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Edición
43

La Casa de Wannsee

Miami
Entrevistamos a la directora Poli Martinez Kaplun, cuya película fue ganadora del Audience Award (Premio otorgado por la audiencia), en el Miami Jewish Film Festival 2020

El nuevo documental de la directora argentina Poli Martínez Kaplun cuenta, a través de un meticuloso trabajo investigativo, las memorias de una familia judía alemana que, como tantas otras, se vio obligada a escapar de las garras del nazismo.
Después de haber sido premiada por su ópera prima Lea y Mira dejan su huella (2016), Martínez Kaplun se hace merecedora del Premio de la Audiencia (Audience Award) en el reciente Festival de Cine Judío de Miami ( Miami Jewish Film Festival), con La Casa de Wannsee.

Entrevistamos a Poli para conocer más a fondo cómo se dio el proceso de producción de esta interesante historia, cuya documentación parece fuera de serie.

Todos los que venimos con ese bagaje del holocausto en el pasado familiar nos podemos identificar con tu historia. Cuéntanos un poco cómo se originó ¿Fue realmente el bar mitzvah de tu hijo el detonante?

Sí, pero en realidad la idea de hacer la película empieza mucho antes, con la restitución de la casa que le habían quitado a mi abuela en Alemania. Mi madre y sus hermanas pasaron diez años litigando con el gobierno alemán por la devolución de esa casa que había pertenecido a mi abuela. Los nazis se quedaron inicialmente con ella, nunca la pagaron. Después vino la división de las dos Alemanias y la casa quedó del lado de Berlín Oriental, y es solo cuando cae el muro que la Alemania unificada empieza a enviar cartas acerca de las restituciones. Primero contactan a una de mis tías y le dicen que tienen registros de que la casa le puede pertenecer a ella, y es ahí cuando empieza el proceso. Mi madre y mis tías tuvieron que presentar pruebas, fue muy largo y mi abuela murió sin llegar a ver cuando la recuperamos.

¿Cómo fue volver a Alemania?

La verdad es que cuando finalmente restituyen la casa, ellas deciden venderla porque ninguna vivía allá. Pero yo quería filmarla antes de que la vendieran y la reformaran. Yo estudié cine y tengo una empresa productora, así que quería tener las imágenes. Eso fue hace 16 años y aun no tenía en mente hacer una película. Sabía que ahí había una historia increíble para contar y toda una temática para investigar, y qué mejor manera de lograrlo que a través de un documental.

Entonces ¿cómo se da lo de tu hijo? 

Eso sucede años más tarde. Se dieron dos hechos, primero la decisión de mi hijo que quiere hacer bar mitzvah me confronta con mi identidad, con mi judaísmo, con el cuestionamiento de qué es ser judío y cuáles son mis raíces. Yo nunca estaba segura de mi origen judío. Segundo, mientras mi tía había vivido 50 años en Europa con mis abuelos, yo viví todo el tiempo en Argentina. Sólo cuando se jubila mi tía decide volver a Argentina, y es ahí cuando trae los objetos pertenecientes a mi abuelo. Entre las cosas que trae hay una colección de fotografías de mi bisabuelo que era un filósofo e intelectual dedicado a la fotografía. Era una época en que apenas empezaba la fotografía, pero tenía mucho material.

Descubro la vida que llevaron en esa colección imágenes. También encontré que además de la fotografía había rollos de filmación, los cuales recojo y los mando a digitalizar. Eran horas y horas de película que registraban la vida familiar en los cinco países donde habían vivido, escapando la persecución. Con ese material voy entonces donde un productor a plantearle la idea de la película.

¿Piensas que hay una conexión por el hecho de que tu bisabuelo fuese aficionado a la fotografía y el cine?

Definitivamente en mi familia hay un linaje relacionado con la imagen. Es una familia que emigró 5 veces de país en país y la imagen ha sido el registro de la vida de ellos. Es como si la fotografía viniera a suplir la falta de territorio.

En la película marcas con una línea roja los sitios donde vivió tu familia. ¿Hay un simbolismo en esa imagen relacionada con las migraciones?

Sí, ese hilo une los lugares que mi familia recorrió. Es el concepto del judío errante, perseguido, sin ser admitido en ningún lugar. A mi familia le costó mucho encontrar un sitio donde asentarse y vivir. Incluso en Argentina, donde descubrieron que tenían familia, les resultó complicado entrar. Tuvieron que convertirse al protestantismo y consiguieron papeles en una iglesia en Suiza. En Argentina, en el año 38, se emitio una circular  que no permitía dar visas a los judíos, y se pasó en todas la s embajadas europeas. Así que la única forma de conseguir la entrada fue con la conversión.


