Un revolucionario musical con alucinantes imágenes que se desplazan en un contexto de ciencia ficción podría ser el compendio de los géneros que abarca esta película. El aspecto narrativo, si es que se puede encontrar uno, se vuelve irrelevante cuando desde el comienzo de la cinta somos abstraídos por las hipnóticas iconografías y nos sentimos perdidos dentro de la maraña de relatos poéticos musicalizados por Saul Williams, quien a la vez es codirector con Anisia Uzeyman.
La película empieza con Tekno (Robert Ninteretse), un minero que examina con detención y admiración una piedra de coltán, metal que se usa para dispositivos electrónicos como celulares y otros elementos de alta tecnología. Su distracción hace que sea golpeado por un supervisor, hecho que provoca su muerte. Su hermano Matalusa (Bertand Ninteretse “Kaya Free”) lo auxilia, y lo carga en sus espaldas, mientras se induce una protesta colectiva de los mineros, quienes, con tambores, palas y otros elementos de trabajo crean un maravilloso performance musical a base de percusión, honrando el luto por el fallecido. No podemos evitar recordar algunas escenas de Dancer in the Dark (2000) de Lars Von Triers, donde los ruidos de la maquinaria hacen también la base de los números musicales.
Matalusa huye de la mina, y fuerzas cósmicas lo llevan a otra dimensión donde se encuentra con un fugitivo intersexual, Neptune (interpretado por Elvis Ngabo “Bobo” y Cheryl Isheja), quien a su vez se ha alejado de su aldea en Ruanda, después de una traumática experiencia con la muerte de su tía.
Neptune es un hacker que ha explicado desde el comienzo que nació a los 23 años, hecho que entendemos mas adelante cuando se produce su transformación.
El encuentro entre los dos personajes pasa por una serie de sucesos en los cuales aparecen diversos interlocutores, la mayoría de los cuales pertenecen a una banda rebelde de africanos entre los cuales se encuentran Memory (Eliane Umuhire), Elohel (Rebecca Muciyo), Psychology (Trésor Niyongabo), Innocent (Dorcy Rugamba) y otros, cuyo propósito es transformar el mundo aboliendo las posiciones de poder imperantes, el totalitarismo y el colonialismo.
Son muchas las identidades que se manejan, y cada una hace alusión a otro problema social. A través de la poesía, el baile y las imágenes de impactante colorido, se plantea una denuncia a la explotación en el trabajo y la lucha por el poder.
La combinación de una alta estética lograda por la cinematografía de Uzeyman y el vestuario de Cedric Mizero eleva nuestra sensibilidad artística a un nivel tal, que la narrativa pasa a un segundo plano, y nos damos cuenta que simplemente nos hemos dispuesto a vivir la experiencia.
Nos solidarizamos con estos personajes y su lucha social en un plano cibernético, mientras el romance nos cautiva y su ansia de libertad y desafío a la Autoridad nos atrapa.
Neptune Frost tiene una manera propia, innovadora y arriesgada de presentar una historia, con una visión afro-futurista que denuncia las injusticias y por otro lado propone el amor. Utiliza elementos históricos y geográficos de la cultura africana y los lleva a otra dimensión donde pasado y presente se unen para darle un sentido progresista a la tecnología.
La película se presentó en la Quincena de Realizadores de Cannes 2021, y fue parte de la Selección Oficial del Festival de Cine de Toronto, Sundance Film Festival y New York Film Festival.
Neptune Frost se presenta en Coral Gables Art Cinema a partir de Julio 8 hasta Julio 14, 2022.