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23

Divergencias del arte hoy 30 Bienal de San Pablo

San Pablo
Divergencias del arte hoy: Una visita a La inminencia de las poéticas nos sitúa en el actual estado del arte.

Alexandre da CunhaAlexandre Da Cunha

Letra Urbana asistió a la 30ª Bienal de San Pablo. La Inminencia de las Poéticas, es el nombre que se le ha dado este año a dicho evento. Reparamos en las transformaciones, que aún hoy se suceden, y hasta tal vez divisiones de lo que denominamos como arte en nuestros días.

¿Cuál es el objetivo de una Bienal de arte? En el caso de la primera Bienal de San Pablo, que se realizó en 1951, el objetivo era investigar la producción cultural contemporánea y la conexión entre los creadores eran los temas histórico culturales de Brasil, presentándose para tal evento los maestros en sus áreas específicas.

Hoy de estos tres puntos el segundo es el único que no puede sustentarse. La re-significación de arte ya no nos permite el antiguo concepto que se tenía de él. Ya no es suficiente una obra para mostrar en qué situación se encuentra el arte. El arte no se marca por región, en nuestro días es una reflexión colectiva, más allá de que cada exponente tenga un bagaje cultural que acarrea y marca, de una u otra manera, su obra.

Algunos críticos han sido demasiado radicales al señalar de tristemente trivial la Bienal de este año. Nos preguntamos ¿qué es lo que ocurrió? que roza de lado a semejante expresión. Es que cuando llegamos al punto de los maestros de la época, la carencia de ductilidad produce un anquilosamiento visual del arte en 30 décadas atrás.

Ana OpermannAna Opermann

Hay un auge setentista de retóricas gastadas desde algunos ambientes en las artes de hoy ¿qué es lo que intentan? ¿detener una agonía y su fin inminente, o se ha perdido la conciencia del tiempo?

Convengamos que congelarse en un período no marca la producción contemporánea y que no todo es arte.

La concepción de arte puede ser abierta y discutible hasta cierto punto; su finalidad estética, comunicativa, como medio de expresión de emociones o ideas sobre el mundo mediante los recursos técnicos no es cuestionable. Arte es homólogo a capacidad, técnica, experiencia, talento, por lo que la función de la muestra, sacando algunas excepciones que valen realmente la pena, se vio sumergida en la opacidad.

Hay quienes abogan por un arte contemporáneo que necesita ser explicado porque si no carece absolutamente de sentido, ¿eso es arte? ¿o presenciamos una división, entre los que deciden denominarlo como tal para obtener el prestigio que el arte tiene y dejar de lado aquellas obras que nos dejan al borde del abismo y el regocijo, en una sola mirada y sin necesitar intérprete?
Estos eventos se realizan para poder apreciar a los artistas contemporáneos y surgentes que quiebran todos los canon, que nos prenden, nos impactan, nos retan a nuevas miradas, a perspectivas osadas.

Si las obras están exentas de técnica, si el artista no hizo una interpretación del mundo, un replanteo estético del arte, estamos frente a la nada, que acabará pasando y esfumándose en el tiempo. No debería importarnos que desaparezcan o no, estos ejemplares con escases de creatividad porque los buenos quedarán. Lo que sí nos incumbe es que aquellos artistas con capacidad, procedimiento y carga semántica no tengan un lugar en estas exposiciones, siendo que es el objetivo principal de estas.

Ya no es suficiente una obra para mostrar en qué situación se encuentra el arte. El arte no se marca por región, en nuestro días es una reflexión colectiva, más allá de que cada exponente tenga un bagaje cultural que acarrea y marca, de una u otra manera, su obra.

Parecería que lo que muchos críticos manifestaron puede ser interpretado como una señal de alerta que debe ser tomada en cuenta. Quizás estén viendo algo distinto. Nos preguntamos al analizar la historia del arte si no es que estamos retrocediendo fatalmente sobre los pasos dados en detrimento de las artes y la inteligencia. Aclaremos que no estamos retomando el manifiesto de deshumanización, porque ya se ha visto que hay quienes tienen una producción renovada y brillante, solo que por algún motivo se invierte tiempo y dinero en muchas obras vacuas desde algunos ámbitos.

Por supuesto que también hay quienes reparan en grandes artistas como la Pinacoteca del Estado de San Pablo que presentó la muestra de la sobresaliente Paula Rego; la sola mirada de sus personajes nos permite acceder a un mundo complejo e intrigante, escuchar lo que se conversa en las salas de sus cuadros e reinventar un sin fin de sentidos. En diciembre se está viendo a Ana María Pacheco con sus diseños, grabados y su impresionante instalación.

El MAM, Museo de Arte Moderno que se aloja en el mismo parque donde se presenta la bienal dio lugar a “ Os gemeos”, graffiteros que despliegan su grandiosidad por la ciudad. Esto por solo mencionar algo entre muchos; que los hay, los hay, no cabe lugar a duda.

Si hoy el arte abarca distintas disciplinas como la fotografía, cine, video, la recontextualización curatorial de trabajos antropológicos o sociológicos…¿por qué en esta oportunidad no hay graffiteros? Si bien en la Bienal anterior tuvieron mención y un espacio, en esta no existen. ¿Cuál es el criterio de selección de las disciplinas? ¿Si estos no pertenecen al arte contemporáneo a cuál pertenecen? ¿Es que nos encontramos frente a un nuevo período y nadie le ha dado nombre todavía mientras algunos solo quedaron boyando en un océano de inconsistencias?

Hay quienes abogan por un arte contemporáneo que necesita ser explicado porque si no carece absolutamente de sentido

Concluimos diciendo que siempre es más positivo tener el espacio a no tenerlo, sobretodo en un lugar donde todos tienen acceso para estar en contacto con el arte, como es el espacio destinado a la Bienal. Recordemos que el Parque Ibirapuera aloja las instalaciones para dicho evento y es un lugar público al que ingresan muchas personas para disfrutar su tiempo libre. Hemos sido testigo de cómo familias completas entran a visitar la exposición e intentan abrir los ojos a las artes contemporáneas. En el caso de esta bienal es una pena que no pudiéramos quedarnos solo con el sabor placentero de los buenos exponentes que hubo.

El arte debe crecer, incorporar procedimientos innovadores; pero dejémosle la técnica en sus áreas específicas y sobre todo la exteriorización del daimon, como bien dice Kipling: “Cuando vuestro daimon lleve el timón, no tratéis de pensar conscientemente. Id a la deriva, esperad y obedeced”. Siempre hay algo nuevo para decir, la cancelación de las voces no representa al arte.

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