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23

La magia de leer en la cultura de la imagen

Barranquilla
El Siglo XXI, tan tecnológico y global, ¿todavía necesita de los buenos lectores? Y, en ese caso ¿cómo tentar con la literatura a los niños y jóvenes de hoy? Padres, educadores, escritores, bibliotecarios, libreros, editores y promotores de lectura opinan sobre el tema.

…Leer nos proporciona las más extraordinarias aventuras sin necesidad de salir de casa. La mayor es abrir el baúl de tesoros del lenguaje, que nos permite construir mundos y habitarlos, comprendernos y comprender. Pero estas explicaciones son sin duda demasiado abstractas para un chico de nueve años. Comparto la convicción de Daniel Pennac (2): se aprende a disfrutar de la lectura leyendo. Hay que elegir buenos libros y darlos a leer. La experiencia lleva en sí su propia seducción.
María Rosa Lojo

 

Ser Lectores…

Para algunos nada podrá reemplazar la sensación de sostener un libro en las manos, hojearlo, pasar sus páginas y disfrutar de las imágenes, como aquellas imborrables de los cuentos infantiles. Pero aunque el soporte esté cambiando y seamos testigos de cómo las obras en formato digital están reemplazando a los textos impresos, la relación del lector con la palabra escrita parece ser inmune a esta transformación; la gente sigue sintiendo la misma necesidad de contar una historia, de compartir un dato, de aprender algo nuevo. De modo que los lectores siguen leyendo y los escritores, escribiendo.

Diversas investigaciones demuestran que si un niño se forma como lector autónomo y crítico alcanza un mejor desarrollo en sus procesos de pensamiento, adquiere el manejo de estructuras lingüísticas más complejas y elaboradas, se expresa mejor, aguza la atención y la observación, y amplía continuamente sus esquemas cognitivos y afectivos . Pero, nuestro mundo tan tecnológicamente avanzado y globalizado, ¿exige aún lectores? Y en todo caso, ¿qué es un buen lector? Buscando dar respuesta a estos y otros interrogantes, Letra Urbana tuvo oportunidad de recoger la opinión de padres de familia, maestros, escritores, bibliotecarios, libreros, editores y promotores de lectura sobre este importante tema.

¿Cómo podemos lograr, en nuestra cultura cibernética, que la lectura se convierta en prioridad para nuestros niños y jóvenes? Esta es una pregunta que se vienen haciendo muchos profesionales relacionados a la enseñanza y las letras.

Ahora bien, no podemos dejar de maravillarnos ante las nuevas tecnologías y sus avances, que entre muchas otras cosas, nos permiten, literalmente, sostener un estante de libros en la palma de nuestra mano. Pero, la lectura como actividad recreativa en el mundo de hoy ¿cómo rivaliza con los computadores personales, las redes sociales y los recursos audiovisuales: Internet, ebooks, programas de TV, video juegos?

La profesora Inés Verbel-Hernández reconoce que es muy difícil competir con todos los recursos modernos que niños y adultos encuentran en línea. El 90% de sus estudiantes han optado por comprar el e-book aún teniendo la posibilidad de obtener cualquiera de los dos, el real o el electrónico. Este último les resulta más conveniente puesto que con sólo prender sus computadoras ya lo tienen a su disposición. ¿Quién puede superar eso? Sus dos hijos pequeños, de seis y tres todavía llevan libros “de verdad” a su casa para leer. Para ella, es en la adolescencia cuando comienzan a cambiar por libros electrónicos y otros recursos en línea.

Otros como Fanuel Hanán Díaz  crítico e investigador literario venezolano, encuentran en las nuevas tecnologías un aliado para promover la lectura y la escritura. Fanuel considera, por ejemplo, que las aplicaciones del Ipad son tan atractivas que tentarán a muchos lectores a acercarse a los libros desde lo visual y la interactividad, y que “(…) estamos asistiendo a cambios de formatos, pero no al abandono de la lectura y la escritura. Y así como los antiguos papiros se sustituyeron por pergaminos, o de la misma manera que las inscripciones romanas dejaron paso a una escritura puntuada en los códices miniados, estos nuevos formatos cambiarán la forma de leer”.

