Ira Sachs, el director de Frankie, se ha convertido en un reconocido director de cine independiente. Después de películas como Love is Strange (2014) y Por siempre amigos (2016), incursiona en una nueva modalidad que incluye un excelente elenco internacional y filma en la exótica localidad de Sintra en Portugal.
Isabel Huppert hace el papel de la enigmática François Crémont, que todos llaman Frankie, una actriz que decide pasar unas vacaciones con su familia en la pintoresca ciudad de Sintra. No sabemos muy claramente por qué, pero su actitud revela que hay un motivo especial para reunir a tres generaciones en esta histórica y mágica ciudad.
Los invitados incluyen su actual esposo escocés, Jimmy (Brandon Gleeson), su exesposo gay, Michel Gagne (Pascal Greggory), su hijo Paul Gagne (Jérémy Renier), su hijastra, Maya Andoh (Sennia Nanua), y una buena amiga neoyorquina, Irene (Marisa Tomei), que, contrario a los planes originales, aparece con su pareja Gary (Greg Kinnear).
Aunque al comienzo todo pinta como un acostumbrado evento familiar, a medida que avanza la trama se va revelando el verdadero motivo de la reunión y la estudiada selección de invitados. Cada encuentro entre los personajes da inicio a un interesante diálogo que nos va descubriendo algún suceso relevante del pasado, y es así como en un solo día descubrimos la historia de cada cual.
A pesar de que estamos en presencia del sitio mas relajado posible para un encuentro de este tipo, las relaciones interpersonales y familiares pueden ser tan intensas y disfuncionales, que el resultado se convierte en una paleta de inmensos contrastes que nos invita a reflexionar sobre los distintos semblantes de la condición humana.
Además del buen elenco, la cinta cuenta con la fotografía de Rul Poças, conocido por El Ornitólogo y Zama, entre otras. El libreto estuvo a cargo de Sachs y Mauricio Zacharias, y la cinta participó en el pasado festival de Cannes donde estuvo nominada a la Palma de Oro, y participó también en Toronto International Film Festival.
El tono lento y pausado, los silencios mezclados con reveladores diálogos, y los espléndidos paisajes invitan al espectador a concentrarse en el aspecto artístico y en la psicología de los personajes.