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La magia de leer en el mundo de la imagen fue el primer artículo que publicamos recogiendo la opinión de padres, educadores, escritores, bibliotecarios, editores y promotores de lectura, sobre cómo atraer a la lectura a los niños y jóvenes de la generación digital. En esta segunda parte, los expertos opinan y relacionan la literatura infantil con la imaginación. En un concepto muy amplio, la literatura es el arte que utiliza como instrumento la palabra, ya sea oral o escrita. Aunque el término puede abarcar desde un ensayo filosófico hasta los manuales técnicos o científicos, cuando hablamos de literatura generalmente nos referimos a las obras de la imaginación creativa, que incluyen poesía, drama, ficción y obras documentales o no ficción.
No hay una definición clara de qué es literatura, si la literatura es una sola o si hay varios tipos de literatura, qué clases de literatura existen, etc. En realidad el concepto de literatura depende de la perspectiva desde la que se enfoque. Lo mismo sucede cuando nos cuestionamos si podemos hablar de una literatura especial para niños y jóvenes.
La escritora argentina María Rosa Lojo considera que la literatura infantil es una división innecesaria, que existe como tal sólo en las colecciones editoriales.
En su artículo ¿Existe una literatura infantil? 3, el francés Michel Tournier dice que la literatura infantil es aquélla que también pueden leer los niños. En la búsqueda infructuosa de un editor interesado en publicar su obra, Tournier encontró algunos de los elementos que definen a la literatura infantil: la brevedad del relato, su limpidez, el ritmo ágil de los acontecimientos.
Por su parte, el británico C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia decía que, no tiene caso leer un libro a los diez años si no vale la pena leerlo nuevamente a los 50. Una de las definiciones más populares sostiene que la literatura infantil no es la que se escribe para niños, sino aquélla de la que los niños se apropian. Ciertamente, el que un libro sea considerado como literatura infantil no tiene que ver con quien lo escribe, sino con los niños y los jóvenes que lo leen. Muchas obras no fueron pensadas para un público infantil; sin embargo, fue éste quien se adueñó, por ejemplo, de un Robinson Crusoe. Los mismos cuentos de hadas de origen folklórico fueron escritos primero en lengua culta por Charles Perrault en el Siglo XVII. Asimismo, hay poemas que pueden ser placenteros para chicos sin que sus autores -Neruda, García Lorca, Celaya, Storni, etc. -se hayan propuesto escribirlos para ellos.
C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia decía que, no tiene caso leer un libro a los diez años si no vale la pena leerlo nuevamente a los 50.
Además, los tiempos cambian; libros que hace un siglo eran para adultos, ahora son para jóvenes. Es así que, hoy en día, se habla del crossover, novelas que puedan gustar a un joven igual que a un adulto. Para Jordi Sierra I Fabra esto depende muchas veces del tema, de donde la editorial lo coloque, en qué colección y bajo qué franja de edad.
Otro punto que es importante recordar es que el lenguaje que maneja un niño es más acotado que el del adulto y que sus elementos de juicio son distintos. Cuando son muy pequeños, los niños están convencidos de que todos sus deseos van a cumplirse. Creen que lo imposible es posible y confunden lo que desearían que sucediera con lo que puede suceder. Esta manera especial de ver el mundo es lo que se denomina pensamiento mágico. El suyo es el mundo de la imaginación, colmado de posibilidades creativas e inesperadas.
Muchas obras de calidad estética no interesan, son poco atractivas para un lector pequeño, debido a que no posee las herramientas necesarias, desde sus conocimientos, competencias lingüísticas, literarias, filosóficas, psicológicas para apreciar dicha obra – nos dice Cristina Pizarro. – Los temas de la literatura siempre son los mismos. Lo que varía es el tratamiento- agrega – Por ejemplo, el tema de la muerte en “La muerte de Ivan Illich” ,de Leon Tolstoi, no lo podrían interpretar los niños. Sí, en el magistral cuento “Monigote en la arena” , de Laura Devetach, que alude a la fugacidad de la vida. Será difícil, para los niños, acceder a la melancolía de los poetas románticos, ya que no podrían identificarse con sus emociones y sentimientos.
Víctor Montoya, reconocido escritor boliviano, señala que los libros para niños no son una tarea nada fácil, requiere intentar pensar y sentir como el otro, o tal vez algo más sencillo: recordar la propia infancia. Quizá sea ésta la razón, plantea, por la que Saint-Exupéry dedicó su Principito a León Werth cuando era niño.
En su Gramática de la Fantasía el italiano Gianni Rodari, toda una referencia en el tema, plantea que los niños leen para satisfacer una necesidad personal de información (¿qué son las estrellas?, ¿cómo funcionan los grifos?) o para poner en acción su imaginación. Para «jugar a»: sentirse un huérfano perdido en el bosque, pirata y aventurero, indio o cowboy, explorador o jefe de una banda. Para jugar con las palabras. Para nadar en el mar de las palabras según su capricho.