Dada la opción, es probable que la mayoría de los niños elijan un sistema electrónico como video juego, tv, etc y no un libro. Son los padres quienes deben fomentar el equilibrio de la lectura con la electrónica. “Mi hijo no tiene permiso para jugar videojuegos durante la semana, pero puede leer toda la noche si lo desea” afirma Becky Quiroga Curtis .

Para Jordi Sierra estas nuevas tecnologías no representan una amenaza y recuerda que cuando tenía 14 o 15 años su padre compró el primer televisor y en aquellos días se decía que eso mataría la lectura. “Yo seguí leyendo libros compulsivamente, leer me salvó la vida. Es cierto que cada vez hay más y más competencia, por eso hay que resistir. Pero el libro se defiende bien solo.”

Por su parte, Christina Diaz-Gonzalez considera que en nuestra sociedad acelerada puede resultar difícil conseguir que los chicos se sienten en silencio con un libro, pero cuando un niño descubre una historia que libera su imaginación, es difícil hacer que cierre el libro y se vaya a la cama a dormir.

La lectura sigue siendo tan vigente hoy como ayer. Sin embargo, los padres y maestros están inquietos porque los niños y jóvenes no leen, una preocupación no exclusiva de estos tiempos pero que hoy se ve agravada por la cultura digital que distrae y ofrece demasiadas alternativas. Esto nos lleva a cuestionar cómo atraer a los niños y jóvenes del Siglo XXI a la lectura y en qué radica la importancia de leer en la configuración de este nuevo universo.

Es posible que la disputa se torne desigual y que la desventaja radique más en los contenidos que en la forma de presentarlos; por ejemplo encontramos películas excelentes, pero también de mala calidad. Lo mismo ocurre con los libros. Tal vez un punto de partida sería no ver una situación de rivalidad con los otros medios, sino más bien, de acciones que se complementan. Rosa Adriana Buriticá Ariza dice “no se pueden seguir buscando estrategias para competir con los aparatos electrónicos, pues hacen parte de la realidad… el reto es hacer de la lectura (en cualquier soporte) algo viable”. Los buenos libros se pueden alimentar de estos soportes, interactuar con ellos, siempre y cuando el buen mediador o promotor busque los recursos adecuados y ponga la lectura como principal protagonista. Esta es precisamente, parte de la labor de los animadores de la lectura.

Por lo general, cuando nos referimos a la lectura, casi de inmediato pensamos en un texto escrito. En realidad, desde nuestro nacimiento, mucho antes del lenguaje estructurado, los seres humanos aprendemos a “leer” diversos olores y sabores, la temperatura, el lenguaje corporal y los gestos de quienes nos rodean, en una forma natural. Nuestros sentidos oído, tacto, gusto, olfato, visión, nos permiten comprender el mundo y relacionarnos con él.

…los padres y maestros están inquietos porque los niños y jóvenes no leen, una preocupación no exclusiva de estos tiempos pero que hoy se ve agravada por la cultura digital que distrae y ofrece demasiadas alternativas. Esto nos lleva a cuestionar cómo atraer a los niños y jóvenes del Siglo XXI a la lectura y en qué radica la importancia de leer en la configuración de este nuevo universo.

Leer no es simplemente descifrar signos escritos a partir de su reconocimiento visual. El acto lector es un proceso mental altamente estructurado y complejo de interpretación y construcción de significados. Sin tener plena conciencia de ello, el lector interactúa con el texto, identifica letras, visualiza palabras como un todo unido a frases, ideas y conceptos; apela a su acervo personal para encontrar similitudes y referentes inmediatos. .

Según Aurora Díaz Plaja , bibliotecaria y escritora catalana que se dedica a la literatura infantil y juvenil, leer “es un acto voluntario por medio del cual el lector extrae de la frialdad tipográfica de las páginas de un libro, la realidad de un mundo vivo, pleno de imágenes, ideas, sensaciones y hechos…. y donde la forma descrita mediante letras impresas…, toma cuerpo de tres dimensiones, adquiere movimiento, emite sonidos, e incluso, exhala perfume.”