¿Crees que la conversión fue algo muy traumático para ellos?

La conversión no sólo les sirvió para exilarse, sino que fue una oportunidad para dejar el estigma de muerte que traían encima. Además, ellos eran muy laicos. En realidad, eran familias muy cultas de las grandes urbes europeas que estaban muy integradas. Su identidad era más alemana que judía. Mi familia nunca habló yidish por ejemplo, siempre alemán. Es más, muchos nunca quisieron abandonar Alemania y murieron, como sucedió con una prima de mi abuela.


¿Crees que hay algo de negación en su actitud? ¿Te plantea cuestionamientos?
 

Con la conversión la identidad se borra y con el exilio les hacen perder completamente su identidad. Ahora lo veo en mi madre y mis tías. Cada una desarrolla su propia identidad, hay una que se convirtió al catolicismo. Cada una encontró la manera de seguir viviendo con ese pasado tan traumático, ante el cual la reacción más natural es silenciar.

Yo tuve un poco la misma sensación con mi familia. ¿Piensas que callar es un mecanismo de defensa?

La reacción más natural de la gente que vivió esta experiencia es silenciar. Ésto no se conversaba con los hijos, pues se los quería proteger. Mis padres y mis tías fueron de algún modo criadas en un manto de silencio y asi fueron protegidas por sus padres de lo traumatico que habian tenido que vivir.  Sólo ahora se empieza a hablar de ello, ésto es algo nuevo, y es lo que descubro haciendo la película.  Es la tercera generación que está mas distante de los hechos la que puede hablar.

Descubro también la dimensión del horror y me sorprende lo cercano de esta historia. Me parece increíble que el mayor genocidio que vivió la humanidad, algo que parece de la edad media, haya sucedido hace solo 75 años y que haya aun sobrevivientes. Y lo increíble también es que haya habido otros genocidios después.


Al final de la película se crea una discusión que me hace pensar en la definición de lo que es ser judío.

Ser judío es una religión y es un pueblo. El concepto de raza ya no se usa, es discriminatorio. Pero el que dictaminó qué es ser judío en realidad fue Hitler, quien exigía pruebas de 5 generaciones atrás para demostrar la pureza de la sangre. Cuando estudias la historia te das cuenta el nivel de estupidez que tienen ciertas leyes. Los judíos fueron gente que estaba tan integrada a la sociedad como cualquier alemán, pero ante una situación económica y política deteriorada sirvieron de chivo expiatorio.

¿Qué piensas de los nuevos brotes de antisemitismo en el mundo?

Es importante que estemos alerta. Si bien nuestros padres lo tuvieron que silenciar, es importante que nosotros los hijos y los nietos podamos prevenirlo. Esa cimiente de racismo y de discriminación puede llegar a tomar dimensiones inimaginables. Son focos de incendio que hay que apagar pronto.

Nosotros debemos alertar de lo que puede pasar cuando se culpa a una comunidad o a un grupo específico por la situación económica o política que vive un país. El racismo puede tomar magnitudes insospechables y la gente marginada empieza a echarle la culpa al otro. Es el origen del fascismo. Por eso es importante aprender de la historia.

Ganaste el premio de la audiencia. ¿Por qué piensas que es tan importante contar esta historia personal?

Las historias en primera persona son muy personales, pero a la vez son tremendamente universales. La gente se ve identificada. Ve reflejada su propia historia. Ésto crea mucha cercanía, mucha emoción. La gente se me acerca y me hacen sentir que soy parte de su familia. Y lo que identifica a la gente no es solo el aspecto judío sino el concepto de familia, porque en últimas, toda familia tiene su historia.

La entrevista concedida por Poli Martínez Kaplun sobre su documental La Casa de Wannsee es un importante testimonio que merece difusión, y resulta oportuno en este momento en que se conmemoran los 75 años de la liberación de Auschwitz.  Cuando los supervivientes son ya pocos, voces como ésta son prueba de la imperiosa necesidad de que lo sucedido no caiga en el olvido.

La película se proyectará nuevamente en Hollywood, Florida, desde el 7 al 13 de febrero, en Cinema Paradiso

 

 

 

 

 

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