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En estos últimos meses estamos viviendo unos acontecimientos fascinantes en el oriente medio. Regimenes dictatoriales han caído por presión de la población. Delante de nuestros sorprendido ojos, súbitamente, han sido derrotados gobiernos que han privado a su población de un progreso en el desarrollo humano, de acceso a un sistema digno de servicios básicos, del gozo de una serie de derechos básicos y libertades como pueden ser la libertad de expresión, de asociación, de manifestación, etc.
la población de origen español, hasta hoy en día no acaba de asumir que las personas inmigrantes magrebíes…no están aquí provisionalmente
No es ninguna novedad que los países europeos han mantenido -y mantienen- una relación algo ambivalente con este tipo de regimenes. A pesar de incluir cláusulas de democracia y respeto a los DDHH en los Acuerdos de Asociación firmados con los países del mediterráneo – un tipo de acuerdos de comerciales y de cooperación de la UE con sus países vecinos-, dichas cláusulas nunca se pusieron en práctica y nunca han conllevado a una sesión o suspensión de un Acuerdo de Asociación. Las violaciones de los DDHH en los regímenes dictatoriales en los países árabes, raramente son condenadas de manera clara y abierta por parte de los países europeos. No obstante, cuando se trata de la relación de Europa con el Islam, el discurso mainstream europeo se refiere al Islam en sus extremos y se centra en el fundamentalismo islámico -en la mayoría de los casos este se liga de manera directa con grupos terroristas musulmanes-, la discriminación de la mujer y en especial la práctica nefasta de la mutilación del clítoris. Este articulo desea reflexionar sobre la percepción del Islam, los musulmanes y especialmente las musulmanas cuando estos inmigran a Europa y en particular en la Comunidad Autónoma de Cataluña.
A finales de la década de los ’90 España empieza a recibir grandes olas de personas inmigradas provenientes de los países árabes del mediterráneo y en particular de los países magrebíes. España que siempre ha sido un país de emigrantes de repente se ve obligada a hacer frente a una gran afluencia, que por un lado es una fuerza de trabajo imprescindible para poder llevar adelante el boom económico que experimenta, en particular en los sectores de la agricultura y la construcción. Por el otro lado, el hecho que dichas personas no se limiten a la realización de un trabajo temporal y se acaben arraigando con sus familias, ha hecho que la población española forzosamente tenga que afrontar un cambio demográfico y una pluriculturalidad emergente. A diferencia de otros países europeos como Francia y Bélgica, que acogen inmigración magrebí desde hace décadas y ahora se enfrentan con los problemas de la continua falta de integración de las diferentes generaciones, en España el debate sobre la cohesión aún se está perfilando. En cierto sentido la población de origen español, hasta hoy en día no acaba de asumir que las personas inmigrantes magrebíes que habitan a su lado no están aquí provisionalmente sino para quedarse y por tanto el enfoque hacia su estancia en el país debería cambiar.
cómo se adapta dicho discurso cuando el “problema” ya no es de “ellos” sino “nuestro”
Pues, si el discurso hacia el Islam se define por el rechazo al fundamentalismo islámico, terrorismo y maltrato a las mujeres, la pregunta es cómo se adapta dicho discurso cuando el “problema” ya no es de “ellos” sino “nuestro”, cuando ellos no están “allí” -en sus países- sino que residen en el entorno más cercano compartiendo espacios y servicios públicos y empiezan a participar en la sociedad. El discurso sociopolítico institucional en el estado español reconoce y aboga por los derechos sociales y legales de la inmigración pero éste no incluye una visión holística de acogimiento e integración con la población española. Dicho discurso recoge unos fundamentos para la vida digna de las personas inmigradas en España, pero también es acompañado por unas tendencias crecientes de racismo y xenofobia, cuya expresión, a partir de la erupción de la crisis económica en España, se ha comenzado a declarar más explícitamente.
Aun así, mientras que si se acusara abiertamente de terrorista a la población musulmana residente en España sería políticamente incorrecto y produciría reacciones diversas en su contra, la acusación del maltrato a las mujeres musulmanes es aceptable y bien visto. España es uno de los países europeos con mayor índice de violencia machista y en especial de asesinato de mujeres por su pareja. Por tanto, el gobierno de José Luís Zapatero en su presente legislatura, como en la anterior, ha dedicado muchos recursos para campañas de sensibilización y programas por la igualdad de oportunidades entre los dos sexos y en contra de la violencia machista. Con lo cual, aparentemente el maltrato es una cuestión que interesa y preocupa a España.
ordenanzas de diferentes ayuntamientos en Cataluña que prohíben el uso de la Burka y el Nikhab en espacios municipales.
