Edición
54

El arte íntimo de Daniel Correa Mejía

Bogotá
Experiencias de pérdida, amor y renovación dan forma a piezas que combinan pintura, cerámica y dibujo. Un universo sensible donde el paisaje, el agua y la memoria personal cobran vida.

Con motivo de su exposición en la Galería Mor Charpentier en Bogotá, Letra Urbana conversó con el artista colombiano residente en Berlín Daniel Correa Mejía.

¿Cuándo te iniciaste en el mundo del arte?

El dibujo fue siempre un aliado para mí, regalándome calma y poder. Pero fue a los 17 años que decidí empezar clases de pintura y descubrí un gran amor. Entre mis primeros cuadros había uno que fue casi rojo y recuerdo que al final hice unos trazos de azul ultramarino y me dije: “Aquí hay algo muy fuerte”. Se sintió como algo visualmente eléctrico. Inicialmente mi trabajo era abstracto y frecuentemente utilizaba líneas entrelazadas de colores azul y rojo. Sentía mucho los colores y las simbologías que despertaban en mí la energía de los tonos y las composiciones.


¿En qué momento pasaste a la figuración?

La figuración apareció entre el 2018 y 2019. Fue un proceso lento. De lo abstracto pasé a una figura básica pero muy simbólica: un ser humano con los brazos hacia arriba conectándose con la energía del sol. Esa imagen fue la puerta hacia lo figurativo. Durante la etapa abstracta y con esta figura estaba muy ligado a los temas metafísicos, el cosmos, la tierra, elementos que no necesariamente estaban relacionados con mi vida íntima. Pero llegó un momento que pasaban cosas en mi vida íntima que necesitaba expresar en imágenes concretas.


La figuración parte entonces de la necesidad que tienes de compartir tus vivencias y tus sentimientos.

Si, las obras del 2020 son muy biográficas.


También lo son las que presentas en esta, tu primera exposición individual en tu país natal.

Sí, claramente es muy íntima. Los trabajos están basados en el difícil proceso de desprenderme de una relación de doce años y abrazar una nueva relación. A través de la piezas expreso lo que he sentido en este proceso. La sociedad tiende a sugerir que cuando una relación se acaba se debe olvidar y pasar la página y es algo que no es natural. Yo creo que se debe abrazar el cambio y sentir gratitud por lo vivido. Cada relación nos enseña mucho y nos brinda amor. Yo no sería quien soy si no hubiera tenido esa relación. A pesar de no estar más con la persona sigues conectado. Hablas y la recuerdas. Compartiste tanto que hace parte de tu vida. Esa persona va a estar siempre en mi vida. Al encontrar un nuevo amor se abrazan dos polos: la pérdida y la nueva relación. Es importante llevarlos juntos. Para mí era importante cerrar ese capítulo de dolor y volverlo gratitud.

Siempre recurro al paisaje, al agua, al cielo. Es el entorno en el que habitamos y donde el ser humano ha buscado reflejo. Me gusta jugar deformando el lienzo, rompiendo la regla de lo recto, de lo perfecto y llegar a un estado más orgánico. 


De ahí surge el título de la exposición,
Si dos partículas se unieran por un tiempo…, que comienza con el cuadro que trata precisamente de ese sentimiento: El dolor mutuo (2024).

Si, es un abrazo entre dos seres que transmite el dolor mutuo. A las dos personas les duele cuando se dan cuenta que la relación llega a un punto en el que ya no avanza. En el cuadro una de las caras no se ve. No se puede ver su expresión. El no mostrarla permite que el espectador la imagine pues sabe que al final la separación es inevitable.


Hay dolor pero también hay esperanza, como lo indica el título de uno de tus cuadros.

Si. El hombre está sumergido mirando la luna. La luna lo está iluminando. Ver la luna llena te genera un sentimiento especial. Me he conectado con la luna, con las fases de la luna, buscando señales. Miro en qué fase esta. La luna llena implica cambio y la luna nueva significa esperanza, pero esto cambia con el tiempo.


El personaje del que hablas está sumergido en el agua. Varios cuadros recientes muestran a los personajes nadando o rodeados de paisajes acuáticos. ¿Qué significa el agua para ti?

Para mí el agua es nuestro origen, es un elemento especial. El agua puede ser un conductor de calma. Por ejemplo, cuando uno tiene la oportunidad de sumergirse en una bañera con agua caliente, uno logra volver a sí mismo. También me gusta mucho nadar como deporte. La natación tiene el poder de la respiración y de llegar a estar en un estado líquido y fluido.


La obra
Cuerpo y origen (2024) muestra una figura nadando cuya silueta se ve reflejada en las formas onduladas de las montañas que aparecen en el horizonte. Esa relación entre el personaje y el paisaje es evidente en muchos de tus cuadros. En esta obra esa ondulación se extiende además a los bordes del lienzo.

Siempre recurro al paisaje, al agua, al cielo. Es el entorno en el que habitamos y donde el ser humano ha buscado reflejo. Me gusta jugar deformando el lienzo, rompiendo la regla de lo recto, de lo perfecto y llegar a un estado más orgánico. En este cuadro también me gusta el efecto óptico de expandir el horizonte.


A diferencia de la mayoría de las obras, esta es casi toda roja.

En esta el azul es más reducido. Cuando realizo un cuadro juego pictóricamente e intento crear distintas atmósferas usando elementos como el paisaje, el agua, la luna… Los azules y los rojos son básicos en mi pintura. Son energías opuestas que se complementan. Visualmente uno nota la vibración que generan. Es como una danza. Se necesitan el uno al otro. Si se mezclan se crea oscuridad y se anulan, pero si se saben controlar, se vuelven fuertes y se resaltan mutuamente. Cada uno tiene su personalidad y representan esa dualidad en la vida.