El libro es un instrumento de goce intelectual, una valiosa herramienta de estudio y trabajo, y un medio de conservar el patrimonio cultural de nuestra civilización ,  El reto de formar lectores, más allá del éxito académico o los indicadores numéricos, tiene que ver con una concepción de educación sentimental y emocional profundamente integrada a la educación intelectual. Tal como lo expresa la escritora y educadora colombiana Yolanda Reyes    «la literatura nos permite vivir distintos papeles, experiencias y miradas y ensayar ser muchos otros, bajo la piel de nosotros mismos, nos abre los ojos, el sentimiento y la razón.»

En realidad, desde nuestro nacimiento, mucho antes del lenguaje estructurado, los seres humanos aprendemos a “leer” diversos olores y sabores, la temperatura, el lenguaje corporal y los gestos de quienes nos rodean, en una forma natural.

Lectores y Buenos Lectores
Es aquí donde vale la pena detenerse un momento para reflexionar: ¿qué es lo que caracteriza a un buen lector? ¿Qué es lo que transforma a un lector en un ávido lector?

Para el prolífico escritor español Jordi Sierra I Fabra ,   «un buen lector es aquél que no se fía de las listas de éxitos, ni de lo que le recomienda el amigo de turno; que entra en las librerías a ver, oler, tocar y sentir los libros y que se lleva uno por instinto, compulsivamente.»

María Rosa Lojo , reconocida escritora argentina, considera que «(…) al hablar de buen lector podemos pensar en competencia lectora, en finura perceptiva, en capacidades particulares para discernir y entender mejor lo que se lee, en destreza y entrenamiento. Pero también pienso (y es lo primero que se me viene a la cabeza cuando me hablan de lectura y me remonto a mi encuentro con las letras impresas), en necesidad y placer, un placer que puede ser tan esclavizante como la adicción. Los lectores apasionados no salimos de casa sin un libro en la mochila o el portafolio, así como el que fuma no sale sin el paquete de cigarrillos. Claro que la lectura no tapa las arterias, más bien expande los pulmones y abre la cabeza. Aunque, paradójicamente, grandes novelas, del Quijote a Madame Bovary, nos previenen contra los peligros que acechan al cándido lector(a), vale la pena correr el riesgo.»

En opinión de Christina Diaz-Gonzalez , joven autora cubano-americana, un ávido lector es aquella persona que, después de leer una historia, la saborea por un momento y de inmediato tiene hambre para el próximo libro. Lo comparo con comer papas fritas… una nunca es suficiente.

Desde una perspectiva académica, Rosa Adriana Buriticá Ariza considera que el buen lector es capaz, a través de un ejercicio meta cognitivo, de incorporar conocimientos a partir de un texto y elaborar sus propias construcciones textuales. Pero, como editora de literatura – aclara – «más que en buenos lectores, puedo pensar en lectores apasionados, lectores instrumentales, lectores curiosos, lectores soñadores…»

…un buen lector disfruta la lectura, conversa con el autor y con los personajes a través del texto, se apropia de la historia, reflexiona y encuentra en ella elementos que le permiten crecer.

Abriendo puertas
En general, encontramos que la mayoría de los adultos lectores tuvieron la fortuna de tener experiencias significativas con los libros en su infancia y, de alguna manera, las recrearon con sus propios hijos o con sus alumnos, propiciando que éstos a su vez se conviertan en lectores. Pero cuando no se da el caso de experimentar tempranamente el placer de leer surgen otros interrogantes: ¿Cómo abrir la puerta de entrada a la lectura para un niño o un adolescente? ¿Cómo atraerlos y motivarlos a leer por placer?

En palabras de Becky Quiroga Curtis ,  encargada de la sección de libros para niños y jóvenes y coordinadora de eventos de Books and Books, la mejor puerta de entrada a la lectura para los más pequeños es, simplemente, leer. (…). La clave para fomentar la lectura es dejar que cada uno escoja lo que le gustaría: artículos de revistas, cómics, novelas gráficas, periódicos… No siempre se tiene que empezar con un clásico de 300 páginas como Mujercitas. Muchos libros han transformado el concepto de la lectura para los niños y los jóvenes. Series como Harry Potter, Diary of a Wimpy Kid y Lightening Thief, permiten sentir que leer es una actividad aceptable, que “está bien leer”, que leer es “cool”.

