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La palabra historia alude a dos realidades: a los hechos significativos del pasado, por un lado, y a los relatos de tales hechos por otro. Los primeros están en el orden real, los segundos en el plano del conocimiento. Con la palabra metafísica ocurre algo semejante: un asunto son los hechos metafísicos, otros son los estudios realizados sobre ellos. Por lo tanto, para entender qué es metafísica hay que empezar preguntándose, ¿cuáles son los hechos metafísicos que la metafísica estudia?
somos testigos de seres vivientes, pero no de la vida. Es decir que tras de cada concepto genérico se esconde una entidad metafísica que conjeturamos como existente y soporte de la realidad tangible percibida.
Si damos un paso más, se advertirá que en nuestro trato con el mundo hay más hechos metafísicos,
dios, es una conjetura metafísica cuya confirmación plena no ha sido obtenida ni por la ciencia ni por la filosofía.
Dicho brevemente: la metafísica es inevitable.
La metafísica como disciplina filosófica declaraba ocuparse de dios, el alma y el mundo. Pero las dos últimas han pasado a ser estudiadas por distintas disciplinas como la neurociencia o la cosmología. En cuanto a dios, es una conjetura metafísica cuya confirmación plena no ha sido obtenida ni por la ciencia ni por la filosofía.
La artista guatemalteca explora la relación entre la humanidad y la naturaleza, y cómo se afectan mutuamente. Desde su estética del vacio, la destrucción que causa un hongo o las termitas no es solo pérdida, sino una redefinición de significado.
La misofonía es un trastorno neurológico que provoca una sensibilidad extrema a ciertos sonidos. Los afectados reaccionan con irritación, desconciertan a su entorno y se genera un clima de tensión que afecta la convivencia y relaciones sociales.
Una exploración de la lucha interna de las mujeres en una sociedad obsesionada con la juventud. Una obra que desafía las normas estéticas y cuestiona cómo envejecen las mujeres en el imaginario colectivo, usando la estética del horror.
“Abstenerse de sexo no es suicida, como lo sería abstenerse del agua o la comida; renunciar a la reproducción y a buscar pareja…con la decisión firme de perseverar en este propósito, produce una serenidad que los lascivos no conocen, o conocen tan solo en la vejez avanzada, cuando hablan aliviados de la paz de los sentidos”.
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