La voz es una cualidad particular de cada persona.
Desde que nacemos, asimilamos y adaptamos la voz hablada imitando lo que escuchamos. Cuando el ser humano comienza a hablar, lo hace desde la experiencia de las voces familiares y ésta comunicación tiene gran contenido afectivo.
Reconocemos a la voz como expresión particular, individual y única, como las huellas digitales. Podemos reconocer a alguien por su voz, sin necesidad de verlo.
En las clases de actividades físicas se promueve el movimiento de todo el cuerpo y no así el de las cuerdas vocales. En las terapias psicológicas convencionales se le da importancia a la palabra y sus significados inconscientes, pero la voz y su sonido expresivo no son tenidos en cuenta. Recién en las últimas décadas algunas psicoterapias emplean el desbloqueo de la voz, pero utilizando más que nada el grito como medio de catarsis y no se incluye a la voz cantada. En la cultura occidental se canta poco.
Uno de los mayores problemas es que siempre estamos muy influenciados y controlados por nuestro cerebro. Nuestro intelecto siempre quiere entender y opinar. Solo se atreven los que saben. Por eso es importante la ejercitación del carácter expresivo de la voz. ¿Por qué?
Cuando el ser humano comienza a hablar, lo hace desde la experiencia de las voces familiares y ésta comunicación tiene gran contenido afectivo.
Una de las respuestas sobre el aspecto curativo del sonido, nos lo da la Física y tiene que ver con el fenómeno de la vibración y sus efectos en la materia.
Si las vibraciones pueden producir cambios en la estructura molecular, el canto y la vibración del sonido, pueden generar cambios en nuestro cuerpo.
Si conseguimos relajarnos y liberar nuestra voz, estaremos más perceptivos para poder percibir esa sensación de la cabeza a los pies, convirtiéndose en algo placentero, transformador y positivo.
Cuando realmente nos entregamos a la música, ese control desaparece. Cuando cantamos se produce una vibración que prolonga su estadía en el cuerpo, aún después de haber emitido el sonido. De alguna manera permanece en el cuerpo y nos modifica.
Se ha escrito mucho sobre cantar y siendo la voz algo tan propio, la transforma en algo muy sensible.
La entonación puede ser una herramienta de gran alivio para el dolor, ya que el sonido nos ayuda a calmar el dolor físico, e incluye el dolor emocional, dado que esa vibración genera un aumento del flujo respiratorio, equilibra la energía, libera la emoción, unifica y armoniza el cuerpo y la mente.
Explorar sonidos en grupo, implica escuchar y aprender otras posibilidades de entonación y de interacción.
Una de las respuestas sobre el aspecto curativo del sonido, nos lo da la Física y tiene que ver con el fenómeno de la vibración y sus efectos en la materia.
Todos tenemos la posibilidad de permitirnos probar, vivenciar y disfrutar del potencial que posee nuestra voz, cuando la habilitamos, le damos permiso, la soltamos, la liberamos.
Si se unen el sonido y el cuerpo, todo puede suceder.
Cuando se habla, se arriesga, se expone y la presencia del otro puede ocasionar conflictos.
En cuanto al componente psicológico, cada persona tiene una zona a través de la cual somatiza sus conflictos, curiosamente muchos de éstos se manifiestan en la voz.
En esos casos la expresión de la misma está sobrevalorada y se suma a la propia autoexigencia.
La libertad de emitir sonidos está directamente relacionada con la libertad de expresión en otras áreas de la vida.
El bloqueo de cualquier sentimiento afecta la voz y su expresión.
Quien habla con monotonía tiene una expresividad muy limitada y es que el cuerpo contiene y guarda emociones con las que no deseamos tomar contacto.
La voz también puede ser: opaca, sin timbre, sin resonancia, sin energía y sin cuerpo. La propuesta es llegar a utilizar la voz con todos sus matices emocionales, así el cuerpo y la voz estarán menos rígidos y más flexibles.
Cuando realmente nos entregamos a la música, ese control desaparece. Cuando cantamos se produce una vibración que prolonga su estadía en el cuerpo, aún después de haber emitido el sonido
Solo un mínimo de personas corresponde a desafinados naturales irreversibles. En la mayoría de los casos las causas son históricas y están muy vinculadas con lo emocional. No se dan el tiempo necesario para escuchar y reproducir, “No voy a poder, o me callan”.
“El placer es la clave de la autoexpresión.” Expresarse constituye un placer de por sí y es independiente de las reacciones de los demás.
En un principio es conveniente que uno se apoye más en todo el trayecto, que en estar pendiente del resultado final, ya que la prioridad es “explorar y sentir”.
París de principios del siglo XX atrajo artistas de todo el mundo. Muchos críticos de arte reclamaron el nacionalismo artístico, enfatizando las diferencias entre los locales y autóctonos y los extranjeros… los extraños, entre ellos Picasso, Joan Miró y Marc Chagall.
¿Nuestras conductas son el resultado predeterminado por la biología y el ambiente que nos toca? El dilema del determinismo está más vigente que nunca.
La misofonía es un trastorno neurológico que provoca una sensibilidad extrema a ciertos sonidos. Los afectados reaccionan con irritación, desconciertan a su entorno y se genera un clima de tensión que afecta la convivencia y relaciones sociales.
“Desde diosas hasta reinas, de cortesanas hasta científicas, de actrices hasta santas, desde escritoras hasta políticas… hemos estado en todas partes, aunque un manto de silencio se empeñara en cubrirnos o ignorarnos”. Julia Navarro.
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3 Comentarios
Las personas nos pasamos buscando soluciones en el afuera e ignoramos las que traemos puestas, como la voz, una herramienta tan a mano y a la vez tan poco explorada, desconocida.
Gracias Ana María por acercarnos a este recurso en el posgrado!
Me pareció increíblemente interesante todo lo que se presenta en este texto. Muchas graicas.
Muy clarificador y fundamental en los mecanismos del uso y significado de la voz.