Dicha cuestión se liga directamente con la prohibición del Burka y del Nikhab en la Comunidad Autónoma de Cataluña. A diferencia de Francia, en el estado Español no ha habido un debate general sobre el uso del velo por las mujeres musulmanas en los centros educativos y los espacios públicos. Lo que sí se generó, a finales del 2010, son ordenanzas de diferentes ayuntamientos en Cataluña que prohíben el uso de la Burka y el Nikhab en espacios municipales. Una proscripción parecida se realizó en algunos municipios más en el país pero Cataluña es la comunidad con el mayor número y con mucha diferencia respecto de ayuntamientos que pasaron una ordenanza semejante. Un dato interesante es que solo un total de 30 mujeres son las que en la actualidad usan el Burka y el Nikhab, en una población de 6 millones de habitantes de toda la comunidad. Cabe también mencionar que la principal argumentación para dichas ordenanzas es la seguridad. Es decir que el hecho de no poder ver las caras de las mujeres se percibe como una amenaza. En la actualidad se está debatiendo en el gobierno de la Comunidad Autónoma de Cataluña la posibilidad de pasar una ley al respecto.
La Burka es la obligación de la mujer a restringir su cuerpo única y exclusivamente al espacio privado, convirtiéndola en una sombra imposible de identificar
Sin entrar en la discusión sobre el uso del velo por las mujeres, el Burka se concibe como la máxima represión de la mujer por el hombre musulmán y un ejercicio del control absoluto sobre ella en el espacio publico. La Burka es la obligación de la mujer a restringir su cuerpo única y exclusivamente al espacio privado, convirtiéndola en una sombra imposible de identificar. Pero el hecho de que un número tan poco significativo de mujeres lo lleve centra el debate en Cataluña en el nivel simbólico.
Volviendo a los elementos arriba mencionados sobre el Islam en el discurso mainstream español, las cuestiones sobre el Burka genera una oportunidad ideal para tratar estos dos principales elementos de terrorismo y maltrato a las mujeres. A través de la prohibición del uso del Burka se puede fácilmente ligar estos dos elementos. Centrando el debate en el nivel simbólico permite crear una unificación de la figura de la mujer que lleva el Burka. En este caso, mediante una instrumentalización del discurso del la igualdad de oportunidades se crea una figura estigmatizada de la mujer musulmana, excluyéndola, a efectos legales, del espacio publico. Estas 30 mujeres que llevan el Burka, en la actualidad, no pueden acceder al sistema de sanidad, a los centros educativos, realizar cualquier tramite administrativo o incluso entrar en los mercados municipales. Es claro que ningún sistema patriarcal es compatible con la equidad de género, incluyendo los sistemas religiosos, pero ésta iniciativa no necesariamente llevará a que las mujeres acaben acudiendo a dichos espacios quitándose el Burka, sino que se quedan en el espacio privado por falta de posibilidad de acceder al espacio publico vestidas con el Burka.
el debate en el nivel simbólico permite crear una unificación de la figura de la mujer que lleva el Burka
Los debates a favor de las ordenanzas de la prohibición del Burka y del Nikhab declaran promover, a través de las mismas, la laicidad – ésta se limita solo al Islam sin tomar pasos paralelos en cuanto al cristianismo- y la liberación, casi salvación, hablando en términos paternalistas, de la mujer musulmana. También merece ser observado el hecho que en este caso la voz pública en contra del Burka que habla en nombre de la mujeres musulmanas es la de los catalanes, ya que ellas no fueron consultadas, ni se les hizo participe en ninguna fase de este proceso. Por lo tanto, esta iniciativa ayuda a anclar los estereotipos en contra de la mujer musulmana, añadiendo estos aspectos a su exclusión social por su condición de mujer y de inmigrante.
Cabe mencionar que este fenómeno se produce en un momento económico muy difícil, que conlleva grandes recortes en los presupuestos de las políticas sociales. En mayo de este año se realizarán elecciones municipales en Cataluña, por tanto los gobiernos actuales sienten la necesidad de posicionarse respecto a la inmigración adoptando una medida pro-igualdad y en contra del terrorismo, por más irrelevante que sea ésta iniciativa a efectos prácticos.
esta iniciativa ayuda a anclar los estereotipos en contra de la mujer musulmana
Para concluir, la prohibición del Burka y el Nikhab, es representativa a la hora de analizar la sutil tendencia de exclusión social de la inmigración musulmana dentro del actual discurso sociopolítico catalán, utilizando a la mujer musulmana como un escudo políticamente correcto. La distorsión del discurso pro-igualdad en este contexto contribuye a un incremento de una islamofobia abierta y declarada.
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Un comentario
Buenas noches. Me parece un artículo de gran utilidad para un momento en el que, bajo el manto del discurso de la seguridad, se sacrifican valores y principios del Estado Social de Derecho. Felicitaciones.
Aprovecho para consultar la manera de citar este artículo en el evento de utilizarlo como insumo. Muchas gracias.