Nacido en Homestead, Florida, en 1976, Jason Aponte fue criado en una base de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Varias generaciones de su familia sirvieron en el ejército, pero él siguió un camino diferente. Desde temprano mostró talento e interés por las artes visuales. De niño siempre mantuvo un cuaderno de bocetos al alcance de su mano, hábito que aún mantiene. Obtuvo una licenciatura en Ilustración en el Ringling College of Art and Design de Sarasota (2002), graduándose con honores. Luego se mudó a Boston donde perfeccionó su pintura en los Vernon Street Studios, de Somerville. En 2009 regresó a Miami y actualmente trabaja en su estudio del Bakehouse Art Complex. Aponte ha participado en numerosas exposiciones en Estados Unidos. Entre los reconocimientos obtenidos se destaca el haber recibido una beca del National Endowment of the Arts en el 2016.
Su obra podrá ser vista en el 8th Annual Paint Me Juried Painting Competition 2019, auspiciado por la Ciudad de Miami y el Arts + Entertainment Council, que se presenta en el Bakehouse Art Complex en agosto, 2019.
¿Cómo te convertiste en artista?
Fui artista desde el principio. De niño jugaba con témperas, acuarelas y pasteles, me sentaba y dibujaba en hojas de papel. Recuerdo pintar con témpera las paredes interiores de la casa del perro. ¡Fue como mi Última Cena! Era un gran mural con caballos, volcanes y arcoíris. Me esforzaba mucho. ¡Tenía ocho años y estaba realmente entusiasmado!
Mis pinturas tenían mucho vidrio. Estaba interesado en lo que aparecía reflejado el cristal. Me di cuenta de que pasaban muchas cosas en esos reflejos.
Empecé a copiar cómics. Mi primo también estaba involucrado con el arte, así que nos alimentamos mutuamente. Tenía una especie de influencia en la familia. Mi abuela diseñaba ropa. No tuve oportunidad de conocer mucho sobre su experiencia porque desarrolló Alzheimer, pero recuerdo jugar en su estudio lleno de patrones y ver lo que hacía.
Mi madre quería ir a la escuela de arte antes de que yo naciera, pero no pudo hacerlo. Ella siempre me motivó. Recuerdo que obtuve mi primer set de pintura al óleo cuando tenía trece años. Pinté lobos en la puerta de mi habitación y escenas imaginarias.
¿Qué tipo de entrenamiento formal has recibido?
Cursé estudios en el Miami Dade Community College , hoy Miami Dade College, donde recibí un título de asociado en arte y educación artística. Luego asistí al Ringling College of Art and Design, en Sarasota, donde me gradué con un BFA en ilustración. Al terminar decidí que ilustración no era lo que quería hacer, me fui más hacia las bellas artes. En la universidad aprendí sobre los métodos tradicionales de pintura y dibujo. Laborar en el campo de la ilustración significaba trabajar con un director de arte, siguiendo pautas impuestas. Yo tenía muchas ideas y quería desarrollar mi propia voz así que decidí ser artista en lugar de ilustrador.
Tienes un estudio en el Bakehouse Art Complex de Miami. ¿Cómo llegaste allí?
Después de graduarme de Ringling me mudé a Boston y compartí un estudio en The Vernon Street Studios con otro artista. Lo pasé muy bien trabajando allá, desarrollando mi oficio. Entonces llegó el momento de regresar. Estaba casado y ambos queríamos volver a Miami. Encontré un estudio en Art South, en Homestead, en el medio de la nada. Estaba muy aislado, no tenía conexiones. Sabía sobre el Bakehouse así que apliqué y entré. Dejé Art South y me mudé al Bakehouse en 2011-2012. He estado aquí desde entonces.
¿Cuáles han sido las etapas de tu trabajo pictórico?
En Boston desarrollé una serie que trataba sobre personas con un enfoque voyerista. Traté de representar personas en cafeterías y restaurantes, mirándolas a través de las ventanas. Mis pinturas tenían mucho vidrio. Estaba interesado en lo que aparecía reflejado el cristal. Me di cuenta de que pasaban muchas cosas en esos reflejos. Un mes después de comenzar la serie encontré un oso de peluche en una de las pinturas. No tenía la intención de pintarlo. Simplemente apareció dentro del cuadro, hecho en una forma abstracta con manchas de color. Me dije a mí mismo: «¡Guau! ¡Pinté esta cosa que ni siquiera sabía que existía!». Comencé a incluir mis propias imágenes en el reflejo. Empecé a preguntarme: ¿Cuál sería la cosa más impactante que podría ocultar? Pensé: ¡pornografía! No lo haría por mi cuenta, es decir, no pintaría imágenes pornográficas, pero ponerlas en lugares inesperados o difíciles de ver no solo fue intrigante, sino que además tuvo mucho éxito. Desarrollé una serie completa. La gente estaba muy interesada, no tanto en las escenas pornográficas sino más bien en el proceso de descubrimiento. Fue divertido ver las reacciones de las personas, ver sus caras cambiar por completo. Esta fue la génesis del trabajo que estoy haciendo ahora.