Los niños leen para satisfacer una necesidad personal de información (¿qué son las estrellas?, ¿cómo funcionan los grifos?) o para poner en acción su imaginación.
El niño, durante su crecimiento, atraviesa una fase en la que los objetos le sirven sobre todo como símbolos. Es la fase en la que se instituyen las funciones simbólicas del lenguaje y del juego para convertirse en componentes de la personalidad. A esta fase, a tales funciones, es a lo que se liga el trabajo del escritor para niños. Sustancialmente construye objetos para el juego; es decir, juguetes hechos de palabras, de imágenes, también de madera y plástico, pero son juguetes. (…) El mundo de los juguetes no tiene límites, en él se refleja y se interfiere el mundo entero de los adultos, con su realidad cambiante.
Ya en su prólogo a la edición norteamericana de la Gramática de la Fantasía, el estadounidense Herbert R. Kohl cuestionó cuál era el lugar de la imaginación en la educación: La palabra imaginación no aparece en la lista de “Metas 2000” del Gobierno, ni en las listas de objetivos de comportamiento o de resultados académicos. No hay plan de estudios de la imaginación o pedagogía de la imaginación en nuestras escuelas. Sin embargo, si como el poeta Wallace Stevens escribió: «la imaginación es el poder de la mente sobre la posibilidad de las cosas», entonces descuidar la imaginación es también empobrecer el mundo de los niños y reducir sus esperanzas.
Entonces cabe preguntarnos acerca del lugar para la curiosidad y la imaginación de los chicos hoy y, cuáles son los mejores caminos para estimularlas.
Los expertos tienen la palabra:
Jordi Sierra I Fabra dice que la imaginación se alienta simplemente con buenas obras, por duras que sean. Ellos quieren sinceridad, no que les den los libros de siempre, con mensajes para que sean buenos y mentiras. Por eso luego confunden libros con escuela o educación. Leer es libertad, su libertad. Si no lo entienden así o no les convencemos, están perdidos y condenados.
Ellos quieren sinceridad, no que les den los libros de siempre, con mensajes para que sean buenos y mentiras. Por eso luego confunden libros con escuela o educación. Leer es libertad, su libertad.
María Rosa Lojo enfatiza que es bueno poner a los niños en contacto con su propia potencia creativa. La lectura y la escritura son uno de esos caminos.
Christina Diaz-Gonzalez sostiene que la literatura dirigida a los niños y a los jóvenes adultos le habla al lector de una manera directa, lo que le permite identificarse más fácilmente con los personajes principales y las situaciones presentadas. Sin embargo, no son libros exclusivamente para niños y adolescentes, muchos adultos disfrutan con este tipo de lectura.
Inés Verbel está convencida de que La curiosidad y la imaginación suceden todos los días tanto en casa como en el salón de clases, en el parque o cualquier lugar. Estimulo la imaginación mediante el uso de preguntas abiertas, dramatizaciones, actividades artísticas, música, juegos de pantomima, juegos de palabras… pero, sobre todo, respetando la libertad de pensamiento y de expresión, tomando riesgos, fomentando el intercambio de ideas y la exploración, y promoviendo el sentido del humor.
Alex Correa sabe muy bien como editor, que todo niño tiene un potencial enorme de desarrollar su creatividad y está en nuestras manos, como padres y maestros, estimular ese desarrollo. Para ello debemos conocer qué los motiva y les interesa leer, ofrecerles aventuras que les emocionen y, lo más importante, que les entreguen mensajes positivos, de valores y de responsabilidad con el mundo.
Debemos conocer qué los motiva y les interesa leer, ofrecerles aventuras que les emocionen y, lo más importante, que les entreguen mensajes positivos, de valores y de responsabilidad con el mundo.
Rosa Adriana Buriticá Ariza, también editora, rescata el valor de permitirle al ninño expresarse espontáneamente. Ellos imaginan y descubren el mundo gracias a su curiosidad, pero se encuentran normas imperantes que prohíben todo lo que en ellos es natural. Es indispensable acercar a los niños a los códigos sociales sin desconocer su naturaleza.
¿De dónde vienen las ideas? ¿En qué se basa un escritor para elegir el tema de un libro para jovencitos?
Rosa Adriana Buriticá Ariza en primera instancia, piensa en la escritura como un asunto de inspiración, motivación, arte. La relación autor – tema debería ser a la inversa, es decir, que el tema cobre vida en la mente del escritor y termine por hablar a través de sus sentidos. Es en ese encuentro en donde se gestan bellas obras literarias que trascienden en sus lectores. Por otra parte aclara que, comercialmente, el autor que escribe por encargo o con la intención de participar en convocatorias o concursos, parte desde la realidad de los lectores, así que puede plantearse preguntas como ¿qué temas son de su interés? ¿a qué edad interesa determinado tema? Y así empezar a diseñar un plan de escritura. Pienso que deberíamos centrarnos en la literatura de calidad para nuestros niños y jóvenes. Escribir literatura pensada para que los lectores “no adultos” tiene (y debe tener) las mismas exigencias y retos que escribir literatura enmarcada en el canon. Un escritor puede expresar sus concepciones políticas, filosóficas, artísticas y demás, a través de las enseñanzas de un abuelo sapo a su nieto.
