Con motivo de la exposición Carlos Estévez: Ciudades de la mente, curada por Carol Damian en el Lowe Art Museum de la Universidad de Miami, Letra Urbana conversó con el artista sobre su trayectoria y esta nueva etapa de su trabajo pictórico. Inspirado por La Habana de su juventud y los viajes realizados por Estados Unidos y Europa, en particular sus visitas a pueblos medievales, Estévez expresa una visión simbólica y personal de las ciudades en complejas composiciones de grandes dimensiones, que hacen referencia a mapas y diagramas cosmológicos, mitologías e historias sobre el origen del mundo a través del tiempo y el espacio.
Cuéntanos sobre tus orígenes y que te inspiró a dedicarte al arte.
Nací en La Habana Vieja, Cuba, en 1969. Comencé a estudiar arte a los once años en la Escuela Elemental de Arte. Luego ingresé en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, la más antigua y prestigiosa de Cuba, y finalmente asistí al Instituto Superior de Arte (Universidad de las Artes) de donde me gradué en 1991. Desde que tengo uso de razón he dibujado y he estado vinculado al arte toda mi vida. Creo que mi vocación es innata y la enseñanza me abrió las puertas al fascinante mundo de la creación.
una visión simbólica y personal de las ciudades en complejas composiciones de grandes dimensiones, que hacen referencia a mapas y diagramas cosmológicos, mitologías e historias sobre el origen del mundo…
¿Cuándo llegaste a los Estados Unidos?
En el 2003 me otorgaron una residencia artística en la Cité Internationale des Arts, en Paris, a la cual pude asistir con mi esposa y mi hijo. Al finalizar la residencia tomamos la decisión de radicarnos en los Estados Unidos. Anteriormente había estado de visita e incluso ya tenia representación en las galerías de Diana Lowenstein, Darrel Couturier y Alva Greenberg pero en el 2004 decidí residir de forma permanente en Miami.
¿Qué inspira tu obra?
Mi trabajo ha pasado por distintas etapas. Cada una de ellas es la proyección de mi experiencia humana. Mi obra funciona a partir de una idea que surge de la vida misma. Para cada imagen busco el medio mas eficaz que pueda representarla, ya sea dibujo, pintura, escultura o instalación. Pienso que el arte es una continuidad histórica. Me inspiro en la historia del arte misma, desde su comienzo en las cavernas hasta hoy en día.
Es posible percibir en tu obra influenciad de ciertos artistas como, por ejemplo, Leonardo Da Vinci.
Efectivamente. Me encanta la obra de Cimabue, Giotto, El Bosco, uno de mis dioses, Leonardo da Vinci y Joseph Cornell. Mi trabajo tiene mucha influencia también del cine de Fellini, Bergman, Tarkovsky; de la literatura de Dostoievski y Borges. Igualmente, tengo influencias de la filosofía existencialista y clásica —Platón, Aristóteles, Plotino—. Lo interesante de la filosofía antigua es que aborda problemáticas del ser humano como la vida y la muerte, el hombre y el universo, el significado de la vida, contenidos que siempre me han interesado. Son temas que abordo en mi obra, patrones que se mantienen a lo largo de la historia. Lo que cambian son las perspectivas. Un filósofo y un artista abordan un mismo tema desde distintos ángulos.
Tu obra tiene un lenguaje muy complejo. ¿Cómo llegas a él?
Me interesan la alquimia y los alquimistas. En lo visual, me interesan los símbolos y los significados. Mi obra es el resultado de eso. El mensaje que quiero trasmitir en mi trabajo produce ese lenguaje en particular. El resultado son imágenes, representaciones de esos símbolos que quiero activar. Son referencias a la iconografía medieval, y a todo el repertorio universal de imágenes de diferentes culturas. Me identifico con los arquetipos de la mente humana. Hay toda una simbología que se ha ido reinterpretando a lo largo de la historia, como por ejemplo las representaciones del cuerpo humano a través de la historia del arte.
Hay, en muchas de tus obras, personajes que podrían denominarse mitológicos o fantásticos.
En cierta manera si. Cada artista crea con su obra su mitología personal. Por eso el arte es un lenguaje único, es el que uno elabora a partir de su propia experiencia con relación al medio. Es una especie de alfabeto que traduce la forma en que uno percibe el mundo.
