suzanne Lechner es psicóloga clínica y profesora asistente en psiquiatría y psicología en la Miami Miller School of Medicine. Dentro del marco de la medicina integrativa, la Dra. Lechner se especializa en el manejo del estrés relacionado con el cáncer de mama. Con cordialidad y entusiasmo conversó con Letra Urbana y nos brindó un abordaje de la salud que no reduce la complejidad del ser humano.

¿Cuál es su trabajo dentro del marco de la medicina integrativa?
Soy psicóloga y mi especialidad es el campo de la psiconeuroinmunologia, que abarca la compleja interacción entre pensamientos, comportamientos y emociones y los sistemas inmunológico, nervioso y endocrino del cuerpo. Algo que veo con frecuencia en mi trabajo es la clara evidencia del efecto negativo que causa el exceso de estrés en el cuerpo humano que, al perjudicar a cada una de sus células, compromete a todos sus sistemas. La clave está en el sistema inmunológico. Éste puede debilitarse al punto de dejar al sujeto vulnerable a la enfermedad, o puede fortalecerse para poder rechazar poderosos invasores. El estrés desata una cascada de efectos inmediatos, todos medibles. Si conocemos los efectos perjudiciales, ¿será posible causar un impacto beneficioso a largo plazo, reduciendo su nivel? ¿Si le enseñamos a una persona a manejar el estrés ocasionado por las pequeñas frustraciones de la vida cotidiana y más aun por las enormes tensiones que provoca una enfermedad grave, ¿será posible lograr un impacto no solo en el bienestar diario, sino también en vencerla? En un panorama más amplio, mi entrenamiento profesional me lleva a pensar en el papel que los pensamientos y la conducta juegan en enfermedades como el cáncer.

Suelen confundirse los términos medicina alternativa, medicina complementaria y medicina integrativa. ¿Podría aclararlos y hablarnos de su trasfondo filosófico?
Existe un componente dentro del NIH (National Institute of Health) llamado NCAM (National Center for Complimentary and Alternative Medicine) dedicado a la investigación científica de productos naturales empleados por la medicina alternativa y complementaria. Con frecuencia aparecen noticias sobre tratamientos novedosos para curar el cáncer que tal vez tengan cierta validez, pero sin duda existe mucha gente inescrupulosa que intenta aprovecharse de la vulnerabilidad de los enfermos. Alguien con cáncer podría decidir que no quiere cirugía, quimioterapia ni radiación, y que en su lugar, solamente quiere acupuntura. Esto seria medicina alternativa. La medicina complementaria en cambio está más en línea con la medicina tradicional. Por ejemplo, nadie afirma que el masaje cura el cáncer; pero el masaje terapéutico brinda un alivio enorme a los pacientes durante su tratamiento. La medicina integrativa no trabaja con el oncólogo por un lado y el nutricionista por el otro. Médicos y clínicos están en comunicación permanente e integran un equipo interdisciplinario. Digamos por ejemplo que estamos tratando a una enferma con cáncer que experimenta una gran fatiga. No tengo nada para ofrecerle médicamente, pero aquí está lo que ofrecen los acupunturistas y lo que los nutricionistas tienen para ella. Esto es lo que llamamos medicina integrativa. No tiene filosofía propia porque esencialmente comparte la filosofía de todos los participantes. No es posible hablar de una filosofía única, es más bien la conjunción de cada una de las diferentes disciplinas que se agrupan según el caso en beneficio de un paciente en particular.

La clave está en el sistema inmunológico. Éste puede debilitarse al punto de dejar al sujeto vulnerable a la enfermedad, o puede fortalecerse para poder rechazar poderosos invasores. 

¿Cómo se compara la medicina alopática con la medicina integrativa?
Existen ciertas condiciones que solamente responden a la medicina alopática. Me refiero por ejemplo al cáncer de páncreas, que por lo general no se detecta a tiempo. Es probable que la medicina tradicional oriental, que existe desde mucho antes que la nuestra, haya documentado resultados satisfactorios del tratamiento con acupuntura. Estos logros no son del dominio público porque su sistema de investigación científica es muy diferente al nuestro. Pero, que nosotros no los conozcamos, no significa que no existan. En la medicina alopática los sujetos voluntarios reciben un tratamiento A o un tratamiento B. Sería difícil encontrar personas interesadas en participar en un estudio si sólo se les ofreciera acupuntura como alternativa de tratamiento. Los estudios relacionados con la prevención están en su infancia. Nosotros creemos que nuestra línea de investigación, que relaciona el comportamiento con la oncología, va a afectar beneficiosamente las expectativas de vida de la población en general, pero es imposible documentar ciertas cosas.

