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Imaginemos un futuro muy lejano, ahora tomemos un ascensor hasta una estación espacial improvisada. Mirando hacia la tierra, se nos presenta un problema: la tierra está enferma. Luego, se nos asignara un papel que desempeñar (médico, maestro) y nos asignan la tarea de desentrañar los problemas del mundo. Así empieza el recorrido por el nuevo Museo del Futuro de la ciudad de Dubái.
La experiencia debe ser deslumbrante y acorde con lo que se quiere mostrar y eso convirtió al simple acto de entregar las invitaciones para la gran inauguración, en un espectáculo impactantante. Haciendo uso de la tecnología se convocó a quien podemos considerar el Iron Man de la vida real, Richard Browning, inventor británico del ‘Jet Suit’. El hombre que desafía la gravedad fue visto en Dubái, realizando espectaculares acrobacias aéreas mientras regalaba al público entradas exclusivas para celebrar la inauguración del Museo del Futuro, que abrió sus puertas el último martes del mes de febrero, 22-2-22. El inventor, que posee el Guinness World Récord del vuelo más rápido en un traje jet controlado por el cuerpo, que viajó a velocidades de 85 mph (135 km/h) en noviembre de 2019, brindó una visión del futuro a una multitud que se emocionó al verlo volando en Dubái.
Según Brendan McGetrick, director creativo del museo, brindar ese tipo de experiencia inmersiva es exactamente lo que hace que la institución sea única. Y agregó: “Cuando comenzamos con las exposiciones temporales en la Cumbre Mundial del Gobierno, en Dubái, en 2019, sentimos entonces, como ahora, que la crisis más urgente que debemos enfrentar es la crisis de la imaginación”.
“El futuro pertenece a quienes pueden imaginarlo, diseñarlo y ejecutarlo. No es algo que esperas, sino que creas”, dice una de las citas que se encuentran en la fachada del museo.
McGetrick dijo que espera que la gente se dé cuenta de que el museo en última instancia busca resolver “los desafíos y las imperfecciones del presente e imaginar formas en que estos problemas podrían proporcionar la inspiración y la materia prima para un futuro mejor”.
Parte de la propuesta es un viaje en el tiempo que abre una puerta de entrada al mundo dentro de 50 años. Así se cristaliza una visión de la propia transformación de los Emiratos, pasando de un remanso petrolero a un eje global alimentado por la riqueza del petróleo y del gas.
“Era un requisito imperativo desarrollarnos tan rápidamente porque necesitábamos alcanzar al resto del mundo”, dijo Sarah Al-Amiri, Ministra de Estado de los Emiratos para Tecnología Avanzada y directora de la Agencia Espacial del país. “Antes de 1971, (no teníamos) educación básica, red eléctrica, etc.”
El Museo del Futuro proyecta las ambiciones de Dubái y su deseo de ser considerada una ciudad moderna e inclusiva, pese a un sistema político basado en un gobierno hereditario y límites severos sobre todo tipo de expresión. La sede es el más reciente de una serie de logros en Dubái, que es el primer país en el Oriente Medio en albergar la Feria Mundial.
El año pasado, los Emiratos Árabes Unidos anunciaron que se sumarán a la creciente lista de naciones que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, alejándose, al menos a nivel nacional, de los combustibles fósiles que aún impulsan el crecimiento, el poder y la influencia de la Península Arábiga.
Sin embargo, el foco del museo en un futuro sostenible coloca en primer plano las tensiones entre los esfuerzos de los estados del Golfo para seguir con la extracción de crudo y gas, y las promesas globales para reducir las emisiones de carbono, incluyendo la de los Emiratos de alcanzar cero emisión para el 2050. De este modo se deja ver cómo el desarrollo histórico contribuirá a una mejor humanidad y una economía global más fuerte, demostrando que las soluciones de próxima generación, que incorporan desde inteligencia artificial hasta realidad aumentada, pueden mejorar nuestras vidas.
El Museo del Futuro proyecta las ambiciones de Dubái y su deseo de ser considerada una ciudad moderna e inclusiva, pese a un sistema político basado en un gobierno hereditario y límites severos sobre todo tipo de expresión.