Los azules y los rojos son básicos en mi pintura. Son energías opuestas que se complementan. Si se mezclan se crea oscuridad y se anulan, pero si se saben controlar, se vuelven fuertes y se resaltan mutuamente. Cada uno tiene su personalidad y representan esa dualidad en la vida.


Otro aspecto que te distingue es el uso del lienzo de yute.

Desde que empecé a pintar fui consciente del material de la tela. Me interesaba su delicadeza y darle un lugar en la obra. Intentaba dejar de impregnar el lienzo con yeso pues me gustaba el color hueso del algodón. Más tarde comencé a usar el yute. La tela de yute tiene una estructura muy orgánica y se entrelaza para resaltar la materialidad de la obra. Me gusta su color ocre pues da una luz muy tenue y natural. Intento dejar que se vea el lienzo. Me parece muy poético pensar que sin la tela no existiría la pintura y que la tela sea la fuente de luz.


Me llama la atención la presencia de perros en varios de los lienzos, especialmente en
Canto a lo habitado (2024) en el que aparece un personaje sentado en una roca rodeada de agua acompañado de un perro mirando hacia el horizonte.

Llevo diarios en los que escribo pensamientos, poesía y dibujos que llegan de una forma muy intuitiva y automática. Quizás de primeras no tienen mucho valor, pero con el paso del tiempo al volver a ellos se transforman en significados profundos. Muchas veces, cuando acabo de pintar y termino mi día, leo mis diarios y reconecto con aquellos dibujos. Los caninos nacieron en un momento de duelo y se transformaron en aliados y cuidadores. Un día de tristeza vi en un diario unos perros que había dibujado y sentí la necesidad de sacarlos a la pintura. No tengo perros ahora pero si los tuve durante mi niñez. Me buscaban, jugaba con ellos y olvidaba la tristeza. Son muy fieles. Se dan cuenta de cómo te sientes.


T
rabajas cuadros de grandes dimensiones pero también realizas obras de pequeño formato que son verdaderos tesoros.

Me gusta jugar con la diferencia de formatos, crear ritmo. Me gusta darle valor al tamaño pequeño. Las piezas de gran formato son importantes para la gestualidad y generan un impacto quizá más rápido, pero al mismo tiempo distante. A la sociedad le gusta seguir lo grande, entre más grande más impactante. Yo quiero que también se le de valor a lo pequeño. Con el formato pequeño hay más Intimidad y delicadeza y obliga al espectador a acercarse a la obra, a mirar su materialidad. Por ejemplo Expansión (2024) es una pieza muy metafísica. Se trata de un juego óptico. En ella aparece un rostro con un cielo de fondo pero se crean otras capas por medio de la espiral. Otros perfiles, otros cielos. La imagen representa la expansión del universo. La espiral parece una la lengua de un camaleón. No sé por qué aparece tanto la espiral en mi obra. Quizás es la representación del tiempo. La pintura tiene el poder de sacar información del inconsciente. Siempre estoy en la búsqueda de imágenes colectivas, de crear obras atemporales. La búsqueda no es de un tiempo exacto, es la razón de existir. Me interesan las relaciones interpersonales, la naturaleza, el paisaje, el cielo, la luna y con ello sentir la creación de la mitología.

A la sociedad le gusta seguir lo grande, entre más grande más impactante. Yo quiero que también se le de valor a lo pequeño. Con el formato pequeño hay más Intimidad y delicadeza y obliga al espectador a acercarse a la obra, a mirar su materialidad.


Háblanos de tu trabajo en cerámica.

Comencé a hacer cerámica en el 2022 y rápidamente el material y las imágenes que surgieron en diálogo con la obra pictórica se sintieron intuitivos. En El sueño profundo (2024) no sello la cabeza. Por detrás parece una cueva, genera algo de un paisaje. La cueva es importante para la historia del ser humano y el arte pues es donde se desarrolló el arte rupestre. También al dejar por detrás la cavidad expuesta, se pierde ese estado de perfección inalcanzable, así como en la pintura me gusta dejar rastros inperfectos en los cuadros para quede una marca que alguien estuvo ahí.


Las cerámicas son piezas figurativas en pequeño formato hechas con terracota que de alguna forma recuerdan las piezas prehispánicas.

Quizás la búsqueda de reflejo en el mundo natural haga que se llegue a lugares similares. Quizás porque no uso esmalte. Me gusta la textura y el aspecto de la tierra quemada. Mezclo dos tipos de tierra de la misma forma que utilizo el azul y el rojo para crear ese contraste, esa energía. Al igual que con el yute, la arcilla quemada no es solo el medio sino que hace parte de la pieza. Las piezas en cerámica están relacionadas con la pintura. Escuchar más allá de las palabras (2024) representa una pareja dándose un beso. Al unirse las caras generan una oreja. La oreja, cuando la pinto, recuerda a una concha, o la cóclea situada en nuestro oído interno, como una espiral, como la que aparece Expansión (2024) o en la oreja de mis personajes.


Además de pinturas en tela y cerámica trabajas con pasteles en papel.

Dibujo mucho. Me gusta la rapidez del dibujo, el trazo firme, inmediato, no sobre trabajado. En los dibujos se percibe la esencia del momento. Se nota que es un momento efímero el que queda registrado. En la pintura hay más tiempo para reflexionar.


¿Qué proyectos tienes en el 2025?
 

Mi obra está siendo expuesta en Queer Histories en el Museu de Arte de Sao Paulo Assis Chateaubriand (MASP) en Brasil, hasta abril del 2025. Además, participaré en Frieze LA, Art Basel Hong Kong y en una muestra colectiva en el Palm Springs Art Museum en California.

Notas:
Las imágenes son cortesía del artista y de la Galería Mor Charpentier

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