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La información es la materia prima de la sociedad en que vivimos. La nueva cultura está estructurada en forma de red, donde los mensajes circulan y se conectan impactando en nuestra vida personal y colectiva. Habitamos un sistema que nos supone como “sujetos de la información” donde las cosas funcionan para ser instruidos y advertidos de nuestras mejores opciones. El flujo es constante, las palabras y las imágenes son recibidas en un ritmo continuo, sin un corte que abra un vacío para ir en su búsqueda.
¿Cómo es la sociedad de la información en que vivimos? ¿De dónde vienen los mensajes y cómo nos afecta a quienes los consumimos?
La visita del Dr. Ramón Reig a Miami, invitado por Florida International University (FIU), nos dio la oportunidad de reabrir el tema desde una perspectiva que analiza la situación actual del periodismo.
El control hoy se ejerce a través de una exacerbación de contenidos…
En su último libro Los dueños del periodismo, editado por Gedisa, Barcelona, presentado por primera vez en público en el espacio Letra Urbana Encuentros @ Books & Books, en el momento en que se lanza la segunda reimpresión, Reig relata los condicionamientos que ponen al periodismo al servicio de intereses corporativos, alejándose del debate de ideas.
En nuestro encuentro, de un modo cordial y carismático, Ramón Reig dio sus opiniones acerca de la hiperinformación que respiramos. Piensa que la propagación del cyber-periodismo no está contribuyendo a descifrar y analizar lo que acontece sino que, más bien se suma al concepto de censura que interpreta Umberto Eco. Reig se apoya en el semiólogo italiano para diferenciar que en nuestros días, la censura no es ya la tradicional operación de vigilancia o eliminación, sino que el control hoy se ejerce a través de una exacerbación de contenidos.
La vida cotidiana está saturada de información ¿alcanza con esta sobreabundancia de noticias para un buen entendimiento de los acontecimientos?
Como se sabe de sobra, nunca en la historia el ser humano ha podido acceder a tanta información como ahora. Al poco tiempo de inventarse la imprenta de tipos móviles, en el siglo XV, una muy buena biblioteca podía alcanzar cincuenta ejemplares. En la edad contemporánea, la primera generación de ordenadores nace hacia los años cincuenta del siglo XX. Eran unos armatostes grandes que ocupaban habitaciones enteras. En la actualidad, en un iPod cabe un mundo de datos. Sin embargo, en esta hiperabundancia de datos está el aspecto positivo y negativo de la cuestión. El positivo es esa cantidad ingente de datos pero lo negativo es que los datos no sirven de mucho si no se pueden interpretar mediante un método, es decir, si no se pueden convertir en conocimiento. Una cosa es la información y la otra el conocimiento. La información es el puzle de piezas sueltas y sin ordenar. El conocimiento es la sistematización de esas piezas, mediante un método, hasta encontrarles un sentido. Nos hablan mucho de la crisis de 2007-2008 en forma de piezas sueltas pero, ¿cuántas personas saben realmente su origen, desarrollo y sobre todo su significado más profundo? Una sociedad con muchos medios de comunicación y mucha nueva tecnología es una sociedad potencialmente culta porque tiene a su alcance las herramientas para serlo pero eso no significa que realmente sea ni que tenga conocimiento. Por otra parte, están los efectos más perversos de las nuevas tecnologías: la adicción y el refugio de patologías psíquicas en ellas. En lugar de enfrentarse al mundo real, uno puede crearse un mundo que, en efecto, es virtual, o sea, falso, por mucho que imite a la realidad. No se trata de que los “cacharros” nos esclavicen sino de que nos sirvan. No se puede decir que la sociedad occidental sea una sociedad formada, informada es más correcto y sólo de aquello que le interesa a los grandes grupos de poder.
En su análisis de la situación actual dice que los medios se equiparan con otros sectores productivos y que nos encontramos ante una telaraña mediática que está en el interior de la economía de mercado. Entonces, ¿qué tipo de información es la que se produce?
La información es el puzle de piezas sueltas y sin ordenar. El conocimiento es la sistematización de esas piezas, mediante un método, hasta encontrarles un sentido.
Una información que, en esencia, y por regla general, es una apología del mercado. Y el mercado no por fuerza tiene que ser positivo para los seres humanos, al menos el mercado que en los últimos años estamos viendo y sufriendo, está resultando cruel y despiadado. Y, mire, ya no tenemos a los comunistas para echarles la culpa de todo, como antes con los soviéticos. China está en el mercado, Cuba empieza a entrar y Vietnam del Norte se vendrá abajo tarde o temprano. Nos hemos quedado solos con nuestra libertad y con nuestra democracia. Pero hay una casta de indeseables enfermos, presuntos delincuentes, que han fastidiado al mundo sin que los medios de comunicación les pidan con insistencia responsabilidades y sin que la Justicia ni el poder político los cuestione a fondo. La información que tenemos es sesgada e interesada porque tiene unos dueños concretos que están inmersos en el mercado. Los medios son las escuelas desde las que nos intentan adoctrinar. Digo nos intentan, eso no significa que se consiga totalmente, por ahora.
