La innovación y la eternidad
El marketing nos demostró que la palabra “nuevo” es uno de los términos más efectistas al momento de promover la venta de un determinado producto. En otro sentido, los diseñadores justificamos nuestro trabajo a partir de esta seductora palabra, convertida convenientemente en concepto, valiéndonos de uno de nuestros mejores recursos: “la creatividad”, táctica cuya administración resulta a veces un tanto mística, pero siempre se dispone a crear alguna innovación.
Esa búsqueda tan ferviente y constante de aquello que no existe, por algunas razones, ha logrado que el concepto de innovación, adopte un grado de valor tan alto y tan ansiado…
Esa búsqueda tan ferviente y constante de aquello que no existe, por algunas razones, ha logrado que el concepto de innovación, adopte un grado de valor tan alto y tan ansiado, como lo es el de la belleza o el de la inteligencia. En otro sentido, la novedad solo es posible, si logra dejar de lado el universo de lo conocido, teniendo que eludirlo y contraponerse y en términos relativos, lo existente se constituye en lo estático y lo nuevo, en aquello que debe alcanzarse, aquello que el mercado establecerá como “lo deseado”.
…quizás el acto de innovar también sea el resultado de un instinto de supervivencia o de cierta pulsión de vida…
Así como la belleza se constituye en un valor casi funcional dentro de la naturaleza, ya que es un parámetro de selección, utilizando por ejemplo la morfología de la simetría y determinadas proporciones, quizás el acto de innovar también sea el resultado de un instinto de supervivencia o de cierta pulsión de vida, en oposición a la propia entropía. El movimiento, la evolución y la acumulación, surgen como respuesta a la muerte, dado que lo que no se mueve, lo que no nace o lo que no evoluciona, es aquello que no posee vida.
Una de las prácticas históricas que justifican cruelmente a la innovación es la guerra. Muchas estrategias y tecnologías son desarrolladas, con la intención de asegurar los recursos que resulten más eficaces para vencer al enemigo. Una supervivencia en una lucha establecida con un opositor, una perversa puja por lo deseado. Estos recursos ya desarrollados y comprobados, luego de un tiempo migran a la sociedad civil, con un asombroso cambio de contexto, aunque en la mayoría de los casos, su origen se diluye u olvida.
…proyectar facilitaría también que dicho futuro nos incluya:…un peligroso juego que muchas veces el ego experimenta.
Desde un punto de vista temporal, crear es siempre para un tiempo futuro: el pasado y el presente, solo se encargan de contener o desechar los objetos ya existentes. Proyectar es un mecanismo, algunas veces complejo y otras veces sencillo, que los humanos disponemos para incluir dicho futuro en nuestro presente y que nos permite hacer tangible lo que aún no ha ocurrido: simularlo. Quizás de un modo más inconsciente, proyectar facilitaría también que dicho futuro nos incluya: “Si hay proyecto habrá futuro”, fórmula que nos proporcionaría cierta fantasía de eternidad, un peligroso juego que muchas veces el ego experimenta, sin tener en cuenta un sistema real de necesidades.
Neofilia
…¿para qué y por qué seguir innovando?
Con la gran inercia que la innovación conlleva y constituyéndose en un valor de carácter consensuado e históricamente constante, la pregunta ¿para qué y por qué seguir innovando?, resulta retrógrada, o por lo menos inoportuna. También me pregunto, si a esta altura de los acontecimientos, nuestros cerebros no se hayan transformado en adictos a lo nuevo, una neofilia instalada con las formas de un nuevo arte, con valores equivalentes y con similar inmunidad.
Es interesante y develador destacar su antónimo: “neofobia”, que se define como el temor a lo nuevo y a la evolución, sosteniendo estos últimos términos casi como sinónimos.
El círculo actuario denominado innovación, devenido en consumo, provocó además, que el tiempo que separa el concebir del desechar, sea cada vez menor, a lo que un matemático concluiría, en que el ciclo de vida de los productos tendería a no existir.
En términos de sanidad individual, el desechar se ha transformado en una buena acción,… otorgando así a la descartabilidad, un valor tan ponderable como el del buen vivir.
En términos de sanidad individual, el desechar se ha transformado en una buena acción, “lo descartable es higiénico y por lo tanto clínicamente sano”, otorgando así a la descartabilidad, un valor tan ponderable como el del buen vivir. Esta asociación peligrosa relaciona de una manera casi perversa, el desecho como parte de una buena práctica de vida. De este modo se fue creando un nuevo contexto, que fue dando lugar al “necesitar algo cíclicamente” casi como un alimento, un goce en el reemplazo, por objetos concebidos de modo tal, que aseguren que también deban ser reemplazados.
La innovación infinita
¿Cuál es el límite que vulnera a la innovación? Siempre parece haber lugar para algo nuevo, aunque en otro sentido tendería a pensar, que cuanto más cosas nuevas surgen, menos espacio va quedando para las existentes y menos aún, a las que están por crearse.
Quizás esto es lo que provoque que el carácter innovativo de un producto sea un tanto efímero, ya que cuando una innovación se masifica esta se diluye, la aparición de otras innovaciones, son las que van desterrando a la anterior, de aquella gloria de novedad.
El mecanismo compulsivo de la búsqueda de lo nuevo, de aquello anhelado, funciona basado en que no se puede desear aquello que se posee, ya que si se posee, no es necesario desearlo, pero es la propiedad del deseo lo que le permite a la humanidad mantener su género ya que las necesidades primarias de supervivencia, están asociadas a él: el deseo sexual, el deseo de comer, el deseo de vivir, etc.
…la innovación en términos relativos, pareciera estar en crisis, los objetos existentes, parecen tener comparativamente, cada vez menos distancia entre sí
Por momentos, la innovación en términos relativos, pareciera estar en crisis, los objetos existentes, parecen tener comparativamente, cada vez menos distancia entre sí, pero abstrayéndonos de la realidad inmediata, la creatividad como técnica de innovación, es un ejercicio constante, al parecer producto de un instinto permanente.
Si bien en la actualidad podemos determinar a la innovación dentro del marco de la cultura, ésta pudo haber sido la reelaboración de un comportamiento natural o corporal, que gracias a la evolución, desencadenó en un complejo sistema virtual, basado en el deseo.
“Abstenerse de sexo no es suicida, como lo sería abstenerse del agua o la comida; renunciar a la reproducción y a buscar pareja…con la decisión firme de perseverar en este propósito, produce una serenidad que los lascivos no conocen, o conocen tan solo en la vejez avanzada, cuando hablan aliviados de la paz de los sentidos”.
Estrasburgo, situada entre Francia y Alemania, fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Nos sorprende con su luz y sus reflejos, el reloj astronómico en la Catedral de Notre Dame y la Iglesia de Santo Tomás, donde Mozart tocó el órgano.
Una exploración de la lucha interna de las mujeres en una sociedad obsesionada con la juventud. Una obra que desafía las normas estéticas y cuestiona cómo envejecen las mujeres en el imaginario colectivo, usando la estética del horror.
“Desde diosas hasta reinas, de cortesanas hasta científicas, de actrices hasta santas, desde escritoras hasta políticas… hemos estado en todas partes, aunque un manto de silencio se empeñara en cubrirnos o ignorarnos”. Julia Navarro.
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