Los visitantes tendrán la oportunidad de interactuar con esta tecnología revolucionaria. Cada piso del museo está diseñado como un plató de cine expansivo e interactivo, que cobra vida gracias a narradores expertos, tecnólogos y artistas visionarios. Los temas enfocados incluyen el futuro de los viajes espaciales, la vida, el cambio climático y la ecología, la salud, el bienestar y la espiritualidad. Además de las innovaciones pioneras, también habrá talleres especiales y charlas con la participación de las mentes más brillantes del mundo.
Diseñado como un toroide asimétrico revestido de acero y vidrio, el Museo del Futuro ha sido reconocido por la National Geographic como uno de los catorce museos más bellos del mundo.
El edificio con forma de anillo es un diseño impresionante que carece totalmente de columnas de soporte, descansando en una red de vigas diagonales.
El llamativo exterior del museo está cubierto por ventanas labradas que se destacan gracias al uso artístico de la caligrafía árabe. Debido a la geometría compleja del edificio y la caligrafía fluida, cada panel por separado es único. Cada pieza fue prefabricada y producida individualmente, con numerosos prototipos diseñados y realizados antes de que se pudiera lograr una fórmula ganadora. Cada panel se compone de cuatro capas y siguió un complejo proceso, de dieciséis pasos, utilizando brazos robóticos automatizados. La precisión necesaria para crearlos arrojó como resultado que solo se podían producir varios paneles por día. El modelado paramétrico fue fundamental para determinar la posición final, el tamaño y las dimensiones de las letras árabes en cada sección para garantizar un equilibrio óptimo entre luz natural, solar, ganancia de calor y carga de aire acondicionado, sin comprometer la estética arquitectónica. La fachada es de acero inoxidable, consta de 1024 paneles, sobre una superficie de más de 17000 m2, y su instalación llevó un año y medio punto
El talentoso e innovador artista emiratí Mattar bin Lahej, es quien está detrás de las fuentes de caligrafía árabe que representan las poéticas palabras de Su Alteza Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y Gobernante de Dubái.
La sabiduría de las palabras de Sheikh Mohammed, combinadas con el enfoque artístico distintivo de bin Lahej, son un llamado a la juventud a ser ambiciosa en su búsqueda de futuros esfuerzos, sueños y aspiraciones.
Mattar bin Lahej fundó la primera galería dirigida por un artista, en los Emiratos Árabes Unidos. El estilo caligráfico característico se consolida luego de participar en una odisea experimental de autodescubrimiento, que lo llevó a comprender tanto la identidad propia como la nacional. “El Museo del Futuro es una obra de arquitectura maestra y un ícono excepcional que enriquece el arte urbano en Dubái. La caligrafía árabe es un arte que vincula nuestra historia con nuestro futuro”, dice el artista.
“El futuro pertenece a quienes pueden imaginarlo, diseñarlo y ejecutarlo. No es algo que esperas, sino que creas”, dice una de las citas que se encuentran en la fachada del museo.
El estudio de arquitectura Killa Design, en colaboración la consultora de ingeniería Buro Happold, son los responsables del diseño y han conseguido crear «el edificio más aerodinámico del mundo, sin esquinas afiladas en su estructura exterior». Se eleva hasta una altura de setenta y siete metros y se construyó usando el modelo paramétrico, una tecnología tridimensional basada en una avanzada técnica que funciona mediante la introducción de datos y parámetros del edificio a diseñar.
La compañía dice que el edificio, que da a la calle principal de Dubái, ha alcanzado el estatus LEED Platino, una calificación mundial reservada para los diseños ambientales y de mayor eficiencia energética del mundo.
La sabiduría de las palabras de Sheikh Mohammed, combinadas con el enfoque artístico distintivo de bin Lahej, son un llamado a la juventud a ser ambiciosa en su búsqueda de futuros esfuerzos, sueños y aspiraciones.
El futuro imaginado del museo también encierra el pasado del islam, incluyendo una muestra de los planetas del sistema solar mapeados por astrolabios, los complejos dispositivos refinados por musulmanes durante la Edad de Oro del islam, que ayudaban en la navegación, la medida del tiempo y el mapeo celestial.
A pesar de las pantallas y otras experiencias digitales que se encuentran en las instalaciones, el museo invita a los visitantes a reconectarse con sus sentidos y desconectarse de sus celulares. También alienta a pensar sobre la salud y la biodiversidad del planeta, en una ciudad que celebra el consumismo y el lujo.