A su parecer, ¿cuáles son las enfermedades que mejor responden a un tratamiento guiado por la medicina integrativa?
El cáncer es una de las enfermedades más engorrosas de documentar porque todavía no se conoce su origen en el cien por ciento de los casos. Sabemos que existe algún tipo de interacción entre lo genético y lo ambiental. La exposición a elementos tóxicos combinada con el medio social y el acceso que cada persona tiene al sistema de salud son factores importantes. Pero no sabemos por qué el cáncer ataca a una persona y no a otra. Conocemos los factores de riesgo pero no hay modo de preguntarle al cuerpo dónde falló el sistema inmunológico. Otro ejemplo vendría a ser nada menos que el resfrío. Una de las mejores maneras de prevenir el resfrío común es tener un círculo social, saber que el prójimo lo tiene a uno en cuenta. Hace unos veinte años se llevó a cabo un experimento en el cual sujetos fueron inoculados en sus fosas nasales con un virus del catarro. Se comprobó científicamente que aquellos que tenían un sistema de apoyo social fuerte, se enfermaron mucho menos y por mucho menos tiempo. De modo que para no resfriarse, ¡hay que tener un buen grupo de amigos!

La medicina integrativa no trabaja con el oncólogo por un lado y el nutricionista por el otro. Médicos y clínicos están en comunicación permanente e integran un equipo interdisciplinario.

¿Qué modalidades dentro de la medicina integrativa  gozan de mayor evidencia científica?
Todo depende de los síntomas. Por ejemplo para el dolor y otras condiciones relacionadas con el reuma, la acupuntura y la fisioterapia son asombrosas. Para tratar problemas con el sueño es indicada la terapia cognitiva, que no solo contempla lo que se siente y lo que se piensa al no poder dormir, sino que también apunta al ambiente físico que debe invitar al sueño. Se descarta también si hay apnea u otra causa biológica. El paciente es atendido individualmente con medicamentos combinados con terapia y se observa su progreso. Los ejercicios visuales para manejar el estrés son mis favoritos. Distintas imágenes afectan en forma diferente a distintas personas. El mensaje de Bernie Siegel, MD, pionero de la medicina integrativa, apareció en un momento histórico muy oportuno cuando los pacientes comenzaron a ejercer su poder de decisión. Hasta entonces, el paciente no decidía, su opinión se pasada por alto. El médico con autoridad incuestionable sentenciaba lo que se tenía que hacer. Ahora, en cambio, si el paciente así lo prefiere, es parte del proceso de toma de decisiones sobre su tratamiento. Siegel inspiró a los enfermos a atesorar una actitud positiva ya que está comprobado científicamente que los pacientes proactivos obtienen mejores resultados. Es tener un sentimiento de hacerse cargo, de estar involucrado y de cultivar una actitud de lucha.

¿Qué tipo de médico y qué tipo de paciente se inclina hacia la medicina integrativa? ¿Seria posible que ésta termine remplazando a la medicina tradicional?
Un médico tradicional no sería parte de nuestro equipo, para integrarlo se necesita una mente abierta. Por muchos años las escuelas de medicina hicieron creer a los médicos que eran dioses. El entrenamiento que reciben hoy les dice   ”ustedes saben muchísimo pero no saben todo”. A medida que estos médicos adquieren mayor influencia, tienen un efecto en la profesión pero aun no faltan aquellos que se sienten apoderados de la sabiduría divina.

Con respecto a los pacientes, hay algunos que la buscan expresamente. Muchos no piensan en cura sino más bien en alivio. Todavía no hay muchos que confíen en que la medicina integrativa los va a salvar. La mayoría tiene su fe puesta en la medicina occidental, depende de la crianza y de la cultura de cada uno. En general los pacientes quieren hacer todo lo posible por curarse y están dispuestos a probar distintos caminos pero, la gente no está dispuesta a jugarse.

…aquellos que tenían un sistema de apoyo social fuerte, se enfermaron mucho menos y por mucho menos tiempo. De modo que para no resfriarse, ¡hay que tener un buen grupo de amigos!

Se oyen críticas y comentarios negativos cuando se trata de alejarse de la medicina tradicional. ¿Qué opina sobre esto?
Hay algunos que consideran que al no haber evidencia científica se lleva a la gente a poner su fe en charlatanes y se les hace perder tiempo y dinero. Al respecto recuerdo el comentario de uno de mis mentores: “Hay que aproximarse a la medicina con una mente abierta, pero no tan abierta que se te caiga el cerebro.” Cuando se descubrió que los tiburones jamás se enferman con cáncer se entusiasmaron por el cartílago de tiburón, cuando nos pedían nuestra opinión fuimos honestos al responder: “Pruébelo si quiere, no le va a hacer daño pero lo mas probable es que este malgastando su dinero”.

Transcurrió un largo tiempo hasta que la NIH (National Institute of Health) se ocupo del tema de la medicina integrativa. Dejó de ser una práctica sospechosa que sólo se ejercía en México o en Europa, porque el gobierno de los Estados Unidos comenzaba a avalar su legitimidad. Fue un importante cambio de rumbo para el público y para los médicos especialmente.

