De acuerdo con un artículo de BBC Mundo, una investigación arrojó como resultado que en nueve países la religión está por extinguirse, ya que se registró un aumento constante en el número de personas que afirman no tener fe alguna.El modelo matemático utilizado por los científicos tuvo en cuenta la relación entre la cifra de entrevistados que eran religiosos y sus motivaciones sociales. El resultado, difundido durante la reunión de la Sociedad Estadounidense de Física en Dallas, Estados Unidos, indica que la religión va a morir por completo en los países en los que se consultó sobre la afiliación religiosa, estos son: Australia, Austria, Canadá, la República Checa, Finlandia, Irlanda, Países Bajos, Nueva Zelanda y Suiza.
En el artículo «Por qué religión…» publicado en Letra Urbana, Mauricio Santín Iriarte nos presenta una mirada interesante sobre la manera en que religión y tradición se entretejen en nuestras vidas, incidiendo en temas tan complejos como el narcisismo, la culpa, el sacrificio y la deuda; y propone que, tanto en la visión cristiana como indígena, lo que está en juego es la búsqueda del individuo por ser aceptado.Para Iriarte, es en la necesidad de disminuir la angustia, la carencia, la indefensión – en resumidas cuentas nuestra falta-, que el hombre ve en la religión «una salida, una esquiva, una poco valiente aunque por lo mismo le sirve, pues le es afín, se identifica, se la crea y se la apropia, no sin culpa, aunque va a ser ésta su origen y su objeto».Lea el art. completo de Mauricio Santín Iriarte, «Por qué religión…», aquí.
En el artículo «Por qué religión…» publicado en Letra Urbana, Mauricio Santín Iriarte nos presenta una mirada interesante sobre la manera en que religión y tradición se entretejen en nuestras vidas, incidiendo en temas tan complejos como el narcisismo, la culpa, el sacrificio y la deuda; y propone que, tanto en la visión cristiana como indígena, lo que está en juego es la búsqueda del individuo por ser aceptado.Para Iriarte, es en la necesidad de disminuir la angustia, la carencia, la indefensión – en resumidas cuentas nuestra falta-, que el hombre ve en la religión «una salida, una esquiva, una poco valiente aunque por lo mismo le sirve, pues le es afín, se identifica, se la crea y se la apropia, no sin culpa, aunque va a ser ésta su origen y su objeto».Lea el art. completo de Mauricio Santín Iriarte, «Por qué religión…», aquí.