Search
Close this search box.

Edición
22

Hacer presente el mito de un pintor

La herencia que Camille Pissarro deja su bisnieta Lélia
Miami
Dentro del American International Fine Art Fair en Palm Beach, que celebró su 16º año, me encontré de frente con una exhibición que presume el título de Galería Stern Pissarro.

Detrás de los paisajes apacibles de Camille Pissarro, estaba el individuo, el apasionado de la justicia social, el longevo padre del impresionismo, el judío caribeño nacido en la isla de Saint Thomas, el artista aventurero que nunca dejó de incursionar en nuevas técnicas, pero además de todo esto está el hombre de familia que cariñosamente enseñó a todos sus hijos a pintar con la pincelada impresionista. Lucien, el mayor incursionó no nada más en el óleo, sino en el grabado y la litografía y logró exhibir en el salón de los Independientes junto con los grandes del impresionismo. Su hija Orovida también se dedicó a la pintura con un estilo que se inclina hacia lo naïve. Georges Henri, conocido como Manzana, influenciado por las escenas exóticas que Gauguin pintó en la Polinesia, creó un arte infundido de un bello orientalismo y enseñó a su vez a su hijo menor a pintar a su manera. El cuarto hijo de Camille llamado Félix, viró su carrera hacia la caricatura, pero murió joven. Ludovic-Rodo siguió los pasos de su hermano Lucien. Finalmente el menor, Paulémile, siguió las enseñanzas de su padrino Claude Monet al morir su padre y no dejó de transmitir a su hijo Hugues Calude, el gusto por el arte pictórico. Claude tomó el nombre profesional de Issac Pomié, haciendo alusión a la madre de su abuelo Camille, Rachel Pommier, y  después de una búsqueda interior siguió su carrera disociándose de su herencia impresionista. Su hermano Yvon, dejó la pintura al óleo para dedicarse únicamente al dibujo a lápiz y carboncillo.

jacobCamillePissarro

Su sobrina Lélia, hija de Hugues Claude Pissarro, es la cuarta generación de Pissarros que persiste en la pintura, mostrando una capacidad de abstracción que incluye colores y texturas que se alejan por completo de la tradición familiar. A partir del matrimonio de Lélia con David Stern, la galería Stern se ha especializado en esta familia de pintores quienes nos han dejado un legado inmenso de obras de arte. El mito de su bisabuelo no deja a Lélia en paz, pero sonriente recibía a los interesados que se acercaban al espacio de la galería en la American International Fine Art Fair.

Ser descendiente del fundador y maestro del impresionismo no es fácil, sus cuadros de grandes dimensiones en naranjas y negros intensos contrastan con los pequeños formatos que usaban sus antepasados

Ser descendiente del fundador y maestro del impresionismo no es fácil, sus cuadros de grandes dimensiones en naranjas y negros intensos contrastan con los pequeños formatos que usaban sus antepasados, la pintura en plein-air que su bisabuelo predicaba, se ha quedado en la historia de la pintura. Leila nacida en Francia, nos habla en un inglés claro, pues su hogar actualmente se encuentra en Londres, donde vive con su esposo y sus hijos. Más que una figura importante, está su nombre, su apellido, su abolengo. Lélia se postra como un ícono, de pie, junto a las obras de sus antepasados, cerca de las suyas propias, sonríe, pues felizmente ha heredado la maestría de los Pissarro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Artículos
Relacionados

Imagen bloqueada