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En una nota reciente del New York Times se informa sobre una nueva especie del reino vegetal que está en peligro de extinción. Se trata de un árbol, el baobab, una especie muy arraigada en Senegal y muy apreciada por su población, ya que llega a vivir cientos de años en muchos de los casos.
La causa de dicha amenaza es fundamentalmente el cambio climático, algo que sucede demasiado seguido desde ya hace muchos años.
Lo que la nota no informa es la conexión que muchos pueden haber hecho con una lectura de otros tiempos, una conexión que nos puede emparentar con una amplia generación de lectores en el mundo occidental. Me refiero a El principito, de Antoine de Saint-Exupery, el cual habla de los baobabs en el capítulo 5:
“- Antes de crecer, los baobabs comienzan siendo pequeños.
– Es verdad! ¿Pero por qué quieres que tus corderos coman los pequeños baobabs?
Me respondió: «Bueno! ¡Vamos!» como si fuera algo evidente. Y necesité un gran esfuerzo mental para comprender por mí mismo el problema.
En el pequeño planeta del Principito, los baobabs eran vistos por él como una amenaza ya que podían hacerlo estallar, extendiendo sus ramas por todos lados.
En el pequeño planeta del Principito, los baobabs eran vistos por él como una amenaza ya que podían hacerlo estallar, extendiendo sus ramas por todos lados.
Interesante la paradoja, ¿verdad? Hoy son los baobabs junto con tantas otras especies del reino vegetal y animal los que están amenazados.
Hoy son muchísimas otras vidas las que están amenazadas por diferentes razones en este mundo tan caótico y tan lleno de injusticias en el que vivimos. La hambruna generalizada en diferentes zonas del planeta, la persecución indiscriminada de miles de personas por diferencias de raza, religión, o género, la dramática cantidad de guerras innecesarias que conllevan infinidad de muertes y de refugiados.
Hay una frase del famoso principito que llenó posters y tarjetas alrededor del mundo entero: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Su veracidad sigue asombrándonos hasta el día de hoy. Sin embargo, podríamos agregar que es esencial que nos atrevamos a ver tantas injusticias y calamidades que no son nada invisibles, y que si no las vemos es tal vez porque no las queremos ver.
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Un comentario
Gracias Alejandra por tu reflexión tan esencial…tan esencial como El Principito y La Principita…
Mariam Tamborenea