Letra Urbana conversó con el Dr. Marcelo Pakman acerca de las ideas que propone en su nuevo libro, Texturas de la imaginación. Más allá de la ciencia empírica y del giro lingüístico, (Gedisa 2014).
Vivimos en un momento en el que los conocimientos y las creencias de nuestra cultura se organizan alrededor de los descubrimientos empíricos que hacen que la biología se vuelva central. Por otro lado, hay una corriente que prefiere apoyarse en el predominio del papel del lenguaje, donde lo que interesa es el significado que damos a los acontecimientos, en detrimento del clásico concepto de realidad. Pero, en ambas situaciones se da un proceso de abstracción que soslaya la sensualidad material de lo real. Frente a ello el Dr. Pakman(1) dice que hace falta reintroducir el valor de la imaginación.
¿Por qué un libro sobre la imaginación?
La imaginación es un misterio inmediato. Todos asumimos saber lo que es por experiencia propia, pero cuando tratamos de explicar lo que sabemos, nos encontramos con que las concepciones de esa experiencia han variado a lo largo de la historia. Aunque podemos reconocer ciertos ejes fundamentales, desde hace tiempo damos por sentado que la imaginación es una facultad mental productora de imágenes ficticias, que debe ser diferenciada de la percepción que tiene un correlato en la realidad, en el sentido amplio y algo vago del término. En esta concepción dominante, las imágenes son el producto de la imaginación y ésta se ha naturalizado como sinónimo de ficción. Las imágenes y la imaginación capturaron siempre el interés de pensadores en la filosofía y en disciplinas diversas.
Las imágenes y la imaginación capturaron siempre el interés de pensadores en la filosofía y en disciplinas diversas. El psicoanálisis las trató bajo el nombre de fantasía, según Freud y luego, con el concepto de registro Imaginario en Lacan. Las neurociencias la estudian como fenómeno biológico, ahora con la ayuda de estudios del cerebro en tiempo real…
En el campo de la psicoterapia ha tenido un lugar relativamente importante. El psicoanálisis las trató bajo el nombre de fantasía, según Freud y luego, con el concepto de registro Imaginario en Lacan. Las neurociencias la estudian como fenómeno biológico, ahora con la ayuda de estudios del cerebro en tiempo real. La necesidad de distinguirla de la realidad, de la percepción, del pensamiento racional, son tópicos frecuentes en todos estos caminos. Los he explorado y recogido elementos importantes de esa historia de los sistemas de ideas, como la llamaba Foucault. He descartado otras, con el objeto de poder asumir la perspectiva que me interesaba: explorar la
textura vívida de las imágenes en nuestra experiencia sin esclavizarme a una postura cientificista, ni a las abstracciones de los procesos de significación.
¿Cómo llegaste a interesarte por la historia de las imágenes y la imaginación?
Se me hizo necesario ocuparme del tema como parte de un interés más general y una fascinación con los fenómenos de discontinuidad de la experiencia que ocurren en la psicoterapia, también fuera de ella, y que adquieren carácter de eventos a los que he llamado poéticos. En esos eventos, puntos de inflexión de la experiencia, llega a hacerse presente lo que hasta entonces fue soslayado o domesticado por los modos de conocer, ligados a una cierta concepción del poder y a la subjetividad que se consolidó en torno al concepto de sujeto. Estos tres elementos hacen a lo que podemos llamar la micropolítica de la vida cotidiana, una concepción de estirpe foucaultiana. Entonces, llego a las imágenes y a la imaginación a partir tanto de ese interés en las micropolíticas dominantes, que conforman los guiones que insensiblemente seguimos en la vida cotidiana, como de los eventos poéticos a través de los cuales tenemos la posibilidad de distanciarnos de esos guiones. Pero para indagarlas tuve que revisar los modos históricos de pensarlas y desprenderme de la idea de imaginación como sinónimo de ficción y productora de imágenes. Yo he comenzado en cambio por las imágenes que nos acompañan, sean mentales, encarnadas en nuestros sentidos o las que nos rodean, para preguntarme luego sobre sus destinos y sobre el trabajo que la imaginación hace con las mismas. Para ello fue necesario un cambio de perspectiva, para llegar a una concepción de las imágenes como un fenómeno central de nuestra experiencia vital enraizada en la materialidad del mundo.
¿Cuál es la importancia de las imágenes y de la imaginación en la vida cotidiana?
En todo momento nuestra experiencia está acompañada de imágenes de todo tipo. Con frecuencia son fugaces y marginales con respecto a nuestra experiencia, que las deja de lado como impertinentes, por estar dominada por los significados abstractos que hacen de ellas meras ilustraciones de los mismos. Al mismo tiempo, otras imágenes se privilegian y se vuelven parte del imaginario social, un cuarto elemento de las micropolíticas dominantes junto a los saberes, las relaciones de poder y el sujeto que ya mencioné.
