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El término curaduría, que por lo general se asocia con el área de las artes visuales o con el video restringido a museos y galerías, ha venido a cobrar relevancia en el campo del séptimo arte con el resurgimiento de las pequeñas salas de cine, que no se centran en el cine comercial, sino que tienen un criterio de selección más sofisticado, priorizando la calidad y el contenido de lo que muestran.
El cine como medio artístico de alcance masivo tiene trascendencia especial a nivel comunitario, y la evolución que se está experimentando en estos últimos años en Miami, con el advenimiento de nuevos festivales y la apertura de salas pequeñas alternativas, llevan a pensar en la importancia que adquiere el criterio de selección.
A Nat Chediak , le apasiona la interacción de disciplinas en las artes. “Un interés que siempre tuve fue el de juntar los intereses”.
La ciudad de Miami, cuenta en este momento con siete de estos establecimientos: el Tower Theater, Coral Gables Art Cinema, Miami Beach Cinematheque, las tres sucursales del O Cinema en Miami Shores, Miami Beach y Wynwood, y el Bill Cosby Cinema de la Universidad de Miami.
Letra Urbana, que desde su primera edición – en 2005 -incluyó la sección El Otro Cine, en la que releva las producciones independientes y extranjeras, hizo un recorrido por dichas salas, para descubrir su historia, cómo se formaron, cuál es el criterio que aplican para la selección de las películas y cómo es la recepción por parte de la comunidad.
En Coral Gables Art Cinema nos encontramos con un personaje ya reconocido en el mundo del cine en Miami, Nat Chediak, Director de Programación, quien nos recibió en su estudio personal, impregnado de memorias relacionadas con el cine y la música. Como es bien sabido, Nat estuvo encargado del Miami International Film Festival desde sus comienzos y se retiró después de muchos años, cuando éste pasó a manos de Florida International University y se convirtió en un festival masivo. Nat cuenta cómo se apartó (aunque no del todo) del mundo del cine, para dedicarse a la producción musical al lado de su socio y amigo Fernando Trueba. Con Trueba produjo varios discos que le merecieron los Premios Grammy que elegantemente hacen marco a su impresionante biblioteca. Algo que le apasiona a Nat, y que hace parte de su manera de seleccionar es la interacción de disciplinas en las artes. “Un interés que siempre tuve fue el de juntar los intereses” comenta. “Considerando que Miami es una ciudad tan distendida, donde se manejan tantos intereses al mismo tiempo sin crear ninguna conexión, se hace necesario que los puntos se conecten”. Por eso recuerda cómo, cuando presentó Paris Texas en el Festival de cine, se ocupó de traer una serie de fotografías que Wim Wenders había tomado durante el rodaje y que se exponían en el Centro Pompidou de París, de donde se trasladaron directamente. “la dinámica que se produce con el cine de arte es diferente, es por ejemplo que de repente una escena de una película que no fue comercial se quede en la mente de un espectador y éste la recuerde por siempre”.
En el Tower Theater hablamos con Orlando Rojas quien considera muy positivo lo que está pasando en este momento con el cine en Miami. “La gente se está cansando de los multiplex, donde todo lo que se muestra es del mismo género; buscan otra cosa, y los cines pequeños, que ofrecen esa alternativa, empiezan a llamar la atención”. Orlando menciona cómo “la dinámica que se produce con el cine de arte es diferente, es por ejemplo que de repente una escena de una película que no fue comercial se quede en la mente de un espectador y éste la recuerde por siempre”. Para Orlando, el cine es su patria. “Yo me fui de mi país (Cuba), pero el cine me lleva a todas partes”.
En el O Cinema nos encontramos con el emprendedor y entusiasta Kevin Bosch quien considera que “lo grande es incómodo y la gente se empieza a cansar, prefieren ir a algo pequeño, con mejor servicio al cliente”. Uno de los aspectos más importantes que según Kevin influyeron en el retorno de las pequeñas salas es el avance en la tecnología, que abarató los costos de proyección. Cuenta cómo el O comenzó con un proyector pequeño de los que se usaban en casa, con la diferencia de que en el cine se podían mostrar películas nuevas. Por otra parte “la gente quiere ir a un cine donde va gente con los mismos gustos”, y curiosamente, “ahora las grandes salas nos están imitando a nosotros dedicando uno de sus espacios a mostrar cine de arte”.
