Cuando muere un poeta de la talla de Juan Gelman la poesía guarda un minuto de silencio. Solo un minuto, no mas, Con un minuto alcanza. Porque la amenaza de que la poesía quede callada nos afecta a todos.Un solo minuto basta.
Y luego se debe retomar la pluma, el lápiz, la guitarra para que la poesía vuelva ser oída por todas las redes humanas. Aunque, como ha dicho Gelman con esa asombrosa maestría, en su poema Oficio del libro Violín y otras cuestiones
”…quien me manda meterme, endecasílabo
a cantar, quien me manda agarrarme el cerebro con las manos,
el corazón con verbos…
………………………..
quien me manda andar grávido de frases,
calzar sombrero imaginario, ir
a esperar una rima en cada esquina…”
Sí , la poesía es un oficio y un compromise: con la belleza, con la injusticia y con nuestros semejantes.
Es un oficio que a veces agota, que a veces frustra, que a veces duele…
Es el antídoto para no quedar atrapado en las redes sociales sin conexión con uno mismo. Tal como dice Gelman en el final de este mismo poema:
“………….., óigame amigo,
Cambio sueños y músicas y versos
Por una pica, pala y carretilla.
Con una condición:
Déjeme un poco
De este maldito gozo de cantar.”
3 Comentarios
Que lindo! Gracias por hacernos recordar, abrazo.
gracias por traernos la poesía al día a día
Conmovedor…..Hemos perdido a un poeta, luchador, ser humano de verdad!
Gracias por recordarlo así.