Ese producto que resulta es global, en cierto sentido uniforme, ¿Cómo atender a los rasgos locales? ¿Qué característica destacaría de la estructura mediática en América Latina, Europa, USA, Asia…?
Los medios son las escuelas desde las que nos intentan adoctrinar…
Como usted sabrá, existe ese fenómeno llamado glocalize o glocalización. Los medios son a un tiempo locales y globales. Por ejemplo, la cadena de TV MTV, que es propiedad de Viacom, proyecta sobre la juventud mensajes globales pero que al mismo tiempo se localizan. Puede aparecer un grupo de rock estadounidense y otro del país donde se sintonice la cadena. El estilo de fondo de ambos grupos es similar, resultado del estudio de la psicología de la juventud (así se venden los productos aunque no siempre salga bien la operación) pero los receptores pueden comprobar a unos músicos de su propio país, eso sirve para que la cadena gane en prestigio y credibilidad. Las estructuras mediáticas son similares en todas partes. Hay una constante: los grandes grupos y corporaciones occidentales compran medios de otras zonas (Asia, África, América Latina) o se asocian con grandes empresarios de esas zonas. Murdoch se asocia con Cisneros en Venezuela y, a su vez, Rotana, un grupo de capital árabe, es accionista minoritario de News Corp, el emporio de Murdoch. Murdoch y Times Warner tienen múltiples intereses en India y Murdoch lleva años conquistando el mercado chino y el asiático en general, por ejemplo con su canal Star TV. Por su parte, los magnates rusos no se quedan atrás. Alexander Lébedev es el dueño del diario inglés The Independent pero a su vez es un financiero y un empresario de la agroindustria. Todo es una enorme tela de araña donde lo de menos es el periodismo. Antes de irme de Miami, el pasado 23 de octubre, compré en el aeropuerto El Nuevo Herald. Era domingo. Casi todo su contenido era publicitario. Me acordé de la frase de Hearst: “Las noticias son esos textos que van entre los anuncios”. Y tendría que ser al revés, me alegro por las empresas pero lo siento por todos nosotros, los ciudadanos en general y los periodistas en particular, porque así no se puede hacer un buen periodismo.
¿Qué nos puede decir de la red de Al Jazeera?
Desde mi perspectiva, Al Jazeera es un medio de comunicación que se ha salido del discurso oficial de los grandes medios occidentales. Nació en 1996 y es de propiedad pública, su dueño es el emir de Qatar, un pequeño emirato de unos 500.000 habitantes, que posee una enorme riqueza petrolífera. Es algo extraño porque está sometida a que el emir cambie de gusto o se muera y su sucesor no desee seguir con esa línea. Su redacción es plural, no confesional, y en su programación hay hasta espacios dedicados al sexo, algo insólito en el mundo árabe. Sus enfoques sobre el problema palestino, Afganistán, Irak, Túnez, Libia, etc., son muy diferentes a los enfoques de la CNN o de la BBC. La mayoría de los árabes se informaban por la BBC en árabe y en inglés hasta que llegó Al Jazeera (que significa «La Isla», en árabe). Los enfoques de las noticias de Al Jazeera indignaron a occidente, especialmente a los Estados Unidos que bombardeó sus instalaciones en Afganistán. Al Jazeera es una voz alternativa pero hay que tener en cuenta que está sometida al capricho de un emir, si bien sabe que su público es un ciudadano de cultura islámica que ve a occidente como su enemigo o, al menos, como a alguien de poco fiar.
En los países islámicos el pensamiento único es el Islam, pero hay más países donde los pluralismos no tienen lugar. En América Latina, en general, hoy las sociedades combinan desidia, política gubernamental e intereses creados -droga por ejemplo-, para que el poder se concentre en manos de un solo líder o partido político, encontrándose mucha dificultad para que se constituya una oposición consistente. ¿Cuál es la función del periodismo para contrarrestar el pensamiento único?
Es muy difícil que el periodismo comercial pueda contrarrestar el llamado pensamiento único porque ese pensamiento se deriva de los intereses comerciales del mercado y el mercado es el dueño de los medios de comunicación más masivos e influyentes. ¿Cómo tirar piedras contra el tejado propio? ¿Cómo morder la mano de quien te da de comer? Los medios permiten que en sus páginas colaboren personas que están contra el pensamiento único, es una maniobra de auto legitimación que les permite presentarse como plurales ante la sociedad pero ese pluralismo es falso porque el porcentaje de mensajes a favor del pensamiento hegemónico es abrumador. De todas formas quisiera añadir que hay que tener cuidado con este asunto, con no simplificarlo porque también el pensamiento único se lleva a cabo porque muchos receptores lo aceptan por acción u omisión. En la actualidad, ese pensamiento único se está contrarrestando desde Internet pero de forma algo anárquica. En la tienda de prensa no hay apenas pluralismo, el pluralismo auténtico está en Internet aunque no se olvide que Internet es de propiedad privada y también censura.
