La velocidad y evolución de la informática y los medios tecnológicos amplian el océano de datos donde podemos recabar información. Sin embargo, a la hora de seleccionar los referentes, distintas metodologías nos detallan su nivel de autoridad o reputación. ¿La calidad de las fuentes puede reducirse a una fórmula matemática?
Quora: Sociabilizando el Arte de Preguntar
Los sitios donde los usuarios pueden hacer preguntas y brindar respuestas no son nada nuevo en Internet. Sin embargo, el hecho de que en WikiAnswers o Yahoo Answers se encontraran preguntas repetitivas o demasiada variedad en la calidad de las respuestas, ha dado lugar a que en el último año, distintos emprendedores evolucionen el rubro, haciendo hincapié en un mejor ordenamiento de la información, un modelo convergente con las redes sociales, y en la credibilidad o reputación de los referentes.
Entre los más destacados últimamente se encuentra Quora, un sitio que, además de permitir a los usuarios encontrar y seguir a sus amigos (como en Facebook y Twitter), y ofrecer una manera de organizar y archivar las respuestas para futuras referencias o para que alguien más se beneficie de ellas, da la posibilidad de conocer un poco sobre quién está respondiendo a las preguntas. De acuerdo con Charlie Cheever, -uno de los creadores de Quora, con Adam D’Angelo-, «saber que la persona que está respondiendo a una pregunta sobre una enfermedad neurológica es un científico, o que un reconocido chef está constribuyendo con sus consejos sobre la temperatura perfecta para cocinar una pizza, puede brindar a esas respuestas una mayor credibilidad».
El hecho de estar sobreconectados en las redes sociales nos depara la necesidad de conocer la «autoridad» de las personas a las que seguimos. En este marco, servicios como Klout nos permiten cuantificar la influencia de los individuos a través de un informe detallado sobre la posición como influenciador, asignándole una nota que puede variar entre 0 y 100 puntos (calculada a través del análisis de 25 variables diferentes).
Esta asignación numérica no deja de ser un análisis matemático que sólo se basa en cantidades y no necesariamente refleja la calidad de la información que el referente brinda. La aplicación puede resultar muy interesante a empresas y agencias de publicidad… pero no a toda eminencia en Filosofía -por dar un ejemplo-, se le dá por twittear sus últimas inspiraciones ¿cómo se enterarán las futuras generaciones de su obra? ¿considerarán a un twittero más comercial un mejor referente en la materia?
Deberíamos considerar que con el desarrollo de la web en los últimos años estamos caminando hacia un futuro en el que tanta importancia tienen las cosas que se dicen como quién las dice.
¿Imagen Pública o Reputación?
Juan Pedro Molina, Doctor en Ciencias de la información y Profesor del dpto de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid), en su artículo «Corrientes subterráneas de prestigio: cuando el éxito reside en la no-visibilidad» observa desde hace algún tiempo en la blogosfera «un fenómeno creciente que nos aqueja a los que nos dedicamos de una forma u otra a la Comunicación (sobre todo Corporativa y/o 2.0). Queremos visibilidad. Tanto es así, que la blogosfera (y tuitosfera) se ha convertido en una jaula de grillos en donde cada uno queremos ser los más guapos, los más listos, los más inteligentes. En un doble salto mortal con tirabuzón, tuiteamos de forma compulsiva o nos estrujamos las neuronas para lanzar un tweet genialoide en busca de followers.”
Pero ¿por qué queremos esta visibilidad?, se pregunta. «¿Por ego? ¿Por captar clientes? ¿Por qué queremos demostrar a toda costa que estamos en la onda o lo listos que somos?». Para Molina, la mayoría de nosotros pasamos por alto la diferencia entre Imagen Pública y Reputación. «Gracias a la visibilidad que nos trabajamos post a post tenemos Imagen Pública. Pero ésta es peligrosa porque su control no está en nuestras manos, sino en la de nuestros stakeholders. La Reputación, por el contrario, es más estable pues nos la hemos ganado con el paso del tiempo, permanece bajo nuestro control o responsabilidad, es más duradera.»
Identidad y Referentes en tiempos de globalización y nuevas tecnologías
Para la socióloga Alicia Ugarte, en entrevista con Letra Urbana, vivimos una nueva realidad hecha de vertiginosos cambios, procesos migratorios y desestabilización de las instituciones que hasta hace un tiempo eran los referentes que organizaban los modos de vida. Estas transformaciones que se introducen en el mundo y en las personas, a partir de la globalización, nos obliga a reflexionar sobre el tema de la identidad.
Mientras que Mónica Prandi, en su artículo «Navegando por la información ¿se llega al conocimiento?», nos señala que hubo un tiempo en el que la cuestión pasaba por cómo seleccionar los referentes, pero los había. «Ellos eran tradicionales, consistentes y nosotros confiábamos en la seriedad con que extraían y actualizaban los contenidos que brindaban. Así, recurríamos a la Enciclopedia Británica, al Diccionario de La Real Academia Española, a las grandes bibliotecas, a la universidad, a las reconocidas publicaciones científicas de cada campo, al periódico que distinguíamos entre los muchos que se publicaban en nuestra ciudad, al programa periodístico semanal que daban por televisión, al noticiero de la radio que elegíamos escuchar por las mañanas.»
Hasta hace un tiempo «sabíamos a donde ir por buena información y eso en sí mismo es algo ya a destacar, porque por aquella época para estar al corriente de las cosas o para profundizar en algún tema, se requería del movimiento de dirigirse a la fuente. La cultura occidental se supeditaba a la producción y aun era lejano este comienzo de siglo XXI, regido por la informática.»
Si comenzamos a seleccionar a nuestros referentes basados en una fórmula matemática, a priorizar la cantidad sobre la calidad, el medio informático sobre el tradicional… ¿cuánto tiempo pasará hasta que no podamos distinguir los fines comerciales de nuestras fuentes o que nativos digitales tomen el lugar de generaciones anteriores que aún tienen tanto por enseñarnos?.