Search
Close this search box.

Edición
24

EL poder y la gloria

Buenos Aires
Reflexiones que asocian y separan los dos términos.

Como se escucha, cuando hablamos de “El Poder y la Gloría” estamos ante dos términos que no se superponen y que por medio de la “y” mantienen diferencias. En una primera lectura podríamos decir que el poder es terrenal mientras que la gloria se corresponde con lo alto, con lo celestial.

Nos encontramos entonces con una división que no deja de tener su relación con lo que hace al sujeto humano que está dividido, porque detentar el poder no le asegura la gloria y muchas veces acceder a la gloria no significa haber sido poderoso. Pero que también está dividido por ser sujeto deL inconciente.

Pero en cambio hay un ser al que se le asigna ambas posibilidades porque por supuesto es todopoderoso, omnipresente y omnisapiente. Es aquel que según rezan los Evangelios es el Poder y la Gloria. Es el Dios de los Cielos que no presenta ninguna división, que no ha quedado sometido a la castración, a los equívocos del lenguaje y que es el único que puede decir “yo soy el que soy”.

“los hombres son fuertes cuando sostienen una idea fuerte y débiles cuando carecen de ella”.

Estas referencias que hablan en el borde del psicoanálisis tienen relación con lo que es su fundación. No puedo olvidarme de esa frase de Lacan sobre Freud que dice que “el mayor merito de él es haber renunciado a los medios que tenía a su disposición”. Creo que aquí se plantea por una parte que esta acción es también aventurada, riesgosa y precaria. Freud no se ató a lo que seguramente lo dejaba  en una posición de poder, pero aun así vale recordar una frase del Maestro: “los hombres son fuertes cuando sostienen una idea fuerte y débiles cuando carecen de ella”.

Pero por otra parte hay un detalle no menor: lo que precisamente le daría poder son esos medios a los que renuncia. Uno de ellos es la hipnosis, quizás una de las maneras del mundo del espectáculo con que se presenta lo que llamamos sugestión.

No solo Freud deja de  practicarla, cuando otros lo hacían con fines terapéuticos sino que se resiste a cualquier manera de dominación del paciente. Eso es lo que se llama abstinencia y que muchas veces se confunde con ciertas reglas de etiqueta para psicoanalistas.

el poder no reside en el sujeto humano, sino en los dispositivos de que se vale.

Entonces lo que da acceso al poder son los medios a los que se refiere Lacan  y que lo representan. Y que en tal caso pueden llamarse emblemas, bastón presidencial, corona, insignias.

Asi como Freud decía que el hombre es un dios con prótesis – nada más alejado de aquel que tiene el poder y la gloria- podríamos suponer que el poder no reside en el sujeto humano, sino en los dispositivos de que se vale. En realidad esto no es novedoso porque constituye uno de los argumentos básicos de Foucault: el poder no lo tiene el guardia instalado en el panóptico, el poder se lo da ese dispositivo porque lo ubica en la posición de ver sin ser visto. Algo parecido al hipnotizador que mira sin que sea mirado por el hipnotizado, que está profundamente enceguecido por las pupilas incandescentes del otro, o como diría Lacan, el gran Otro.

Pero creer que en la tesis foucaltiana el poder solo consiste en apoderarse del otro es minimizar las derivas que esta condición adquiere. Por eso como se dice, el poder se ejerce, no es implícito a las cualidades del sujeto

Volviendo sobre el comienzo pero para finalizar, cuando hablaba sobre la elección del tema para hoy deje pasar un detalle.El título de estas Jornadas repite y cita, y toda cita es un cierto ejercicio del poder utilizando ese medio, el título de un libro de Graham Greene, precisamente El poder y la gloria, en donde un hombre débil que termina acurrucado frente a un pelotón de fusilamiento, en medio de la llamada guerra cristera que sucedió en México, no escapa como en las mejores tragedias griegas a su destino que es, aunque borracho,pecador,cobarde,ambivalente, ser aquel que es portador de algo poderoso: el sacramento que debe brindarle a un moribundo. Aunque esto sea un relato con una trama cercana al catolicismo no deja de ser equivalente a lo que algunos cristianos denominaron religiones paganas y en las que se incluye la figura de Antígona, quien teme a la muerte pero no puede rehusarse al poder de una ceremonia.

Pero si el poder se ejerce, la gloría se consigue

Pero si el poder se ejerce, la gloría se consigue. Como una garantía de futuro, inscribiéndose en la historia, como le sucedió a Cabral, o como lo quiso James Joyce, alguien que escribía para ser recordado 300 años después.

Siempre me llamó la atención una frase de Cesar Aira yo solo aspiro a una gloria de bolsillo. Quizás por eso escribe tanto y tan cotidianamente para poder palpar en su bolsillo esa escala, en lugar de apostar a un futuro que no podría conocer.

Es cierto que la gloria es una consagración, si bien hay otras misas con otros nombres. Y aunque los nombres de la gloria sean escritos en versiones muy diferentes, todas coinciden en una exaltación que tenga un destino en las alturas. Tan diferente a la torre de Babel que para el libro de los libros no era una exaltación, sino una ostentación de vanidad tan poco gloriosa aunque tan terrenal.

Notas:
Créditos de imágen destacada: aelaynx.deviantart.com/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Artículos
Relacionados

Imagen bloqueada