The End of the Tour es una recreación de los cinco días que compartió David Lipsky (Jesse Eisenberg), periodista de la revista Rolling Stone, al lado del escritor David Foster Wallace, interpretado magistralmente por Jason Segel, durante su gira para presentar Infinite Jest (La broma infinita), libro publicado en 1996, que estaba empezando a cobrar fama.
Presentada en el Festival de Cine de Sundance 2015, la cinta es una película de carretera muy particular, donde los dos escritores comparten ideas y reflexionan sobre el mundo, sobre el arte y sobre sus propias vivencias. Dicha experiencia fue registrada por Lipsky en un libro Although of Course You End Up Becoming Yourself : A road trip with David Foster Wallace (2010) en el cual se inspira la cinta, publicado después del suicidio de Wallace. Posteriormente, Donald Margulies hace una inteligente adaptación para el guión de la película, que le da fluidez y autenticidad a la historia.
Con un recorrido muy simple, pero muy profundo, la película nos va adentrando en las intimidades de un escritor que se va convirtiendo cada vez más en un ser tan humano como todos los humanos. Si hay una celebridad sobre la cual se crean mitos artificiales son los escritores, pues son los que menos vemos. A los actores los conocemos representando un personaje, oímos su voz, conocemos su físico. A los escritores solo los conocemos por la palabra escrita y, si acaso, por una foto en la contra carátula de un libro. Por lo tanto, desbaratar la leyenda que hemos creado sobre ellos resulta mas difícil, y esto es lo que logra la película al mostrarnos una persona que va al supermercado y se llena de junk food, ve televisión, le gustan los perros y escucha a Alanis Morissette.
No hay nada diferente de lo que podría hacer cualquier persona común y corriente, pero es David Foster Wallace, alrededor de quien ya se han creado mitos, y los mitos no pueden usar una bandana en la cabeza sin que este hecho tenga que responder a un motivo trascendental. Es así como la cotidianeidad se mezcla elegantemente con la reflexión y el cuestionamiento, surgiendo ese vacío existencial que experimenta todo aquel que intenta hacer uso de la razón mas allá de lo estrictamente necesario.
Lipsky y Wallace se acercan y se distancian a través del dialogo y la introspección, compiten y empatan, se intimidan y se enemistan haciéndonos sentir la alegría del acercamiento y la incomodidad de compartir el espacio cuando hay discrepancias, logrando mover lo mas profundo de nuestra fibra sensible.
Dirigida por James Ponsoldt, conocido por los filmes Smashed (Tocando fondo, 2012) y The Spectacular Now (Aquí y ahora, 2013), la película es una obra de arte bien lograda, con dos extraordinarias interpretaciones que hacen homenaje a quien fue, y seguirá siendo, un gran escritor.