El Hombre de las mil caras – Un drama político tan actual como en su momento
Traducido al inglés como Smoke and Mirrors, El Hombre de las Mil Caras es uno de los thrillers mas entretenidos que ha presentado el Miami Film Festival. Participa en dos categorías, Knight Competition y HBO Ibero American Competition.
Jugando entre ficción y realidad, constituye un retrato perfecto de lo que es un empresario dedicado al tráfico de armas, a la estafa y a hacer todo lo necesario para triunfar en ese mundo donde el poder y el dinero lo dominan todo.
La película está dirigida por Alberto Rodríguez, conocido por La isla mínima (2014) y cuenta con las actuaciones de Eduard Fernández, José Coronado, Carlos Santos, Marta Etura y Emilio Gutiérrez Cana. Se hizo acreedora de Premios Goya en las categorías de Mejor Guión Adaptado y Mejor Actor Revelación.
Está basada en el libro Paesa, el espía de las mil caras de Manuel Cerdán, y se centra en el capítulo que trata la relación entre el agente secreto español Francisco Paesa y Luis Roldán, quien fue director general de la Guardia Civil.
La historia se desarrolla en los años noventa cuando Paesa manejó una de las operaciones mas exitosas contra la ETA, pero se vio obligado a salir del país por un caso de extorsión. Luis Roldan lo visita en compañía de su esposa y le ofrecen un millón de dólares por participar en la recuperación de los mil quinientos millones de pesetas que han sido sustraídas del erario público.
La mentira predomina entre estos personajes sin escrúpulos; es casi una protagonista que confunde al espectador, y nos deja pensando cómo hoy día andamos tan confundidos con la información como en esos momentos.
Encontrar la verdad resulta muy difícil cuando se trata de mentirosos, y es por eso que irónicamente las partes de ficción resultan ser lo mas cercano a la realidad, porque ésta resulta tan absurda que simula un borroso reflejo en los espejos a que hace alusión el título en inglés.
El hombre de las mil caras es un thriller psicológico que nos mantiene en tensión permanente gracias a las excelentes actuaciones y a la música. El director no acude a los elementos tradicionales que constituyen las películas de espías, y podría considerarse como un género nuevo que nos permite ver la farsa de otra manera y evaluar la información contemplando los difusos limites entre la verdad y la mentira.