El controversial director de cine danés Lars Von Trier, cuya entrada al Festival de Cannes le estuvo prohibida por siete años por sus comentarios de corte racista, volvió en 2018 a hacer parte del festival con La Casa de Jack que participó fuera de concurso.
Admito que fui una de las que no se salió del teatro, asintiendo al triunfo del arte, ante la controversia creada después de su presentación. En esta cinta, como en muchas de sus anteriores, se debate a fondo el duelo entre lo artístico con lo perverso, que debe tomar niveles inauditos en la propia mente del director.
Siguiendo su conocido patrón de chocar a la audiencia con escenas controversiales, de gran humor negro, y de gran cinismo, las trata al mismo tiempo con el mas alto nivel de estética y precisión haciéndolas tan repulsivas como atractivas.
Von Trier presenta un retrato de Jack como un asesino en serie que, desafiando a las autoridades que lo persiguen, asume cada vez mayores riesgos. Su mente funciona con esquemas que poco se entienden, pero se justifica con argumentos de autocompasión, de artificios artísticos y filosóficos.
Jack es un arquitecto frustrado y su historia la va relatando él mismo, hablándole a otra persona que no se muestra en pantalla. Su propia capacidad de descripción y análisis desvergonzado de los crímenes que comete nos hacen estremecer.
A partir de cinco de sus crímenes, seleccionados al azar, va exponiendo y justificando su punto de vista, destapando sus crisis y sus demonios, siempre dentro de un contexto que tiene que ver con lo artístico.
Es por esto que la cinta se hace soportable a pesar de la rudeza de sus escenas explícitas, tremendamente crueles, tildadas de misoginia y misantropía, pero al mismo tiempo evocativas, acompañadas de piezas musicales selectas que, si no las miramos con detención en el detalle, podrían convertirse en un perfecto abstracto.
Una de las escenas mas impactantes recrea La Divina Comedia de Dante y el descenso al infierno como alegoría al recorrido de Jack y tal vez al suyo propio, porque ésta parece ser su obra mas personal.
En el rol protagónico se encuentra Matt Dillon quien se ha ganado todos los aplausos por esta difícil interpretación. También se encuentran en e reparto Uma Thurman, Riley Keough, Bruno Ganz, Siobhan Fallon y Sofie Gråbøl .
La cinta hace referencias a varias de sus producciones anteriores como Europa (1991), Bailarina en la oscuridad (2000), Anticristo (2009) y Melncolía (2011), con los mismos trazos de cinismo, descaro y perversión.