Cristina Pizarro    ,  presidente de la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil, habla de la necesidad de crear espacios de encuentro en un clima de armonía y resalta el valor del juego, la expresión corporal y la música como vías de introducción a la lectura, mientras que la psicopedagoga y promotora de lectura colombiana Liliana Martes Camargo ,  considera a la lectura en voz alta como puerta de entrada incluso para niños mayores y adolescentes, ya que «al hacerla respetando la historia y con una entonación adecuada les ayuda a interesarse en el texto y les motiva a buscar nuevas historias.»

La clave es permitirles leer y pensar acerca de las historias que acaban de leer. Si disfrutan de lo que leen, hay una mayor probabilidad de que puedan disfrutar de la lectura de otras cosas.

Por su parte Jordi Sierra I Fabra considera que la emoción, la sorpresa, el descubrimiento, son señuelos para interesar a los más chicos. Para un adolescente, es preciso encontrar una novela en la que se vea reflejado, que sea como un espejo. Si la encuentra no renuncierá al hábito lector, porque se habrá dado cuenta de que los libros le ayudan a crecer, a ser más listo, pensar por sí mismo.

«La clave es permitirles leer y pensar acerca de las historias que acaban de leer» – añade Christina Diaz-Gonzalez- «Si disfrutan de lo que leen, hay una mayor probabilidad de que puedan disfrutar de la lectura de otras cosas. Antes de que te des cuenta, pueden incluso atreverse a incursionar en la lectura de la literatura clásica.»

La lectura como prioridad… ¿una tarea posible?
Con frecuencia nos cuestionamos si el mundo hoy sigue necesitando que haya lectores.

Recientes estudios neurocientíficos parecen indicar que los beneficios de leer buena literatura van mucho más allá de lo que siempre se supuso. De acuerdo con Annie Murphy Paul, en un interesante artículo publicado por el New York Times, los investigadores han encontrado que la narrativa activa otras partes del cerebro, además de las consideradas clásicas regiones lingüísticas, como las áreas de Broca y de Wernicke.  Los escáneres cerebrales revelan que, al leer descripciones detalladas de olores, texturas o movimientos, se activan las mismas regiones del cerebro que al tener las experiencias reales. Lo mismo ocurre al leer una metáfora evocadora o un intercambio emocional entre los personajes. Al parecer, el cerebro no distingue entre leer acerca de una experiencia y la vivencia real. Los científicos concluyen que, al igual que los simuladores computarizados pueden ayudarnos a enfrentar problemas complejos, como pilotar un avión o predecir el clima, el leer novelas, cuentos y obras de teatro puede ayudarnos a entender las complejidades de la vida social.

Si la lectura se sigue abordando como instrumento a favor del desarrollo de los planes de estudio, el libro se cerrará cuando se cierre la puerta del colegio…

Es muy importante permitir que los niños escojan los materiales de lectura: «Si no es su nivel, o se centra en el sexo opuesto, o parece demasiado infantil, no importa, ¡que lean!», nos dice Becky Quiroga Curtis. Es preciso recordar que, por lo general, los niños hacen lo que hacen sus padres, de modo que si queremos formar lectores reales, es recomendable que los niños vean a sus padres leer libros y crear espacios para disfrutar de la lectura en familia.

Para Rosa Adriana Buriticá Ariza es primordial desligar la lectura de los intereses meramente académicos. «Si la lectura se sigue abordando como instrumento a favor del desarrollo de los planes de estudio, el libro se cerrará cuando se cierre la puerta del colegio, o acaso, ¿cuántos estudiantes toman su cuaderno, maletín u otro implemento escolar fuera del aula de clase sin que haya una tarea de por medio?»  Otra realidad inminente -señala – es la influencia del adulto (padres de familia, docentes, bibliotecarios…) como mediador. El adulto debe promover un ambiente enriquecedor, sin tensiones ni intenciones meramente académicas, que permita visualizar el encuentro con el texto escrito como una actividad interesante y divertida.

