Hacia fin de la década de los 60 la ciudad de Stavanger en Noruega se encuentra en crisis. La pesca, primer producto de la región está en decadencia, y muchas de las especies se encuentran en vías de extinción. Las compañías petroleras que han explorado el Mar del Norte están por desmontar operaciones y retirarse después de años de exploración sin resultados positivos.
Sin embargo, Phillips Petroleum decide intentar un último pozo, y la noche antes de navidad en 1969 se produce el milagro. Es así como una avalancha de cambios se desata en la población. Pero los cambios no son fáciles cuando se trata de un pueblo con costumbres tan conservadoras, que una madre es capaz de dejar su hija en la calle por haber tenido un embarazo fuera del vínculo matrimonial.
Con una mezcla de ficción y realidad, la serie nos inmiscuye, a través de cuatro personajes, en la idiosincrasia del pueblo. El efecto de la llegada de los americanos, tanto desde el punto de vista económico como social y político se hace evidente. A nivel psicológico el cambio los afecta a todos, ya sea directa o tangencialmente, y el pueblo nunca será igual.
Para una población básicamente pesquera, rural y religiosa, que funciona dentro de un país con principios socialistas, la entrada del sistema americano hace cuestionar aspectos como la seguridad social, la condición de la mujer, la inmigración, y la moral.
A pesar de que la historia es muy local, el tema es lo suficientemente universal para llegar a cualquier tipo de espectador. El desarrollo de los personajes es inteligente y bien logrado por parte de los cuatro protagonistas que en ningún momento resultan inverosímiles.
Toril Torstensen (Malene Wadel) es la joven que trabaja en la empresa pesquera manejada por los Nyman, una de las familias mas acomodadas del pueblo. Anna Hellevik (Anne Regine Ellingsæter) es la hija de una familia campesina que se enamora de Christian Nyman (Amund Harboe), el supuesto heredero de la compañía, y se convierte en la secretaria inteligente que todo lo capta, pero por ser mujer sólo puede actuar detrás de bambalinas; y Jonathan Kay (Bart Edwards) es el americano que llega para alterarlo todo, mas allá del negocio del petróleo y de lo que él mismo se propone.
La ambientación de los años 60 nos hace recordar la serie Mad Men, con los carros, la vestimenta, y la música, uno de los grandes aciertos de State of Happiness. Dirigida por Pål Jackman y Petter Næss, la serie consta de ocho episodios que cubren de 1969 a 1972, y se presenta a partir de Mayo 21, 2020 en Topic, el servicio de streaming de First Look Media.
State of Happines, cuyo nombre original es Lykkeland, fue la ganadora del Mejor Guion y Mejor Música en la sección Cannes International Series del Festival de Cannes. Fue merecedora además de cinco premios en los Golden Screen de Noruega.