…tuve que revisar los modos históricos de pensarlas y desprenderme de la idea de imaginación como sinónimo de ficción y productora de imágenes.
A lo largo de tu libro vas recorriendo una tensión histórica en relación con el concepto de realidad, pero no la opones a la imaginación…
No, porque sería nuevamente igualarla con la producción de ficciones. Lo que opongo es la realidad sensual y material extra lingüística, al mundo de los signos que se llegaron a identificar con los procesos de significación. Estos últimos se volvieron dominantes con el llamado «giro lingüístico, en filosofía y las disciplinas sociales, llegando el texto a ser omnipresente y a empujar a la realidad a una regresión infinita, haciéndola inalcanzable, trascendente y mitológica. En cambio, en la concepción de las imágenes que desarrollo ellas son el modo de aparición de una realidad pulsátil, sensual y material. Siempre buscando ser más de lo que es, destacándose a sí misma como una unidad incompleta en el campo unidireccional de la historia y abierta al trabajo de la memoria y del testimonio.
El trabajo de la imaginación se hace necesario para que puedan volverse núcleos de eventos poéticos transformativos y de los procesos que cambian los límites entre lo real o virtual, percepción o ficción, pensamiento abstracto o experiencia sensual, idealidad o materialidad.
En tu libro te refieres también a cómo subyacen las concepciones filosóficas a las prácticas de las disciplinas de lo social…
Así es, en este momento conviven como dominantes un redescubrimiento de la ciencia empírica, que tiende a desconocer el papel mediador del lenguaje, y de lo social con prácticas enraizadas en el giro lingüístico, en las que reina el significado o una realidad limitada al significante. El redescubrimiento de la teoría del apego, combinada con la terapia cognitivo conductual, una versión del trauma centrada en el cerebro y la realidad del abuso, como en las primeras teorías de la seducción de Freud, son ejemplos de cómo trabaja la ciencia empírica. Por otro lado, el auge del construccionismo social en la psicoterapia, sobre todo bajo las formas de las terapias narrativas y colaborativas, que llegaron con retardo con respecto a los desarrollos del giro lingüístico en filosofía, son ejemplo del otro tipo de enfoque.
¿De qué manera lo que la ciencia descubre y establece como verdades, interfiere sobre el modo singular de lo que viven las personas?
Las dos posturas polares que mencioné, que subyacen al auge de la ciencia empírica en general y la biología en particular en el campo de la salud mental, por un lado, y al auge del giro lingüístico radical, por la otra, coinciden en la exclusión de la singularidad de la experiencia. Ya sea porque lo que prima es la abstracción del patrón en la ciencia o la abstracción del significado y la interpretación. Los intentos «integradores» son problemáticos porque no se trata solamente de hacer proyectos de buena voluntad entre visiones opuestas, ya que son tradiciones en buena medida conflictivas y la polaridad auto suficiente lleva a callejones sin salida en la conceptualización.
…el auge del construccionismo social en la psicoterapia, sobre todo bajo las formas de las terapias narrativas y colaborativas, que llegaron con retardo con respecto a los desarrollos del giro lingüístico en filosofía, son ejemplo del otro tipo de enfoque…
Cada vez más la ciencia se basa en “evidencias” que localizan en el cerebro el origen de los padecimientos de las personas. ¿Qué relación encuentras entre este fenómeno, la filosofía, los seguros de salud, y los profesionales?
El triunfo de las prácticas de mercado en la salud mental o conductual, como se las rebautizó, se acompañó de un privilegio de los procedimientos por sobre las teorías. Muchos intentan ahora presentarse como pragmáticos por una necesidad de operar en sistemas sociales mercantilizados. Otros tratan de contrabandear lo que hacen en las consultas más allá del lenguaje de las compañías de seguros que utilizan para interactuar con ellas, pero ellas mismas han adoptado el lenguaje de las «narrativas» y la «colaboración» haciendo el sostén de ese doble discurso más problemático.
No se trata de volver a una supuesta realidad empírica incontaminada e inmediata sino de recuperar la existencia sensual a partir de la nube de signos que habitamos…
¿Cómo operan los procesos de significación en relación a lo sensual de las experiencias?