Lo interesante de la filosofía antigua es que aborda problemáticas del ser humano como la vida y la muerte, el hombre y el universo, el significado de la vida…
¿Cómo percibes ese mundo a fines del siglo XX y principios del siglo XXI?
Estamos en el mundo de la globalización en el que se puede acceder a todas las culturas, a mucha información. Y eso también es una gran responsabilidad porque tenemos que usar ese conocimiento para crear nuevas y mejores cosas.
¿La imaginación es la fuente tus personajes?
La imaginación es la herramienta mediante la cual nos aproximamos a la realidad. En este sentido el artista es como una especie de médium para descifrar los mensajes de la realidad que nos rodea. El tema recurrente en mi obra siempre ha sido la relación entre el ser humano y el Universo. Por eso mi obra anterior es muy figurativa, haciendo mucho énfasis en la figura humana. Sin embargo, en este ultimo proyecto que estoy presentando en Lowe Museum ha ocurrido una mutación donde la figura se ha transformado en conciencia.
Háblanos de esta nueva serie.
Este proyecto es el resultado de mis experiencias en los programas de residencias para artistas que he realizado en diferentes partes del mundo. Es una etapa de exploración que surge de una nueva experiencia en mi vida. Al participar en estas residencias estoy de viaje, estoy en tránsito. En ese momento establezco una conversación con el lugar, con la gente, con su cultura y su historia. Mis impresiones de estas ciudades están reflejadas en las nueve pinturas que se están exhibiendo. Pero es un proyecto que todavía está proceso. Tengo otros lienzos concebidos que aun no he realizado.
¿De las ciudades que has visitado, cuáles han inspirado los cuadros que presentas en la exposición?
Las dos primeras obras que realicé surgieron a raíz de residencias que hice en Charlotte, Carolina del Norte y París. Usualmente cuando viajo realizo obras en pequeño formato por razones prácticas. Al regresar a mi estudio experimento una explosión de memorias que represento en lienzos de grandes dimensiones. El cuadro “Visión interna del espacio exterior” está inspirado en Carcasona, una ciudad medieval situada en la cima de una colina al sur de Francia. En el medioevo la ciudad era el universo. En ella se desarrollaba la agricultura, la ganadería; era además el centro cultural, político y religioso. Al observar la ciudad desde lejos ves la obra humana en el paisaje. En Visión externa del mundo interior proyecto algo que quedó congelado en el tiempo. Esta obra simboliza la creación humana, lo tangible, el legado histórico.
La ciudad es el resultado de la necesidad universal de intercambiar. El individuo funciona en colectivo. Todos tenemos algo que ofrecernos e intercambiar. Lo urbano expresa eso en un sentido visual.
Thera está inspirada en Santorini, Savannah obviamente en la ciudad con el mismo nombre de Carolina del Norte. Ciudad Santuario a su vez está inspirada en Estambul y en Ávila, España.
¿Hay alguna referencia a lo urbano desde lo contemporáneo?
Savannah por ejemplo, se inspirada en el trazado rectilíneo de esta ciudad, en sus fuentes, plazas y manzanas de casas. Dentro de las obras que tengo proyectadas y aun no he realizado hay algunas que hacen referencia a ciudades más modernas como Nueva York y Chicago. Lo que me interesa es la proyección humana, la proyección social de lo humano. La ciudad es el resultado de la necesidad universal de intercambiar. El individuo funciona en colectivo. Todos tenemos algo que ofrecernos e intercambiar. Lo urbano expresa eso en un sentido visual.
Uno de los cuadros mas bellos de la exposición es Ciudad celeste.
Esa pieza es un homenaje a la imaginación y a la creación humana. Desde que el hombre se enfrentó al universo imaginó formas en el cielo. Para su realización me inspiré en mapas y cartografías celestes. Me interesa la astrología, la astronomía, las constelaciones. El cuadro se refiere al espacio que uno tiene para hacer sus propias constelaciones. Es un mapa urbano con calles y avenidas como un mapa de una ciudad terrenal pero en el cielo. Esta obra simboliza la voluntad humana de alcanzar lo inalcanzable.
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