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La experiencia del Festival de Cine de Cannes, considerado el más importante del mundo y el que marca la pauta sobre las directrices del séptimo arte, resulta alucinante y en ciertos momentos surrealista. Ver mas de treinta películas durante los doce días que dura el festival es como viajar por los cinco continentes y experimentar vivencias tanto de carácter social como de índole personal. Afortunadamente el cine, como medio artístico, y el nivel de exigencia del festival y de los destacados directores seleccionados, le agregan la parte estética visual y auditiva que hacen posible digerir las tragedias mas grandes que aquejan la humanidad.
Este año el festival abrió con la película Grace de Mónaco, de Olivier Dahan (La Vida en rosa, 2007, que protagonizan Nicole Kidman en el papel de Grace Kelly y Tim Roth como el Príncipe Reniero. La película, que no obtuvo buenos comentarios de la critica, ya venia teñida de controversias por la polémica que se presentó con la familia real de Mónaco, quienes la consideraron tergiversada y se negaron a asistir a la premier, y los encuentros con Harvey Weinstein, el distribuidor en el mercado americano, quien supuestamente retrasó el estreno de la cinta por desacuerdos en el desarrollo de la trama.
Según el director siempre ha existido una sola versión, y su intención no era hacer una biografía de la princesa sino mostrar un episodio específico de su vida que transcurrió en 1962, cuando el Principado de Mónaco se vio amenazado de embargo por parte de Francia, y Grace Kelly tomó parte activa en el desenvolvimiento diplomático de la pugna. Para esa misma época, la princesa se encontraba tomando la decisión más trascendental de su vida: aceptar una nueva oferta de Hitchcock para protagonizar su próxima película o abandonar la actuación y dedicarse de lleno a su familia.
La presentación de Grace de Mónaco, con todo el glamour que conlleva, se vio contrastada el primer día con la exhibición de una de las películas más aclamadas por la crítica, Timbuktu, de Abderrahmane Sissako (Bamako, 2006), que no ganó premio alguno pero si fue una de las favoritas, mostrando los dos extremos que se viven durante en el festival.
Timbuktu trata de la toma de un pacífico pueblo en África, por parte de un grupo de islamistas radicales que imponen nuevos decretos limitando los derechos de la mujer, prohibiendo el tabaco y la música. Se producen situaciones de profundo dramatismo donde se castiga la infidelidad y la expresión artística. Filmada de una manera sencilla y con escenarios muy naturales, logra recrear a la audiencia con paisajes espectaculares bajo el lente de Sofian El Fani.
La película ganadora de la Palma de Oro, el galardón más importante del festival, correspondió a Nuri Bilge Ceylan, quien presentó una excelente producción de más de tres horas de duración, Winter Sleep, que trata sobre la vida de un artista retirado que maneja un hotel en la zona de la Cappadocia, en Turquía. En su reclusión lo acompañan su hermana y su jóven esposa, con quienes entabla extensos diálogos que pasan por todos los aspectos existenciales de la vida, al tiempo que maneja el problema de las diferencias de clase cuando interactúa con subalternos y arrendatarios de sus propiedades.
La película, que probablemente estará dedicada a la reducida audiencia de las salas de cine-arte, obtuvo la alabanza de los críticos, y la presidenta del jurado, Jane Campion, única mujer hasta el momento merecedora de la Palma de Oro, por El Piano (1993), mencionó que podría haber disfrutado dos horas mas de esta excelente obra de arte.
El segundo galardón correspondió a la película italiana Las Maravillas de Alice, Rohrwacher (Corpo Celeste, 2011), quien recibió el Premio de la Critica, única de las cintas de la selección oficial dirigida por una mujer.
Dos películas muy innovadoras en estilo fueron las que obtuvieron el Premio de la Critica: Adiós al Lenguaje, de Jean Luc Godard, el mayor de los directores participantes quien a pesar de su edad sigue sorprendiendo a la audiencia, y Momy, del más joven de los directores, quien con sus pocos años ya lleva una trayectoria única.
Relatos Salvajes, del argentino Damián Szifrón, fue la única película latinoamericana en la selección oficial, y aunque muy preciada por la critica, no recibió ninguna premiación. Sin embargo sorprendió a la prensa por haber logrado entrar en esta categoría a pesar de ser una comedia, género que por lo general tiene poca cabida en Cannes.
En la categoría de cortometrajes sorprendió el corto ganador, Leidi, trabajo de grado del colombiano Simón Mesa Soto, para el London School of Film. Es una historia simple sobre un tema que no solo aqueja a Latinoamérica sino al mundo en general, como lo es el de una adolescente, madre soltera, que busca del padre de su hijo, ausente de casa ya por un tiempo.
En la categoría de Una Cierta Mirada, cabe destacar la cinta ganadora White God dirigida por Komel Mundruczo y la ganadora de la Cámara de Oro, Party Girl de Marie Amachoukeli. Con una temática muy humana y muy universal, y sin presencia de artistas de trayectoria, presenta la historia de una mujer dedicada a la vida de cabaret entrando a la década de los sesenta y considerando un posible cambio de vida.
En esta sección, que busca propuestas innovadoras, el jurado estuvo presidido por Pablo Trapero, reconocido director de cine argentino quien ya había participado en el festival anteriormente con Leonera (2008), en la selección oficial y Elefante Blanco en 2012 en Una Cierta Mirada.
La actriz Sofía Loren fue la huésped de honor, quien dictó una de las clases magistrales y acompañada de su hijo Eduardo Ponti presentaron la película Human Voice basada en la obra de Jean Cocteau, donde ella actúa y Eduardo dirige.
Otros reconocidos nombres mostraron nuevas producciones como Atom Egoyan con Captives, Mike Leigh con Mr Turner, interpretado por Timothy Spall merecedor del premio al Mejor Actor Masculino, Michael Hazanavicius con The Search, y David Cronemberg con Maps to the Stars, una crítica al mundo de Hollywood por la cual Juliane Moore se hace acreedora del Premio a la Mejor Actuación Femenina.
Si bien el tema de la poca inclusión de mujeres directoras sigue persiguiendo al festival, este año hubo una fuerte predominancia de ellas en roles protagónicos, como Marion Cotillard, Anne Dorval, Suzanne Clement, Juliette Binoche, Kristen Stewart, Hillary Swank, Elena Lyadova y Alexandra Maria Lungu, además de las ya mencionadas.
Por ultimo, vale señalar dos de las mayores sorpresas, la cinta americana de Foxcatcher ,de Bennett Miller sobre la historia real de la vida del heredero multimillonario John Dupont y el trágico desenlace de su relación con dos hermanos luchadores olímpicos, por la cual fue merecedor del premio a la Mejor Dirección en la selección oficial, y Leviathan, la película rusa ganadora del premio al mejor guión, una fuerte critica al sistema político, muy apropiada al momento, considerada por muchos críticos como la mejor película del festival.
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