“lo grande es incómodo y la gente se empieza a cansar, prefieren ir a algo pequeño, con mejor servicio al cliente”.
En Miami Beach Cinematheque entrevistamos a Dana Keith quien estudió Film y Artes Visuales en Santa Barbara, y vivió en Europa por muchos años en los cuales pasó sus ratos libres en cinematecas y coleccionando memorabilia sobre cine. Dana fue uno de los fundadores del Miami Beach Film Society en 1993, la entidad encargada de la Cinemateca, tal vez la única que no tuvo que cerrar con el advenimiento de las salas múltiples. Dana comenta sobre ”los retos que hubo que sobrepasar no solo para construir la sede sino también para crear una mentalidad diferente con respecto al cine como forma de arte y no solo entretenimiento”.
Algo de historia
Coral Gables Cinematheque “tiene una historia privilegiada”, nos comenta Nat. “ Su fundador, Steve Krams presidente de la junta, consiguió que la ciudad de Coral Gables construyera el espacio y se lo diera a la Cinemateca por un precio irrisorio, y la dotación de los equipos la proporcionó prácticamente él mismo, de su propio bolsillo”, aclaró.
El Tower Theater data de los años ’20, al principio tuvo un estilo colonial que después se transformó en Art Deco. “En la época de los 60, con la inmigración cubana, era el cine por excelencia de películas en español. Después se fue deteriorando y estuvo cerrado por muchos años, hasta que vino la idea de convertirlo en cine internacional, haciendo énfasis en el cine iberoamericano”, cuenta Orlando.
El Tower Theater es de la ciudad y está administrado por Miami Dade College; no funciona con una junta sino con el apoyo del público, y se caracteriza porque tiene los precios más bajos. “Muchos fueron los retos que hubo que sobrepasar no sólo para construir la sede sino también para crear una mentalidad diferente con respecto al cine como forma de arte”.
“El O cinema abrió con el auspicio del Knight Foundation”, cuenta Kevin, “quienes hicieron un matching fund con las donaciones. Los fundadores son Kareem Tabsch and Vivian Marthell, quienes formaron una organización sin ánimo de lucro, y contamos con una junta. Pero por lo pronto nos mantenemos con la boletería. Tiene además una membrecía, la cual estamos tratando de mejorar. El O Cinema empezó en un depósito en Wynwood, y fue tomando la fama de presentar películas que no se veían en otra parte. Luego vino la sala de Miami Shores, que ya existía como teatro, y ellos nos invitaron a hacer una sociedad; más adelante se abrió la de Miami Beach en el antiguo Teatro Byron Carlyle”.
La Cinemateca de Miami Beach “cuando cumplió el 10º aniversario en 2003, abrió sede en Espaõla Way y estuvimos allí 8 años. Cuando todos los cines pequeños tuvieron que cerrar con la salida del VHS, nosotros fuimos los únicos que sobrevivimos ese período. Aunque Miami tenga la imagen de ser una ciudad frívola y superficial, de playas y cuerpos perfectos, “siempre ha tenido un público ávido de cultura, y no hay que esperar que llegue Art Basel para ello”.
Aspecto comercial
Con respecto a la parte comercial, todos coinciden en que hay que saber cómo manejarse con las distribuidoras que tienen sus propios requerimientos operativos. A veces exigen por ejemplo que una película se muestre por cierto numero de días, lo cual compromete la diversidad. Otro problema es el de la exclusividad. La mayoría coincide en que la exclusividad no es necesariamente buena por lo extensa que es la ciudad de Miami, que hace que haya público para todas las salas. Inclusive cuando la película se pasa al mismo tiempo en los grandes complejos, a veces en las salas pequeñas funcionan mejor.
Todos los curadores coinciden en que el público de Miami es muy receptivo y responde a los proyectos. “Mientras más arriesgada la propuesta, más responde” afirma Nat, quien trabaja en compañía de dos talentos jóvenes, Benjamín Delgado y Javier Chávez, con quienes comparte su experiencia al tiempo que aprende de ellos. “a veces hay hasta más variedad acá pues en cine latinoamericano hay películas que se muestran antes que en NY.»