En mi caso particular, permanezco fiel a mi entrenamiento científico y me atengo a datos estadísticos. Leo con ojos críticos lo que se publica en JAMA (Journal of the American Medical Association) y The New England Journal. He recibido una dotación de 5 millones de dólares del gobierno y con mi equipo hemos trabajado y publicado mucho sobre el tema del estrés que sufren las mujeres con cáncer de mama y que están recibiendo quimioterapia. El programa dura 10 semanas. Se reúnen en grupos dirigidos por un terapeuta una vez por semana y aprenden a manejar su estrés con técnicas de relajación como ejercicios, imágenes y meditación. El programa tiene un enorme componente educativo que enseña que si es posible evitar que el estrés domine la vida. Tenemos una batería de tests y cuestionarios y seguimos a las participantes por años. También trabajamos con un grupo de control. En este momento estamos trabajando con mujeres Afro-Americanas de escasos recursos. Esto es parte de la medicina integrativa, esto es uno de los jugadores alrededor de la mesa. Al mismo tiempo estamos diseñando un programa para mujeres de habla hispana que han llegado al fin del tratamiento. Es un verdadero desafío para mí porque no hablo español.

Siegel inspiró a los enfermos a atesorar una actitud positiva ya que está comprobado científicamente que los pacientes proactivos obtienen mejores resultados.

¿Le parece que los resultados de las investigaciones científicas son totalmente confiables?
Me resulta difícil la palabra totalmente. Uno de los factores que merece mayor respeto, relacionado con la validez de nuestras investigaciones, es que toda publicación científica es sometida al escrutinio y al control de pares. Antes de publicar un artículo con los resultados de una investigación, pasa por un examen minucioso por el ente especializado que los publica. Por otra parte, las publicaciones especializadas tienen distintos grados de prestigio y de impacto. El hecho de que una publicación sea aceptada por una revista cuyo valor académico es ampliamente reconocido es una garantía. Por supuesto cuando se quiere engañar, hay formas de hacerlo y de escapar al riguroso examen de la comunidad científica. Uno parte de la base de que la gente es básicamente ética y que ha hecho lo que dice haber hecho, que hay válvulas de seguridad a lo largo del proceso. Si un articulo aparece en JAMA The Journal of the American Medical Association), en el New England Journal of Medicine o en el Journal of Clinical Oncology, pienso que eso es de lo bueno, lo mejor.

¿Existe la comparación científica entre los resultados de la medicina Integrativa y la medicina alopática?
Prácticamente no. Es muy difícil encontrar quien quiera participar en este tipo de ensayo. Yo voy a enrolar a 121 sujetos en mi próximo estudio. Será un grano de arena en el campo de la medicina integrativa y sin embargo, los costos y el tiempo son altos. La mayoría de las fundaciones privadas están enfocando sus esfuerzos hacia aquello que va a beneficiar a millones de personas, como las vacunas. Hay que recurrir entonces al gobierno federal o estatal y conseguir fondos se ha vuelto más difícil que nunca. Es prácticamente imposible hacer algo novedoso en este momento.

¿Cuál seria la mejor forma de ponerse en contacto con un centro que practica la medicina integrativa?
La mejor manera de encontrar un médico sería, posiblemente pedir referencias en los centros reconocidos en el país: la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard con su Mind Body Center, el Integrative Medicine Center en MD Anderson en Texas, Sloan Catering están realizando trabajos maravillosos, el Arizona Center for Integrative Medicine de Andrew Weil, MD, The Miller School of Medicine en Miami que está desarrollando un centro de medicina integrativa en relación a enfermedades en general y el Sylvester Cancer Center tiene también una división clínica de medicina integrativa.

“Hay que aproximarse a la medicina con una mente abierta, pero no tan abierta que se te caiga el cerebro.”

¿En qué consistirán los desafíos éticos que encontrará la medicina del siglo XXI?
Está el tema de la privacidad. Estamos en una era tecnológica. Hay mucha información sobre cada paciente. Podemos acceder al genoma humano donde es posible observar si existe una mutación. Por ahora no sabemos que significa pero en veinte años, posiblemente lo sabremos. Es probable que el conocimiento del genoma de cada uno se convierta en práctica común y que las compañías de seguro consigan acceso a estos datos. ¿Qué significa esto? ¿Cuál sería el resultado? ¿Que pasaría en diez años si lo que apareció en un test es presagio de una enfermedad terrible? ¿Seria obligación decírselo al paciente? No querría ser un eticista médico en este momento. La Universidad de Miami ha creado una sección dedicada a asuntos éticos y es considerada líder en este campo en todo el país.

¿Qué nos puede decir sobre costos y acceso a la medicina integrativa? ¿Existe algún reembolso por parte de las compañías de seguro?
A veces es difícil entender el sentido ético y el proceder de algunas compañías de seguros. Sólo unas cuantas reconocen ciertos tratamientos. Puede que esto cambie en el futuro cercano ya que dentro del sistema de salud está empezando a surgir mayor conciencia de la enorme importancia de la medicina preventiva.

¿Por qué médicos y pacientes eligen la medicina integrativa?
A los pacientes les gusta porque muchas veces ofrece un camino alternativo con menos efectos secundarios. A los profesionales de la salud les interesa porque promete aliviar síntomas en una manera diferente de la que ofrece la medicina tradicional. Los médicos quieren hacer todo lo posible para que sus pacientes se sientan mejor.

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