Si los jóvenes logran encontrar un tema que los cautive, podrán disfrutar como se hace con otras actividades, como ir al cine o practicar un deporte, asevera Alex Correa  (15), Presidente de Lectorum Publications.  Hay una enorme variedad de temas que pueden interesar a los jóvenes: problemática mundial, artistas de radio y televisión, nuevos descubrimientos, sus equipos deportivos favoritos, estrellas de rock, los pasatiempos, o programas de televisión.

…los niños hacen lo que hacen sus padres, por lo que para hacer un lector real, es importante que los niños vean a sus padres leer libros.

La escuela juega aquí un papel fundamental. Es importante para los maestros avanzar, atreverse, trascender y arriesgarse a hacer preguntas abiertas que reten el intelecto de sus estudiantes para permitirles pensar, opinar, reflexionar sobre su propia experiencia con tal o cual lectura. Alejarse de lo que en inglés se conoce como book reports, esos tradicionales informes que los alumnos deben llenar sobre un libro que han leído, y que frecuentemente se limitan a preguntas cerradas de comprensión lectora. ¿Cómo puede un alumno responder lo que pensaba García Márquez o Edgar Allan Poe al escribir? Estoy convencida que es más importante preguntarle al joven su opinión personal o la emoción que le despertó la historia. «Necesitamos asegurarnos que los maestros tengan la motivación y la formación para sacarle el mejor provecho a tantos libros buenos que se escriben» – concluye Correa.

Es necesario que en las listas de libros recomendados de las escuelas junto a los clásicos se incluyan algunos autores modernos, temas de actualidad y problemáticas que realmente le hablen al estudiante directamente. Los jóvenes hoy quieren saber acerca de su propia realidad, sólo entonces podrán adentrarse en los clásicos y comenzar a entender sobre otras épocas.

Jordi Sierra i Fabra (…):  «Es un trabajo generacional, abuelos y padres lectores, maestros que comuniquen el placer de leer, no porque sea una asignatura, que diversifiquen (no a todo el mundo le gusta lo mismo) y, por supuesto, dinamizar las bibliotecas, crear más entidades dedicadas a fomentar la lectura…»

Es necesario que en las listas de libros recomendados de las escuelas junto a los clásicos se incluyan algunos autores modernos, temas de actualidad y problemáticas que realmente le hablen al estudiante directamente. Los jóvenes hoy quieren saber acerca de su propia realidad, sólo entonces podrán adentrarse en los clásicos y comenzar a entender sobre otras épocas.

Estrategias para promover la lectura
Hay diversas actividades y acciones significativas que se pueden realizar para acercar al individuo o a una comunidad a la lectura buscando crear un vínculo y el gusto por leer, promoviendo así la formación de una sociedad lectora. Se les conoce en general como estrategias de promoción y animación de la lectura.

En una sociedad compleja, las antinomias ya no nos sirven para la valoración de lo bueno y lo malo.

Estas estrategias incluyen lecturas en voz alta, cajas viajeras, actividades de formación para maestros y padres, exhibición de libros, proyecciones de cine y video, concursos, clubes de lectores, visitas guiadas a la biblioteca, lanzamiento de libros, visita de escritores, lecturas de poemas, tertulias literarias, etc.

Cristina Pizarro insiste en la importancia de presentar estrategias que movilicen la imaginación, el mundo afectivo, que estimulen la reflexión, el pensamiento crítico, que giren en torno del desarrollo de la creatividad verbal: confeccionar un libro, un periódico, hacer un programa de radio.  «Necesitamos que niños y jóvenes concreten sus sueños, fantasías en acciones que se puedan compartir con los demás.»

Por supuesto, para que estas propuestas funcionen es imprescindible trabajar con los adultos, en especial con los padres de familia y los docentes.

Dar de leer ¿cómo escoger?
A estas alturas nuestros lectores se preguntarán cómo podemos elegir libros para dar de leer, que sean una garantía para atrapar a los lectores. Si bien no hay recetas infalibles, hay dos criterios fundamentales que ayudan a seleccionar libros que sirvan de inicio a la lectura: la búsqueda de la calidad literaria y la variedad .