“Pienso que ya no hay que ir a New York para ver buen cine”, dice Orlando Rojas, quien se encarga de la curaduría del Tower Theater junto con su proyeccionista “que es más purista que yo”. Según nos cuenta, “a veces hay hasta más variedad acá pues en cine latinoamericano hay películas que se muestran antes que en NY. También hay algunas que se contratan directamente pues no tienen distribución en Estados Unidos como pasó con Corazón de León. Yo diría que estamos a la par de NY en muchos aspectos”. “La audiencia hoy día es variada” dice Orlando, ”aunque todavía tenemos algunas películas con subtítulos en español. También se pasan películas con Close Caption porque esto ayuda a entenderlas mejor; es ver el idioma como un instrumento de comunicación y no de incomunicación”.
Dana considera que Miami no es New York ni Chicago o San Francisco aún. “Miami apoya cosas más populares”, comenta. Igualmente para Kevin, si bien Miami ha experimentado un cambio muy grande, considera que la ciudad todavía no está al nivel de NY. “Lo bueno es que tenemos muchas salas, comparado a otras ciudades que solo cuentan con una cinemateca, “como nos dimos cuenta cuando asistimos al Art House Convergence, reunión que se realiza anualmente”.
Programación y eventos especiales
El O Cinema tiene programación separada para cada una de sus salas. Según Kevin, “en Wynwood, por ser el distrito de arte donde la audiencia es más experimental, se muestran películas más apropiadas para ese medio, como el documental Amy, mientras en Miami Shores el público es más maduro y el vecindario más familiar; no mostramos nada que pueda alterar al barrio. Una película como Nynfomaniac por ejemplo, la mostramos en Wynwood y no en Miami Shores porque allí no va a tener acogida. La sala de Miami Beach tiene su propia audiencia. Empezamos con películas más comerciales, que algunas veces se pasan al mismo tiempo que las salas grandes”.
Kevin nos cuenta como el O cinema “empezó hace dos años con el Late Night Cinema que llamamos ‘bizarro’ que eran películas de temas extraños como la serie coreana The Vengeance o Universal Monsters. También tenemos el ‘Popcorn night’ que son películas nostálgicas o retro que están de aniversario, las cuales se hacen en Wynwood y han tenido lleno total. Tuvimos también retrospectivas como la de Stanley Kubrik, de Spielberg y ahora de Woody Allen”. «El Popcorn night, que son películas nostálgicas o retro que están de aniversario, se hacen en Wynwood y han tenido lleno total»
En Coral Gables Cinematheque, se programan eventos paralelos a los estrenos. Por ejemplo “cuando se pasó Relatos Salvajes, se hizo un ciclo de Ricardo Darín, con quien se organizó una charla por Skype”, comenta Nat, quien como buen fanático del Jazz, le gusta la improvisación.
La programación de Miami Beach Cinematheque está a cargo de Dana quien asiste religiosamente a Cannes Film Festival. “Siempre he estado interesado en ‘Auteur film’ y por eso me gusta el festival de Cannes, porque incluye los más interesantes directores y artistas de vanguardia. Me gusta lo que Cannes promueve, y de ahí tengo la serie ‘The Best of Cannes’. Traigo muchas películas que considero buenas, que no necesariamente son las ganadoras. Me gusta también el New York Film Festival porque allí son muy cuidadosos con la selección”.
Miami Beach Cinematheque está asociado con el Miami Film Festival y el Brasilian Film Festival con quien lleva 20 años de trabajo conjunto. Durante el último Miami Film Festival hicieron el Tributo a Orson Welles,
Dana cuenta con un archivo de memorabilia que incluye toda la historia del cine, desde 1895 hasta hoy, una de las más grandes colecciones de material relacionado al séptimo arte.