Por otra parte, desarrollé otros intereses que condujeron a la serie Fantasía. Me inspiraron las viejas películas que me llenaban de nostalgia y las mezclé con reflexiones y aspectos de mi propia realidad.
La gente estaba muy interesada, no tanto en las escenas pornográficas sino más bien en el proceso de descubrimiento.
Actualmente estoy trabajando en una serie que se centra en la migración. Algunas personas se ven obligadas a emigrar debido a razones políticas, otras debido a desastres naturales. De cualquier manera, tienen que abandonar sus hogares y encontrar nuevos lugares para vivir, temporal o permanentemente. Pinto escenas que aluden a la idea de migración o de desplazamiento en entornos benignos, como una fiesta de cumpleaños o un restaurante. Todas las cosas son cíclicas. Cualquier tipo de devastación da vuelta tu vida. Finalmente, alcanzas la normalidad. En mi caso fui afectado por el huracán Andrew, en 1992. Tanto mi casa como mi escuela secundaria tuvieron que ser reconstruidas. Tuve que mudarme a Hialeah y a Miami Lakes por un tiempo. Sé lo que significa dejar todo atrás. El noventa por ciento de la gente no regresó. Vivía en la Base de la Fuerza Aérea de Homestead que fue completamente arrasada. Fue una experiencia que me marcó profundamente.
En los trabajos más recientes hay una atmósfera de ensueño.
Sí, últimamente me han inspirado los sueños y las pesadillas. Los sueños son una gran parte de mi personalidad. No son cosas que discuto comúnmente. Son muy vívidos, casi alucinaciones. Me despierto y veo lo que estaba soñando. Tengo que lidiar con esta incómoda situación. En mis pinturas trato de crear imágenes basadas en esta experiencia. A veces aparecen algunas imágenes interesantes, unas son aterradoras y otras muy poderosas. Es muy surrealista.
El aspecto formal de las pinturas está estrechamente relacionado con su contenido.
Eso es correcto. Me encanta trabajar piezas pequeñas e íntimas, especialmente cuando represento paisajes oníricos. Las obras de la serie Reflejos son mucho más grandes, casi de tamaño natural, por lo que los espectadores pueden verse atraídos por las imágenes. El falso reflejo es muy importante.
En cuanto a la técnica, trabajo al óleo sobre madera o lienzo. La madera es restrictiva en términos de tamaño porque es bastante sólida. También me gusta experimentar con acuarela y gouache (una acuarela opaca). Me divierto jugando. Estoy interesado en lo que es falso dentro del reflejo. La forma como surgen y se combinan las imágenes puede convertirse en un desafío.
Hay un claro contraste entre crecer en una zona rural como Homestead y vivir en una ciudad como Miami. ¿Qué nos puedes contar sobre esto?
Nací y crecí en una casa en medio de campos de maíz, ese ambiente alimentó mi creatividad. Solía jugar en el campo. Inventaba aventuras en las que me encontraba con seres extraterrestres. Algunos de mis sueños actuales tienen que ver con ese espacio. Muchos de ellos tienen lugar en esa vieja casa.
La ciudad donde vivo ahora me impacta sobre manera, bombardea mis sentidos. Mientras vivía en Homestead tenía mucho tiempo para pensar. Me sentaba en mi habitación, en el patio trasero, en el techo … Pasé mucho tiempo en mi techo, eso no es algo que haces en Miami. En Homestead estaba más cerca del suelo físicamente, pero al mismo tiempo estar en campo abierto me daba alas para volar y soñar. Vivir allí me influyó mucho como artista.
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Un comentario
Gracias a Francine Birbragher-Rozencwaig por destacar la obra de Jason Aponte. Aunque he visto muchas de las obras de Jason en persona en su estudio del Bakehouse, siempre es un placer conocer las influencias del artista.