Test Pattern es el debut de la directora Shatara Michelle Ford, quien también escribió el guion. La historia, que comprende temas de abuso sexual, salud pública y justicia social, nos inmiscuye en todas las áreas que se contemplan en los casos de violación, que tanto afectan no solo a la sociedad americana sino al mundo en general.
Con extremo realismo y con toques de thriller psicológico, la cinta se centra en una pareja interracial en Austin, Texas. Ella, Renesha (Brittany S. Hall), es afroamericana, y él, Evan (Will Brill), es de raza blanca.
Después de un curioso y seductor encuentro inicial, la relación empieza a tomar rumbo propio, y muy pronto vemos que ya están viviendo juntos. Ella es una ejecutiva con alto grado universitario, que sale a diario a un trabajo que no le merece mucha importancia, y él es un artista que hace tatuajes y permanece en casa.
Hay una interesante inversión de “roles tradicionales”, y el desarrollo de los caracteres se produce de manera fluida, siempre sentando una duda y algo de tensión con respecto a qué es lo que va a dejar de funcionar.
Pero la relación progresa, y la atracción entre los dos permanece viva. Hay una interesante manera de mostrar los detalles que la hacen marchar, que se da mas por insinuación que por representación, y nos sorprende con ciertos detalles, como cuando nos encontramos con el inmenso tatuaje de Renesha que lo dice todo.
Sin embargo, la situación cambia y la relación se pone a prueba una noche en que Rashida decide salir con su amiga Amber (Gail Bean), y sufre un incidente típico de acoso sexual que termina en violación.
De ahí en adelante el filme se centra en la insistencia de Evan en comprobar los hechos, como si con ello pudiese recuperar el poder que de repente ha perdido sobre su cuerpo, a pesar de la insistencia de ella en volver a casa.
Vemos a los dos luchando contra el sistema burocrático que se impone a través de los centros de salud. La única manera de comprobar la violación es a través de un kit especial, que solo puede ser suministrado por personal especializado, el cual no está disponible sino en pocas locaciones. Por eso el trayecto se convierte en teatro del absurdo.
A pesar de lo difícil que resultan tales situaciones para las víctimas y sus familiares, el sistema no presenta la ayuda o el soporte necesario, ni a nivel medico, ni legal. El proceso se puede volver tan engorroso, que el implicado no solo se siente peor, sino que prefiere renunciar al no visualizar espacio apropiado para que se haga justicia.
Esta cinta, como varias otras del momento como Promising Young Woman o la serie I May Destroy You, ponen de manifiesto los efectos de la sociedad patriarcal, que no reconoce lo que es el consentimiento, y por ende justifica comportamientos que trivializan el acto de violación.
Test Pattern ganó premios en el BlackStar y el New Orleans Film Festival y se presenta en vivo en Coral Gables Art Cinema de marzo 12-18 y virtual a través de Kino Lorber’s virtual cinema
https://www.gablescinema.com/events/test-pattern/