La globalización y las nuevas tecnologías ponen muchos recursos al alcance de todos pero también desestructura y dispersa. ¿Qué es lo que el periodismo conviene que aporte para que las audiencias no sean manipulables o se pierdan en el hipertexto que se teje actualmente?
“Las noticias son esos textos que van entre los anuncios”.
El periodismo son hechos, opiniones de las fuentes e ideas. El periodismo es contraste continuo de la noticia y desarrollo de una noticia en su contexto y con perspectiva histórica. El periodismo es un trabajo propio del periodista, no una alta dependencia del periodismo institucional y de las agencias de noticias. Lo que debe aportar el periodismo es ser periodismo y lo que deben hacer los poderes de distinto signo es dejar a los periodistas ser periodistas. ¿Le digo yo a un abogado cómo tiene que llevar un caso? ¿Le digo a un médico cómo y qué me tiene que recetar para que me cure? No, los dejo a ellos que son los expertos. Pero a los periodistas no los dejan trabajar libremente y la libertad es o no es. Como se afirmaba en Inglaterra, los hechos son sagrados, las opiniones, libres. Pero tanto los hechos como las opiniones se emiten con intencionalidades detrás, por diversas causas: intereses de mercado, intereses de poder y permisibilidad de los públicos, que con frecuencia no son exigentes sino que desean que les digan aquello que quieren leer o escuchar.
¿Cómo hacer buen periodismo hoy sin caer en la tentación de pensar que la buena manera era la de antes? ¿Por qué se torna indispensable pensar al periodismo con el pensamiento complejo?
Hoy se sigue haciendo buen periodismo pero los condicionantes para que sea mejor aún son mayores que en otros tiempos. La gente le ha dicho a sus periodistas: “No tenemos tanta fe en vosotros como en los sesenta y en los setenta, no nos interesan vuestros medios de comunicación”. Y ha bajado la audiencia de prensa, radio y televisión, en general, más en unos casos que en otros. La gente se va poco a poco a Internet, a interactuar o a distraerse. Pero el periodismo es una actividad intelectual, de interpretación de los hechos, no una rutina ni una dinámica amarillista. La especie humana es compleja, no simple, por eso el periodismo debe ser complejo, sin que eso signifique que sea aburrido, lo que sucede es que hoy se confunde la frivolidad, la anécdota y el espectáculo con el periodismo.
Al Jazeera es una voz alternativa pero hay que tener en cuenta que está sometida al capricho de un emir…
Usted dice que muchos de los bloggs y publicaciones online alientan las vanidades de quienes escriben allí, pero también reconoce que algunos de ellos hacen buen trabajo sólo que no están bien articulados como una opción alternativa. ¿Cómo se podría lograr ésto?
La gente debe ponerse de acuerdo en qué desea, cómo desea cambiar las cosas si es que cree que las cosas están mal. Eso exige mucho estudio, inteligencia emocional, preparación, compromiso. Si está dispuesta a eso, adelante. Si no, que cada cual siga con su vanidad, en el mundo sobran opiniones y vanidades y faltan acciones y proyectos en común, articulados bajo unos principios comunes y una ética.
¿Cree usted que seguirá existiendo un periodismo de periodistas -puesto en cuestión hoy- o el periodismo se transformará en la mano larga de corporaciones con poder político y económico de alcance mundial?
La especie humana es compleja, no simple, por eso el periodismo debe ser complejo, sin que eso signifique que sea aburrido.
El periodismo es ya hoy de corporaciones. El periodista tiene dueños, los orígenes tardíos del periodismo están en los intereses mercantiles de “empresarios” de la Baja Edad Media y de la Edad Moderna europea (siglos XIV y XV). El famoso Watergate fue un excelente trabajo periodístico pero también la utilización de la prensa por un sector del poder para quitarse de en medio a Nixon mediante filtraciones a The Washington Post por parte de Mark Felt (“Garganta Profunda” o “El Ronco”, como le llamaban). Podemos acceder a un buen periodismo si examinamos numerosos medios de comunicación (ahora online también). Pero contemplando uno o dos no podremos saber gran cosa. Vamos a tener en el futuro buen periodismo gracias a Internet, sobre todo, pero no se olvide que Internet es de propiedad privada y que también censura. Google censura más de lo que creemos y por razones políticas e ideológicas. Se esconde tras la opinión de una especie de club de usuarios pero se trata de censura pura y dura, no sólo se censura la red en Cuba y en Irán, también en occidente. Si este hecho se intensifica habremos perdido casi toda esperanza de un auténtico pluralismo.
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