 

No podemos seguir buscando estrategias para competir con los aparatos electrónicos, pues hacen parte de la realidad… el reto es hacer de la lectura (en cualquier soporte) una realidad…

Tuvimos oportunidad de preguntar a cada uno de nuestros colaboradores qué libros de la literatura universal o local recomendaría. Les invitamos a leer sus sugerencias en el artículo El Imaginario en la Literatura Infantil, en este mismo número de Letra Urbana.

Para terminar, me gustaría hablar un poco de mi propia experiencia con los libros. Permítanme compartir dos momentos de mi historia reciente como lectora:

Vuelvo la vista al asiento trasero de la mini van donde viajamos, mi esposo y yo con nuestros tres hijos, jóvenes adultos, en una travesía de varias horas por las congestionadas rutas de Egipto. Mi mirada se detiene sobre los dos mayores, 30 y 28, cada uno sumergido en un libro digital y el menor de 23, con una novela en formato tradicional. Los tres leen.

Recibo hace unos días un inesperado paquete de mi hijo menor – sorprendida, encuentro Burt Dow, Deep Water-man: a tale of the sea (Burt Dow, un hombre de las aguas profundas: una historia del mar), un cuento infantil bellamente ilustrado, de Robert McCloskey, autor de Make Way for Ducklings, (Abran paso a los patitos) uno de nuestras lecturas favoritas a la hora de dormir. Es ahora él quien me da de leer.

Definitivamente, valió la pena correr el riesgo.

Notas:
Notas

(2) Daniel Pennac (Casablanca, 1944)- Escritor francés nacido en Marruecos. Seudónimo de Daniel Pennacchioni.
Ha escrito novelas, libros para niños y ensayos, entre los que se destaca Como una novela, en el que enumera los derechos del lector. Adquirió gran popularidad gracias a las novelas de la saga en torno a la familia Malaussène, perteneciente a la novela negra.

