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04

La filiación y el cuerpo en la era del genoma

Como lo ha observado James Watson, las pruebas y las terapias génicas han cambiado por completo la medicina reproductiva. En los últimos tiempos la familia y el cuerpo han tomado un renovado protagonismo en la historia. Es así como «doctores y biólogos en el mundo entero que ofrecen estas nuevas técnicas a las parejas infértiles, son conocedores de que ellos son considerados como artífices de una clara alteración de las tradiciones y que el caso de la donación de gametos cambia radicalmente el concepto de la familia legítima». [3]

Como lo ha observado James Watson, las pruebas y las terapias génicas han cambiado por completo la medicina reproductiva. En los últimos tiempos la familia y el cuerpo han tomado un renovado protagonismo en la historia. Es así como «doctores y biólogos en el mundo entero que ofrecen estas nuevas técnicas a las parejas infértiles, son conocedores de que ellos son considerados como artífices de una clara alteración de las tradiciones y que el caso de la donación de gametos cambia radicalmente el concepto de la familia legítima». [1]

Es por eso que el Psicoanálisis se ve convocado a considerar esta actualidad que nos atraviesa con la responsabilidad de dar una respuesta a la altura de la época [4], que nos de los elementos para intervenir allí, considerando el lugar del niño en estas nuevas presentaciones familiares. Hablar de las nuevas configuraciones familiares nos lleva a hablar de la época. Las nuevas alianzas toman forma de acontecimiento de cuerpo.

…no reconocer las limitaciones con el afán de conseguir la mejora genética que implica multitud de temas éticos. Y traen aparejado el riesgo de producir «hijos de diseño», facilitando que los hombres del futuro queden sometidos a los planificadores del pasado.

Por un lado, tenemos el síntoma como modo de expresión de un malestar, como respuesta a un real. Como lo que se inscribe en el campo del Otro, que hace a la forma, a lo que varía, está de moda o pasa de moda.

Por otro lado, tenemos el síntoma como lo que acontece al cuerpo, lo toca. Esto lo leemos del lado del Uno, desde lo singular, porque refiere a lo contingente para el parlêtre. Y del lado de lo que no varía, lo fijo. Lo que hace al goce.

Si bien al hablar de familia estamos aludiendo a un fenómeno general, no es sin la creencia en la contingencia de los síntomas particulares y en el caso por caso, ya que los protagonistas de estas formas familiares son sujetos que se aparejan o no según su particular historia.

Allí, en esa hiancia entre lo universal y lo singular, en ese margen de fuga de sentido, se puede escribir la familia que tomará distintas formas según la época y sus ofrecimientos, como respuesta a lo imposible de escribir: la relación sexual.
La familia alberga el entrecruzamiento de goces, goces del Uno y del Otro, que no se recubren en un todo, dejan resto.
En una época en que la imagen y la virtualidad ocupan el espacio de las relaciones, parece ser que la familia no sólo no transmite tradiciones, sino que con ellas o sin ellas, transmite un modo de gozar.
Ya en 1969 el psicoanalista francés Jacques Lacan refiere a la función que sostiene la familia conyugal y resalta lo irreductible de una transmisión.

En la actualidad, la ciencia intenta cerrar la brecha del enigma intergénico para develar «todos» los secretos del mapa genético. Más allá de las firmes esperanzas de que el progreso elimine la enfermedad con terapias génicas, está el sueño de elegir bebés adecuados. No sólo mediante selección de sexo sino mediante la selección de donantes para perfeccionar la descendencia, así como la clonación reproductiva por transferencia nuclear para estos fines. Sin embargo, no reconocer las limitaciones con el afán de conseguir la mejora genética que implica multitud de temas éticos. Y traen aparejado el riesgo de producir «hijos de diseño», facilitando que los hombres del futuro queden sometidos a los planificadores del pasado.

Desde el Psicoanálisis sostenemos que el cuerpo no hace aparición en lo real sino como malentendido [5]. Porque la intromisión del lenguaje hace que no haya adecuación que cubra el «todo» de nuestras expectativas. La ciencia con sus descubrimientos nos dice no hay un genoma humano «normal», y nos orienta paradójicamente así en la imposibilidad de apresar estos descubrimientos con leyes universales. Todo genoma tiene mutaciones. No -todo puede ser previsto por la medicina y la sabiduría de los padres.

El descubrimiento del genoma humano obliga a la medicina a distintos niveles de lectura de la identidad sexual. Por lo tanto identificar la sexualidad con el sexo biológico trae ciertas complicaciones.

«No es posible proteger a las variedades -producto de la ingeniería- de las complejidades y peligros de la naturaleza, lo que se traduce en la probabilidad de crear un bebé genéticamente avanzado pero incapaz de adaptarse a un mundo imperfecto» [6]. Manipular estos descubrimientos en función de una desmedida ambición que hace un mal uso de los adelantos biológicos argumentando con fines políticos y segregativos, es el intento de quienes se desesperan por revelar lo que en cada momento representa el resto indescifrable, dominar y ser el misterio de la creación, poseer el verbo y la verdad. Privilegiando el programa genético como certero director.

