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Kusch hace un gran aporte al pensamiento filosófico latinoamericano al abordar el arraigo y la relación del hombre de América con la tierra.
El pensamiento de Kusch comienza a tomar un perfil característico a partir de su interés por la incorporación de los sectores populares en la vida política, que se dio desde el año 1945. Colabora en diversas publicaciones donde la identidad nacional y cultural eran ejes centrales. Kusch se interroga sobre el «El saber acumulado de los intelectuales» y la dificultad para analizar lo que ocurre en América desde esta perspectiva. La inoperancia de tal «saber» lo llevan a retornar a las raíces y de ahí a la importancia de América.
Considerando que se trata de una cultura distinta, plantea la falta de categorías para analizar lo americano, por lo tanto orienta sus actividades, investigaciones y trabajos a la búsqueda que intenta captar lo más propio y singular de quienes habitan ese suelo. Kusch cree que para que una labor teórica sea eficaz y a la vez sólida, es necesario dirigirse al mismo terreno donde acontece lo pensado y recoger el material viviente. Es así como su investigación se desarrolla a partir de los viajes que realiza por las tierras del continente.
Buscado adentrarse en el pensar americano, participa de lo autóctono de las distintas comunidades que visita compartiendo la vida con ellos. De ese modo intenta recoger lo viviente para llegar a los fundamentos del pensamiento americano. Sus actividades, investigaciones y trabajos fueron consagrados a la búsqueda, primordialmente, del porteño, el hombre de barrio, el campesino, el indígena, lo que es hoy, lo que fue, su lenguaje, sus creencias, su pensamiento, tratando de llegar a los resortes más profundos que dan sentido a su vida.
A través de distintas publicaciones como Verbum, Gaceta Literaria y Contorno, Rodolfo Kusch va plasmando inquietudes, discusiones, la creencia en valores espirituales, la identidad cultural y destino del hombre. También es autor de obras teatrales como Tango, Credo Rante, La muerte del Chacho y Cafetín.
El pensamiento causal o el pensar de la ciudad requieren soluciones ante cualquier contradicción. Regido por un criterio analítico, objetivo, causal, está determinado por la urgencia de un quehacer constante.
Cuando Rodolfo Kusch fue Director de Psicología Educacional y Orientación Profesional del Ministerio de Educación de la Provincia de Bs. As., desarrolló investigaciones en el campo de la sociología y la psico y socio estadística. En el año 1976 el gobierno militar de su país le quita los cargos en la Universidad Nacional de Salta, y Kusch muda su residencia a la Quebrada de Humahuaca. Muere en Maimará en 1979. El Gobierno del Pueblo de la Provincia de Jujuy erigió una apacheta (monumento) en su honor, en el cementerio de Maimará, Provincia de Jujuy, en el Norte de la Republica Argentina.
Kusch hace un gran aporte al pensamiento filosófico latinoamericano al abordar el arraigo y la relación del hombre de América con la tierra. Profundiza en la vida de los indios y los hombres que habitan ese suelo, conoce profundamente sus ritos, dioses y creencias para ubicar lo que denominó un ‘’estar situado’’. Con ello le da consistencia a un pensar propio americano.
La tierra es la que sirviendo sostiene, la que floreciendo da frutos; entonces se hace necesario cuidarla, rasgo fundamental para el habitar o estar en un lugar. En el pensamiento americano la tierra es elevada a la categoría de una deidad, el hombre la cuida y ella cuida al hombre; es lo que se conoce como La Madre Tierra o la Pachamama.
En una de las obras de Kusch llamada La negación en el pensamiento popular podemos localizar lo que creo que es la originalidad de este autor: no orientarse por el lado del tercero excluido o la segregación. Este escrito nos refiere a lo que, por un lado, atañe a la cultura occidental y por otro, lo referente a la cultura indígena. Nos presenta cómo cada una de estas responderían a lógicas de pensar distintas y estilos de comportamiento y apreciación diferentes, pero no excluyentes.
La hipótesis de partida es que «el pensamiento popular, y no el pensamiento culto, es en gran medida fundante por cuanto posiblemente contiene las líneas generales del pensar humano en su totalidad…»…. «convendría recobrar el pensar en general, de tal modo que, si hablamos de pensar culto y de pensar popular, no enunciamos dos distintos modos de pensar, sino dos aspectos de un solo pensar’’. [2] Subrayamos que este filósofo no toma lo culto y lo popular como uno u otro sino como uno y otro.
