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Festival de Cannes

La Mirada del Flamenco – Poderoso debut de Diego Céspedes en el Festival de Cannes

La ópera prima del joven director chileno Diego Céspedes nos transporta al año 1982, a una zona minera desértica en el norte de Chile, durante la epidemia de SIDA. La historia gira en torno a una comunidad de mujeres travestidas que gestionan una casa de citas donde los mineros acuden por las noches en busca de diversión. Cada una de estas mujeres tiene el apodo de un animal, siendo Mamá Boa (Paula Dinamarca) la líder del grupo, y La Flamenco (Matías Catalán) su estrella principal, siempre ganadora de los concursos de talento artístico.

La narrativa se despliega desde la perspectiva de Lidia (Tamara Cortés), la hija adoptiva de La Flamenco, una niña de 11 años que observa la compleja realidad en la que viven. El eje central de la trama es la relación entre Flamenco y Yovani (Pedro Muñoz), un minero que interrumpe una de las actuaciones de Flamenco, desencadenando una serie de eventos que exploran el contraste entre el deseo nocturno y el rechazo diurno que enfrentan estas mujeres. En su intercambio, emergen reflexiones sobre el amor, el odio y la dificultad de establecer vínculos genuinos en un contexto de discriminación y violencia latente.

La película inicia con una potente escena donde Lidia es acosada por un grupo de niños. Las mujeres, encabezadas por Boa, no dudan en confrontar a los agresores, desplegando una solidaridad que revela el poder comunitario del grupo. La escena, que aborda supersticiones y mitos sobre la transmisión del SIDA —como la creencia de que se contagia a través de la mirada—, destaca por su potente simbolismo y crítica social.

A pesar de la constante amenaza de violencia y la sombra de la enfermedad, el filme también muestra momentos de calor humano y apoyo mutuo, especialmente en torno a la figura de Lidia, la única niña de la comunidad. Ejemplo de ello es el encuentro de Boa con Clemente (Luis Dubó), quien la acepta y consolida una relación afectiva, mostrando que aún en medio de la adversidad surgen pequeños milagros.

Por otro lado, la relación de Flamenco y Yovani se torna cada vez más violenta, dejando profundas secuelas en Lidia, cuya mirada infantil se ve atravesada por el dolor y el deseo de venganza. El manejo de las emociones es uno de los mayores aciertos de Céspedes, quien logra equilibrar el drama con momentos de sátira y música, aliviando la tensión sin perder el impacto emocional.

Aunque situada en la época de la epidemia de SIDA, la película resuena con una actualidad inquietante al reflejar las políticas contemporáneas que afectan a las personas trans en diversas partes del mundo.

Diego Céspedes demuestra su habilidad para abordar temas complejos con sensibilidad y rigor cinematográfico. Graduado de la Universidad de Chile, ya había destacado con sus cortometrajes ‘El verano del león eléctrico’ (Premio Cinéfondation en Cannes, 2018) y ‘Las criaturas que se derriten bajo el sol’ (Semana de la Crítica, Cannes, 2022). Con esta ópera prima, confirma su capacidad para conjugar una narrativa intensa con un estilo visual contundente, apoyado por la música de Florencia Di Concilio y la fotografía de Angello Faccini, que enriquecen la atmósfera con una estética cruda y poética.

Estrenada en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2025, ‘La Mirada del Flamenco’ se perfila como una de las propuestas más valientes y conmovedoras del cine chileno reciente.

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