Esa es una cuestión muy importante porque en su respuesta se puede dar la posibilidad de ir «más allá de la ciencia empírica y del giro lingüístico», en tanto posiciones polares. No se trata de volver a una supuesta realidad empírica incontaminada e inmediata sino de recuperar la existencia sensual a partir de la nube de signos que habitamos. La dimensión del sentido, diferenciada del significado, es fundamental en este aspecto y las imágenes que nos habitan como apariciones de la realidad, constituyen a esa dimensión. Basta observar con cuidado y pensar los juegos de miradas que establecemos con un bebé, la danza sensorio motriz en que nos embarcamos para ver que en ellas las palabras son solo testimonios de lo que va más allá de los significantes lingüísticos y del significado. Estamos allí en la dimensión del sentido.
En su textura ellas traen realidades como espectros que nos exceden y a las que nos exponemos y podemos navegar con ellas…
Háblanos un poco de quienes son los agentes en el trabajo de la imaginación…
La realidad de la experiencia de este mundo constituye una tercera dimensión que no es ni ingenua e inmediatamente empírica, como si la percepción nos diera el mundo en estado puro, ni construida por procesos de significación social.
Cuanto más habitamos un mundo en que asedian las dificultades sociales, políticas, ecológicas, los que confían en la ciencia más se niegan a ocuparse de los determinantes sociales y lingüísticos…
Tu trabajo ha retomado las huellas de muchos pensadores y escuelas¿Qué le reconoces a lo ya hecho por el psicoanálisis, la terapia sistémica, dialógica, y narrativa? ¿Cuáles son las concepciones fundamentales que se agregan con tu trabajo?
Cuanto más habitamos un mundo en que asedian las dificultades sociales, políticas, ecológicas, los que confían en la ciencia más se niegan a ocuparse de los determinantes sociales y lingüísticos. Así como los que repiten los mantras de que todo es una construcción social se detienen allí, eludiendo la responsabilidad de las decisiones y los eventos que marcan la unidireccionalidad de la verdad histórica. Un concepto al que erróneamente consideran sinónimo de tiranía del pensamiento único. Con ello dan la espalda a los fenómenos materiales que enfrentamos y de los que depende nuestro futuro y son parte de nuestra existencia encarnada. El psicoanálisis nos abrió a los procesos inconscientes de configuración de lo mental y al papel central del lenguaje, y la terapia sistémica a los fenómenos relacionales y sociales de las organizaciones humanas.
Las terapias narrativas, dialógicas y colaborativas, aunque recorrieron caminos diferentes se fueron encontrando por motivos no solamente de filiación teórica, sino también relacionados con la micropolítica de la psicoterapia para llegar a ser ahora tendencias dominantes con las limitaciones propias de los presupuestos del giro lingüístico que mencioné brevemente y exploro más extensamente en este libro.
¿Cuál es la importancia de la imaginación en los procesos terapéuticos? ¿Cómo los psicoterapeutas actuales pudieran trabajar en esta dirección critica de las micropolíticas dominantes y atenter a las imágenes y al sentido?
El terapeuta no puede formarse solamente leyendo psicoterapia y estudiando modelos terapéuticos y técnicas. La terapia personal y la indagación de su familia de origen no bastan tampoco, porque no estimulan necesariamente el pensamiento crítico y la habilidad de distanciarse de los guiones de vida profesionales contrabandeados y validados. De aquí que este libro sobre las Texturas de la imaginación sea el primer volumen de una trilogía a la que he llamado El espectro y el signo. Buena parte de la educación del terapeuta queda disociada de sus prácticas cuando estas se limitan a transformarse en una tecnocracia del cambio. Contra esa disociación es que en este libro que privilegia la textura vívida de las imágenes y el trabajo de la imaginación hay anécdotas personales, episodios de la historia de la música, consideraciones sobre escenas de óperas, de literatura, teatro, cine, fotografías, además de viñetas clínicas y de secuencias de supervisiones de psicoterapias.
(1)Marcelo Pakman es Psiquiatra y Psicoterapeuta. Massachusetts. Ex- Vice Presidente de la American Family Therapy Academy y de la American Society for Cybernetics. Autor de artículos y libros de su especialidad que se tradujeron a varios idomas. En 2011 publicó Palabras que permanecen, palabras por venir (Gedisa,Barcelona). Recientemente lanzó Texturas de la imaginación: Más allá de la ciencia empirica y del giro lingüístico (Gedisa, Barcelona), que es el primero de una trilogía en la que está trabajando actualmente.
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3 Comentarios
Magnífico resumen, que será apreciado más todavía luego de la desprejuiciada lectura del libro. Gracias a Marcelo Pakman y a Susana Eskenazi de León…
Gracias Marcelo Pakman y Susana Eskenasi, una magnífica introducción a leer lo que no se quiere ver y escuchar, para dejar volar ese pensamiento a través de la imaginación, saludos.
Tus vocación nos enorgullesen.Nos haces sentir felices Gracias