Cristina Pizarro – Presidenta de la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil, AALIJ : Igual que para crear cualquier obra de arte, la realidad vivida o soñada.
Para terminar…
Sería imposible terminar este artículo sin preguntarle a cada uno de nuestros colaboradores qué libros de la literatura universal o local recomendaría. He aquí sus sugerencias:
Inés Verbel:
The Notorious Benedict Arnold: A True Story of Adventure, Heroism, and Treachery – Steve Sheinken, Wheels of Change: How Women Rode the Bicycle to Freedom – Sue Macy, The Diary of a Young Girl (El diario de Ana Frank) – Anne Frank, To kill a mocking bird (Matar un ruiseñor)– Harper Lee
A Wrinkle in Time (Una arruga en el tiempo) – Madeleine L’Engle The Lion, The witch and the Wardrobe (The Chronicles of Narnia#1) El León, la Bruja y el Armario (Las Crónicas de Narnia #1) – C. S. Lewis, The invention of Hugo Cabret (La invención de Hugo Cabret) – Brian Selznick.
Christina Diaz-Gonzalez: Me encantan las historias escritas por el escritor español Carlos Ruiz Zafón. Entre los autores locales de literatura infantil y juvenil que admiro están Danielle Joseph, Alex Flinn y Gaby Triana.
Alex Correa: Autores como Dr. Seuss en Estados Unidos, cuyos libros, después de medio siglo, siguen vigentes y cautivan a los lectores muy jóvenes: Huevos verdes con jamón, El Lorax, Como el Grinch robó la Navidad. Otros autores como Patricia Polacco con Gracias Sr. Falker, Suzanne Collins con su trilogía de Juegos del hambre, y autores colombianos como Jairo Anibal Niño.
Rosa Adriana Buriticá Ariza: Algunas obras que leeré por siempre: El pato y la muerte de Bárbara Fiore Editores; Donde viven los monstruos de Maurice Sendak; Choco encuentra una mamá de Keiko Kazsa; El conjunto de la poesía de Neruda y Wislawa Szymborska; Puentes como liebres de Benedetti; Un hombre de Oriana Fallaci; La historia interminable de Michael Ende; Los cuentos de terror de Lovecraft; Así hablaba Zaratustra de Nietzsche; El perfume de Patrick. Süskind; La insoportable levedad del ser de Milán Kundera; Mujeres que corren con los lobos de Clarissa Pinkola; Política para Amador de Fernando Savater.
María Rosa Lojo: No creo que hagan falta recomendaciones de libros especiales. Lo importante es acceder a la literatura por alguna puerta que despierte la imaginación y satisfaga la búsqueda de sentido. Hoy, como ayer, hay textos muy difundidos que cumplen esa función introductoria.
Lo importante es acceder a la literatura por alguna puerta que despierte la imaginación y satisfaga la búsqueda de sentido.
Yo empecé con Louise May Alcott (y su inolvidable Jo), con Dumas, con Salgari, con Mark Twain. También leí El Quijote (entero) a los doce años, y aunque no entendí muchas cosas, me fascinó de todas maneras. Entré por Mansilla a la literatura argentina, con Los siete platos de arroz con leche. Hoy se lee a J.K. Rowling o a Tolkien, y se ven las películas sobre sus libros, algunas muy buenas. Es interesante ese resurgir del género que en inglés se llama fantasy.
Una exploración de la lucha interna de las mujeres en una sociedad obsesionada con la juventud. Una obra que desafía las normas estéticas y cuestiona cómo envejecen las mujeres en el imaginario colectivo, usando la estética del horror.
Misophonia, a neurological disorder, can profoundly impact social relationships. It causes extreme sensitivity to certain sounds, leading affected individuals to react with irritation. This creates confusion and tension in the surrounding atmosphere.
París de principios del siglo XX atrajo artistas de todo el mundo. Muchos críticos de arte reclamaron el nacionalismo artístico, enfatizando las diferencias entre los locales y autóctonos y los extranjeros… los extraños, entre ellos Picasso, Joan Miró y Marc Chagall.
“Abstenerse de sexo no es suicida, como lo sería abstenerse del agua o la comida; renunciar a la reproducción y a buscar pareja…con la decisión firme de perseverar en este propósito, produce una serenidad que los lascivos no conocen, o conocen tan solo en la vejez avanzada, cuando hablan aliviados de la paz de los sentidos”.
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Un comentario
muy interesante y exhaustivo