(3)Beatriz Helena Robledo. (Manizales, 1958). Magister en Literatura Hispanoamericana, Universidad Javeriana de Bogotá, profesora en el área de Literatura Infantil. Escritora e investigadora en las áreas de Literatura Infantil y Juvenil y en procesos de formación lectora. Ha colaborado con la Fundación Rafael Pombo, Fundalectura, Ministerio de Educación Nacional, Secretaría de Educación del Distrito Capital, Banco de la República, CERLALC, Ministerio de Cultura entre otras. Directora de Taller de Talleres desde 1997. Subdirectora de Lectura y Escritura del CERLALC. Jurado del premio iberoamericano de literatura infantil y juvenil SM, 2007 y 2009 y Jurado del Premio Casas de las Américas en literatura para niños y jóvenes, 2009. Actualmente es Subdirectora de la Biblioteca Nacional de Colombia.
En: Cómo formar hijos lectores y no morir en el intento. Taller de Talleres: Bogotá: Taller de Talleres, 1998. p.5
(4) Adriana Rodríguez Rodríguez. Bogotá, Colombia. Estudió literatura en la Universidad Pedagógica de Venezuela. Maestra y editora.
Comprensión de la lectura en la vida En: Barataria No. 2 Vol. I, 2004 p.17
(5) Aurora Díaz Plaja – Aurora, Bibliotecas en la escuela. Barcelona, Ed. Nova Terra, 1973, p 14.- Citada por Arguinzóniz, p.30
(6) Aurora Díaz Plaja. Barcelona, 1913. Estudió Biblioteconomía y Periodismo. Fue directora de la Biblioteca de la Caixa de Pensions de Palma de Mallorca. Premio Nacional al Mejor Libro Infantil (1955) con La niña de los sueños de colores. Creó y dirigió las revistas Luna Nueva y Primavera. Condujo el programa Con vosotros, en Televisión Española, dedicado a la promoción del libro infantil. En 2001 se crea el Premio Aurora Díaz Plaja de difusión de la literatura catalana para niños y jóvenes.
En: Bibliotecas en la escuela. Barcelona, Ed. Nova Terra, 1973, p 14.- Citada por Arguinzóniz, p.30
Citada por Arguinzóniz, p.30
(7) María de la Luz Arguinzóniz y Barragán. Maestra y doctora en bibliotecología.
Guía de la biblioteca: funciones y actividades. 2a ed. México, Trillas, 1980, p.29
(8) Yolanda Reyes. Bucaramanga, Colombia, 1959 – Maestra y escritora especializada en Literatura. Directora y fundadora de Espantapájaros, proyecto cultural de animación a la lectura y directora de «Nidos para la Lectura», Editorial Alfaguara, 2005
(9) Liliana Martes Camargo– Barranquilla, Colombia. Psicopedagoga, promotora de lectura. Especialista en animación a la lectura.
(10) Jordi Sierra i Fabra. Barcelona, 1947. Escritor, aborda todos los géneros, se destaca por la variedad de temáticas y registros en su narrativa. Su extensa obra infantil y juvenil alcanzó los 400 libros en 2010 y ha obtenido multitud de premios
Con el fin de promover la creación literaria entre los jóvenes de lengua española creó en 2004 la Fundación Jordi Sierra i Fabra en Barcelona, e impulsó la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra para Latinoamérica con sede en Medellín, Colombia.
(11) Maria Rosa Lojo (Buenos Aires, 1954). Doctora en Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, investigadora del CONICET. Conferencista y profesora visitante en diversas universidades de la Argentina y del extranjero, escritora invitada en ferias del libro y congresos internacionales. Es colaboradora permanente de las revistas Cultura y First, y del Suplemento de Cultura de La Nación.
(12) Christina Diaz Gonzalez
(13) Becky Quiroga Curtis – Compradora de libros para niños / Coordinadora de eventos para niños y jóvenes adultos – Books & Books (Children’s Book Buyer /Children & Young Adult Events Coordinator – Books & Books)
(14) Cristina Pizarro Presidente AALIJ (Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil)
(15) Fanuel Hanán Díaz – Autor, crítico e investigador literario venezolano. Licenciado en Letras de la Universidad Católica Andrés Bello. Dirigió el departamento de evaluación del Banco del Libro y fue coordinador editorial de la revista Parapara. Actualmente se le considera uno de los investigadores más expertos en el tema del libro ilustrado en América Latina. Se desempeña como editor de la revista Barataria del Grupo Editorial Norma.
(16) Luis Bernardo Yepes Osorio,. La promoción de la lectura: conceptos, materiales y autores. Medellín: Comfenalco, 1997; p.24. (Colección Fomento de la Lectura No. 1).
Colombiano. Autor de varios libros sobre promoción de lectura. Bibliotecólogo, Especialista en Gestión Pública, Master en Documentación en la línea de didáctica de la Información, diplomado en Proyectos y programas para la formación de formadores, y Fundamentos teóricos de Sistemas de formación empresarial. Es candidato a doctor de la Universidad Carlos III de Madrid.
Actualmente es coordinador del área de Fomento de la Lectura del Departamento de Cultura y Bibliotecas de COMFENALCO –Antioquia, Colombia.
(17) Ana María Machado (Río de Janeiro, 1941) es autora de varias novelas para adultos y de cerca de un centenar de libros para niños, muchos de ellos traducidos a distintos idiomas, editados en 16 países y merecedores de todos los premios literarios que se conceden en Brasil y algunos del extranjero. En 1996 fue candidatizada por la FNLIJ, sección brasileña de IBBY, al premio Hans Christian Andersen. (Nota de Imaginaria: finalmente obtuvo este premio en el año 2000
Rosa Adriana Buriticá Ariza – Editora Español y Literatura, EDITORIAL LIBROS & LIBROS S. A., HILLMAN PUBLICACIONES, Bogotá, Colombia.

Michel Tournier nació en París en 1924. Es escritor, ensayista, estudió filosofía, ejerció el periodismo y fue productor y director de radio y televisión. Está considerado entre los representantes más importantes de la literatura francesa contemporánea. Recibió numerosas distinciones por su obra, como el Premio Goncourt y el Gran Premio de la Academia Francesa. Además de los ya citados en el artículo, algunos de sus libros editados en castellano son La gota de oro, El vagabundo inmóvil, El urogallo, Gilles y Juana y Medianoche de amor.

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