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Assorted Haikus by Golden Leave
Los haikus se parecen a las mariposas. Son efímeros, coloridos y livianos. El descubrimiento de la existencia de estos poemas, con su métrica desafiante y su brevedad expresiva, despertó en mí una irresistible fascinación. Tal vez porque, en su aparente sencillez, sugieren una profunda reflexión.
De origen japonés, pero con una difusión espacio-temporal desde el siglo XVI hasta la actualidad,
narran, rimando o no, una historia en sólo diez y siete sílabas métricas, distribuidas en tres versos.
Tal vez lo que más me llamó la atención es la coincidencia entre el poder de síntesis que tienen y el mundo vertiginoso en el que vivimos. Es que tan sólo leyendo los “mensajitos texteados” en los celulares, nos damos cuenta cómo nos entrenamos para sintetizar.
En estos breves poemas confluyen, armónicamente, una estampa y una percepción repentina del haiyin o hacedor de haikus. Dicho de otra manera, presentan la apreciación directa de una imagen sensorial o un hecho, aparentemente trivial, pero que capta la atención del poeta, quien descubre la magia, la expresa en palabras y la vuelve trascendente.
Basho dijo que “El haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento”.
Basho fue uno de los primeros maestros cuya obra se conoce, otros nombres que se encuentran en todos los textos son Issa, Buson y Shiki… y entre los latinoamericanos, Cortázar, Borges, Benedetti, Octavio Paz, Tablada… sólo por citar a los famosos, pero existen haiyines de otros idiomas y épocas.
Haikus by Lucid Chick
Investigando, descubrí que cuando la temática no gira alrededor de la naturaleza sino de percepciones y sentimientos humanos, sus anhelos y añoranzas, generalmente con un cierto dejo de humor y de ironía, no se trata de haikus, sino de senryus, término curiosamente desconocido por muchos lectores, incluso por los cultores del género.
A mí se me presentan unos y otros con la misma emoción creadora y a todos les encuentro una energía detonante. Los escribo en mi computadora, en libretas, en servilletas de restaurantes, en “e-mails” y en las hojas del libro que estoy leyendo.
Me emociono cuando los participantes de los grupos de encuentro que coordino se identifican con estos versos y es entonces cuando entiendo la increíble vigencia de un arte tan antiguo.
Confirma el hecho de que, como decía el cartero de Neruda, la poesía pertenece no sólo al que la escribe, sino también al que la disfruta.
Sólo en tres versos
Lograr que quepa entero
Un universo
Nunca hubo antes,
Tan mágico después
Como el de ahora.
Paz y rencilla:
Vibrante microcosmos
Que es la familia
Amor cortito (2)
Picó y dejó una roncha
Como un mosquito.
Esa presencia
Derrumbó el andamiaje
De su existencia.
Abrí la puerta
Y respiré aire puro.
No estaba muerta
Tengo a la vista
Un gracioso ciempiés
Contorsionista.
La llama crece
Se enamora del leño.
Rejuvenece
Una visión de la migración no solo como cambio de territorio sino como desafío a nuestra identidad. ¿Qué es habitar el espacio, activar la memoria y conectarnos para sentir que pertenecemos?
¿Qué requiere este momento de gran aceleración histórica, y que podemos vislumbrar para el “día después”?
Recorriendo en Finlandia una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad
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