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Festival de Cannes, From Dust by Michel van der Aa © doubleA Foundation

Festival de Cannes premia lo inmersivo

From Dust se lleva el galardón a la Mejor Obra Inmersiva.

 

El Festival de Cannes no solo es sinónimo de alfombra roja y cine de autor; también se está convirtiendo en un espacio para explorar nuevas formas de contar historias. Este año, en la segunda edición de su Competencia Inmersiva, el premio a la Mejor Obra Inmersiva fue para From Dust, una experiencia creada por Michel van der Aa que lleva al espectador a un viaje que rompe las fronteras del arte, la tecnología y la emoción.

El jurado, presidido por el cineasta francés Luc Jacquet (La marcha de los pingüinos), estuvo formado por un grupo bastante ecléctico: Laurie Anderson (leyenda del arte sonoro y multimedia), Tania de Montaigne (autora e intérprete francesa), Martha Fiennes (directora británica con mirada experimental) y Tetsuya Mizuguchi (el genio detrás de videojuegos como Rez y Tetris Effect). Juntos evaluaron una selección de obras que invitan al público a sumergirse, literalmente, en nuevos mundos donde la tecnología se convierte en vehículo de sensaciones y relatos.

La muestra se realizó en el icónico Hotel Carlton, transformado en una especie de cápsula del tiempo hacia el futuro del entretenimiento. Y la respuesta fue enorme: más de 5.000 personas reservaron su entrada para vivir estas experiencias, lo que deja claro que el arte inmersivo ya dejó de ser una curiosidad para volverse algo que despierta verdadero interés.

Este año se presentaron 16 obras de 9 países: 9 en competencia oficial, 2 fuera de competencia y 5 bajo un foco especial dedicado a Luxemburgo. Una muestra que va desde lo íntimo y poético hasta lo alucinante y sensorial.

Sobre el trabajo del jurado, Luc Jacquet comentó:

“Estamos viendo cómo nace una nueva forma de narrar. Le dicen ‘arte inmersivo’, pero el término se queda corto. Lo que vimos es tan variado y potente que todavía cuesta ponerle un nombre. Como jurado, tratamos de escuchar estas voces valientes y escoger una —y no fue fácil. Aun así, fue emocionante ser parte de algo que claramente está apenas empezando, pero que tiene mucho futuro”.

Por su parte, Elie Levasseur, cabeza del área inmersiva del Festival, destacó el potencial de este tipo de propuestas:

“La Competencia Inmersiva busca abrir un espacio para narrativas diferentes, donde el público ya no es solo espectador. Estas obras cambian la percepción y generan nuevas formas de interactuar con el arte. Esto no es solo tecnología: es una evolución en la forma de contar y sentir historias”.

Y Michel van der Aa, el gran ganador, lo resumió con alegría:

“Es un honor enorme estar nominado en este festival tan prestigioso… ¡y ganar lo hace aún más increíble! Realmente, ¡es de otro mundo!”

Cannes lo vuelve a hacer: no se queda en el pasado glorioso del cine, sino que también apuesta por lo que viene. Y si algo nos deja claro esta competencia inmersiva es que el futuro del arte va a ser cada vez más envolvente, sensorial y emocionante.

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