Las huellas árabes fluyen en todo el museo, incluyendo un espacio de meditación que es parte de una experiencia sensorial más vasta guiada por vibración, luz y agua, los tres elementos formaron las bases de la vida para las tribus en la Península Arábiga.
Según el arquitecto Killa, siguiendo la idea inicial del cliente, diseñó una estética para el MOF qué simboliza la visión del futuro de Dubái y consta de tres elementos principales: la colina, la estructura y el vacío. El edificio en forma topológica de toro es un anillo alrededor de un vacío, diseñado para representar el conocimiento futuro que aún no se ha revelado.
El Museo del Futuro en Dubái es una de las últimas maravillas tecnológicas y arquitectónicas de los EAU a la vez que personifica la diversidad del país, porque tiene un ecosistema natural, que cuenta con una amplia gama de flora local, fauna, vida silvestre terrestre y marina.
A primera vista, no pasa desapercibida la enorme meseta verde sobre la que se soporta el edificio. Y, en una inspección más cercana, el público descubre que la colina es un jardín resplandeciente, con no menos de cien especies de árboles y plantas que reflejan la diversidad natural, que es una parte integral del patrimonio de los EAU.
El paisajismo del MOF fue minuciosamente planificado para albergar resistentes especies de plantas nativas que pueden adaptarse al clima desértico. El jardín alberga árboles ghaf, sidr, palmeras y acacias, y está equipado con un sistema de riego inteligente, a la vez que sustenta a las poblaciones de abejas y aves.
El particular entorno en el que se enclava el edificio fueron un reto para las técnicas tradicionales de paisajismo. En el verano de Dubái las temperaturas llegan cerca de los 50 °C y debido al promedio de precipitaciones anuales, el riego fue una de las principales consideraciones para la meseta.
Los visitantes del Museo del Futuro son conducidos por una guía de inteligencia artificial llamada Aya, quien los invita a experimentar un futuro con taxis voladores, parques eólicos y un mundo impulsado por una estructura masiva que orbita la Tierra, que aprovecha la energía del sol y la envía a la luna. El llamado Proyecto Sol imagina la luna cubierta por innumerables paneles solares que dirigen esa energía hacia los nódulos de la Tierra, donde la humanidad prospera y la biodiversidad incluye especies de plantas innovadoras resistentes al fuego.
El MOF qué simboliza la visión del futuro de Dubái y consta de tres elementos principales: la colina, la estructura y el vacío. El edificio en forma topológica de toro es un anillo alrededor de un vacío, diseñado para representar el conocimiento futuro que aún no se ha revelado.
Una impresionante pieza central del museo es un espacio de espejos oscuros iluminado por columnas de diminutos cilindros de vidrio con el ADN ilusorio de animales y especies que se han extinguido; incluyendo el oso polar cuyo hábitat ártico es amenazado por el calentamiento global. En este futuro de ensueño, la salud del planeta es monitoreada como los signos vitales de una persona.
El edificio pronostica que el proyecto de energía colectiva de la humanidad esté dirigido por una estación espacial llamada OSS Hope, la misma palabra en árabe que los Emiratos usaron para su misión de recolección de datos de la atmósfera de Marte. El año pasado, los EAU se convirtieron en el primer país árabe en lanzar una misión interplanetaria en funcionamiento.
El museo se basa en años de exposiciones inmersivas enfocadas en el futuro, que fueron creadas para la Cumbre del Gobierno Mundial, una plataforma global que se celebra anualmente en Dubái.
El Museo del Futuro, no es solo un edificio, en realidad es un fondo de inversión, una Universidad y un laboratorio al mismo tiempo. Una institución donde los jóvenes con talento pueden encontrar apoyo y financiación para perseguir sus ideas más locas en ciencia y tecnología.
Lo que estamos viendo es una hoja de ruta para el futuro de Dubái y los Emiratos Árabes Unidos, a través de la cual todos los sectores vitales podrán beneficiarse de las futuras oportunidades económicas, científicas y humanitarias. Además, será un importante laboratorio para las entidades gubernamentales y no gubernamentales de Dubái, así como una fábrica de ideas.
Su principal objetivo es liderar el movimiento del conocimiento como centro de las últimas innovaciones científicas y tecnológicas avanzadas, así como crear una red de asociaciones con las principales instituciones y centros científicos y de investigación del mundo para acoger y promover diálogos en profundidad sobre las tendencias del futuro.
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