Para esto pone en juego el concepto de la negación como método y sostendrá que la negación es afirmación implícita de algo. La operación de negación es una sustracción de la verdad que abre el campo de la indeterminación. Plantea una paradoja lógica en donde al mismo tiempo algo puede ser verdadero y falso. Podríamos decir que es un golpe a la verdad, a los conocimientos claros y distinguibles que nos enseñó Descartes.
…es falsa la pretensión occidental de encontrar una ciencia universal, ya que la lógica como ciencia o la ciencia misma podrían ser solamente un episodio de la lógica de vivir.
Este método incide en el discurso como anti-discurso y hace emerger lo emocional que ha quedado como residuo irracional de la ciencia.
No todo se somete a una explicación científica y con la negación como método habría lugar también para otra dialéctica. El pensamiento americano no es conocimiento intelectual, no se trata de un conocimiento enciclopedista, sino que está apoyado en un saber popular. Los ancianos son los que transmiten las sabidurías, siendo Dios y Natura los que legitiman la conservación de las mismas.
Nos encontramos en un mundo donde la locura nos presenta la fragilidad y ferocidad de los lazos generacionales, no dando alojamiento a la alteridad, enajenado al sujeto en ideales que no están en relación a un co-producir, producir con otros. En el pensamiento americano se trata de un permanecer, no de un persistir, así habrá alojamiento. Hay lugar para lo uno y lo otro, hay confianza en el vivir.
En esta dinámica que Kusch va elucidando destaca la importancia que tiene «el así de la realidad», lo cual está en relación directa con lo que es y no con una preocupación por el más allá o por el progreso. ‘’El así es pasar del área de conocimiento al área de la convicción, donde el conocimiento asoma por revelación y lo sagrado permite la posibilidad de algo más. Ante todo, el problema del pensar no se reduce sólo a establecer una conexión conceptual sino, ante todo, en poder arribar a una afirmación o a una negación total que logre dar una conformidad existencial a un sujeto.» [3]
Cuando Rodolfo Kusch señala que ‘’Para el pensamiento occidental la inversión está cuantificada y para el indio está cualificada… » Esto lo lleva a sostener que hay dos maneras de pensar. Por un lado está el pensamiento causal que pertenece a la cultura occidental, y por el otro el pensamiento seminal, propio de la cultura indígena.
El pensamiento causal o el pensar de la ciudad requieren soluciones ante cualquier contradicción. Regido por un criterio analítico, objetivo, causal, está determinado por la urgencia de un quehacer constante. Los sujetos viven acosados por el miedo a perderle sentido a la acción y al progreso, y entonces, los objetos, por ser vistos, sirven de garantía.
En el pensamiento seminal del indígena no hay interés por la causa, el miedo está en relación a la desintegración y esto hace que se pongan en juego los rituales estereotipados sacralizando el espacio en el cual se va a operar. Respecto a la muerte, no están interesados en el por qué, o sea, por una solución, sino por la salvación misma.
Una lógica de la negación permite comprender a América. Rodolfo Kusch la utiliza para notar lo existencial, para apreciar la posibilidad de ser y estar. Con el método de la negación niega lo meramente dado a nivel perceptivo o de conceptualización inmediata, y redimensiona la profundidad de los fenómenos.
Kusch nos plantea que la lógica de vivir del pensamiento indígena, es simétricamente invertida a la lógica científica. El valor que toma la existencia misma respecto del pensamiento, invierte el cogito cartesiano: para el sistema indígena es existo, luego pienso. Esto muestra que también es falsa la pretensión occidental de encontrar una ciencia universal, ya que la lógica como ciencia o la ciencia misma podrían ser solamente un episodio de la lógica de vivir.
El trabajo de Rodolfo Kusch solicita al campo de la verdad en el que se desempeña el existir, recorta el valor de simplemente estar o el «estar simple» con el que el pensamiento americano sostiene la vida.
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3 Comentarios
Hay un problema y es que Descartes no consideró que se existe porque se piensa, sino que fue descartando todo aquello de lo que no estaba «seguro», y lo que le quedó por certeza es que pensaba. En el «cogito ergo sum», el ergo (por lo tanto) no es una buena traducción del alemán, sino que para él, tener la certeza de que pensaba, lo hacía tener la certeza de que existía. No digo otra cosa que eso; amo a Kusch.
Perdón, erré mucho en lo de la mala traducción del alemán. No tiene nada que ver aquí el alemán.
Gracias por el pequeño resumen analitico esta muy bueno.
Solo que ujas partes hay confuciones de autor y cambia la perspectiva del objetivo.
Pero agradecido gracias.