“La curaduría la hago yo”, dice Dana, “pero estoy abierto a sugerencias. Mi interés principal es el cine como ente artístico y como alternativa al cine comercial. Nos importa hacer dinero pero nuestra prioridad es el arte y educar al público hacia este tipo de cine, de manera que un día también será rentable. Hay que tener en cuenta que nuestra educación no es como la europea que está orientada hacia el cine arte, pero esto está cambiando”.
MB Cinematheque organiza lo que se conoce como “Speaking in Cinema” donde convoca directores y críticos de cine para discutir sobre su trabajo. “Si hay alguna particularidad especial, lo hacemos sobre cualquier otro aspecto de la producción como cuando presentamos a Benoît Jacquot , el cinematógrafo de Gaspar Noé y otros directores que trabajan el mismo género. Siempre se incluye un anfitrión local”.
Según Orlando Rojas, toda película que se pasa debe aportarle algo al espectador y lamenta que la crítica para el cine de arte sea tan exigua, “porque los grandes estudios si tienen para pagar publicidad. Lo que sucede con este cine es que se va pasando la voz y la gente empieza a venir…No soy un purista porque si lo fuera mostraría solo 20 películas, trato de presentar lo que tenga algún interés para la gente, ya sea por el director, un actor que la gente sigue, o porque tenga un aspecto sociológico importante”.
Todos están de acuerdo en que la parte comercial, si bien es necesario, no es lo que prima. “Si hay que pasar una película, se pasa” reconocen todos, “aunque la gente se vaya” como ha sucedido en algunas ocasiones. Nat por ejemplo, prefiere mostrar un clásico restaurado que valga la pena a una película reciente solo por el hecho de tener un estreno.
Orlando Rojas del Tower Theater comenta que “el cine antiguo es más nuevo que el moderno”. Considera que “figuras como Antonioni, Visconti y Fellini todavía siguen siendo más nuevas que tantas boberías que vemos a veces. Nos importa hacer dinero pero nuestra prioridad es el arte y educar al público hacia este tipo de cine, de manera que un día también será rentable.
Nat Chediak tiene como proyecto futuro publicar un libro de cine en inglés y español con su socio Fernando Trueba, y Orlando Rojas quiere terminar su película que, como Boyhood, lleva 12 años haciendo, desde que llegó a Miami, porque “la nostalgia de hacer cine me está picando muy fuerte”.
Kevin tiene un proyecto personal que es crear un evento alrededor de la película que se muestra. Está inspirado en una propuesta llamada Inmersive Experience, y se trata de incluir al espectador en el rol de la película. Para esto la gente viene vestida con indumentaria relacionada al tema que se muestra, y el espacio se decora acorde. “Lo hicimos con Breakfast Club y Back to the Future, con gran éxito” comenta Kevin. “Hay un grupo en Inglaterra llamado Secret Cinema, que lo está haciendo más sofisticadamente, y lo piensan traer a Estados Unidos. La experiencia de la película resulta totalmente diferente”.
Dana Keith de MBC está haciendo retrospectivas combinando directores que se inspiraron en otros , y está apareando las películas. Una verdadera muestra de lo que es el trabajo de curaduría. Por ejemplo piensa mostrar una serie de las películas de Hitchcok que inspiraron a Trufaut, homenajeando a estos dos genios del cine.
Todos coinciden en que las salas se complementan y que debe haber colaboración. La ciudad de Miami es tan extensa, que hay público para todos los teatros. El problema en el cual todos convienen es la falta de estacionamiento y de transporte masivo para que los espacios sean más accesibles.
Celebramos entonces que la ciudad de Miami cuente con estas interesantes plazas dedicadas al séptimo arte, y con estos excelentes curadores que están permitiendo al publico local, cada vez más inquieto y receptivo, disfrutar lo mejor del cine independiente y extranjero.
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Un comentario
Muy bueno el reportaje sobre El otro cine, Me recordo La Habana entre los ’60 y 85, y La Cinamateca de Cuba, donde los que entonces estudiabamos teatro en la Escuela Nacional de Arte visionamos el mejor cine internacional hasta entonces, desde los Hermanos Lumiere hasta los 80 y tantos. Conozco el Tower, excelente cine donde felizmente no se pone cine basura (el barato de buenos y malos, corrre y corre, etc., sino valiosos filmes.