Los cambios acontecidos últimamente nos muestran una transición que va del «sexo sin embarazo al embarazo sin sexo», «el turismo reproductivo», el pasaje para la ciencia «de la afirmación a la pregunta»: «madre ¿hay una sola? [7]»…

La posibilidad de ser madre aun sin tener una pareja, también es un indicador que marca en esta época, la fragilidad del lazo con el Otro, la tendencia a relaciones cada vez más autistas, en las cuales existe la posibilidad de tener un hijo sin el contacto sexual y/o amoroso, dando lugar a nuevas conformaciones familiares, y en consecuencia a nuevos modos de pensar la familia.

Actualmente los mismos descubrimientos, vuelven a la ciencia como un real que desordena el saber establecido. Es por eso que investigadores del mundo entero se ven convocados a responder con una intervención.

La secuenciación del genoma marcó un hito en la historia que abrió al reconocimiento de la diversidad, a la incidencia del medio, a la no-adecuación natural entre lo que del genotipo se expresa en el fenotipo.

Esto permite vislumbrar por un lado lo que la naturaleza y la ciencia marcan, y por otro el reduccionismo biológico que, aquellos que velando posturas políticas y económicas, hacen de ella, al argumentar por ejemplo que todo está en los genes.

El descubrimiento del genoma humano obliga a la medicina a distintos niveles de lectura de la identidad sexual. Por lo tanto identificar la sexualidad con el sexo biológico trae ciertas complicaciones. Porque, por ejemplo, no todos se identifican con lo que les es dado naturalmente, como en el caso de sexualidad reversa de la atleta María Patiño [8] a la que se le quitaron todas las medallas porque la lectura de su ADN daba hombre. Pero Patiño disiente con esta lectura, le da su sentido personal, y asumiendo una posición sexuada dice «Soy mujer».

Estos niveles nos muestran un desacuerdo entre la diferencia genética y la identidad sexual. Esto nos dice de una adecuación que no siempre se corresponde con un determinismo natural.

La persona es, entonces, un ser parlante sujetado al lenguaje por una ley que lo hace responsable de su deseo, ya sea para elegir una pareja, para consentir con su posición sexuada o para tener un hijo [9].

Por lo tanto con relación a la filiación de un niño, el psicoanálisis reconoce que existen distintas lecturas. Para la ley, en caso de una herencia, seguramente prevalecerá la lectura del ADN [10], al igual que en la posesión de tierras por parte de los indígenas – aunque años de trabajo y pertenencia marcan una identidad determinada no solamente por el ADN [11]. También prevalecerá este ordenador para determinar la filiación de hijos de desaparecidos, lo que tal vez dolorosamente no garantice que acepten ser hijos de su familia de origen.

Y sí por el ADN, se tendría la certeza del padre. Pero frente a este paisaje el Psicoanálisis sostiene que la carne toma vida humana con aquello que la lengua marca. Hacen falta más que células, más que copiado y manipulación de información genética. Hace falta lo que aviva ese cuerpo.
Los mismos descubrimientos científicos ponen en evidencia en los casos de ovodonación que no es sólo el ADN el que rige las leyes de paternidad /maternidad, ya que hay material genético tanto en el núcleo como en la célula mitocondrial. Parece que a ese nivel, la ciencia no podría seguir sosteniendo el «madre hay una sola, padre incierto es». Y sí por el ADN, se tendría la certeza del padre. Pero frente a este paisaje el Psicoanálisis sostiene que la carne toma vida humana con aquello que la lengua marca. Hacen falta más que células, más que copiado y manipulación de información genética. Hace falta lo que aviva ese cuerpo. Pues si bien no existen posibilidades que modificaciones adquiridas por el individuo fenotipicamente sean transmitidas en la herencia genética [12], lo que sí se transmite de generación en generación son las marcas de filiación del sujeto

El Psicoanálisis en su envés, señala un lugar vacío a ocupar por el progenitor y apunta a que no es un rol lo que da la filiación, ni sólo la determinación genética. Son las marcas que de esto y del deseo de ese hijo, lo hacen sujeto y le preparan un lugar.

Es de vital importancia la función paterna–materna, al igual que la posibilidad de la diversidad del niño. Un niño ajustado al programa de condiciones seleccionadas en función de lo estético o los gustos ¿tendrá lugar de hijo o sólo de objeto adecuado, adquirido en una sofisticada góndola de supermercado según requerimiento de sus progenitores [13]?

Ni la adopción, ni una técnica de reproducción asistida, ni ser padres genéticos o biológicos garantizan la función de esa transmisión. No es la forma: si los padres son o no del mismo sexo, como se llamen, monoparentales, o como se los pueda neo nombrar; no es la cantidad: un par o cuatro pares de padres (si hay donación de gametos) sino cómo entran en función quienes van a constituirse en padres. Cómo se ubican, cómo se posicionan en un lugar, como encarnan el lugar para tratar de responder a la perfección que no existe, haciendo uso de sus marcas particulares. No obstante, no hay elección sin ley. No- todo es igual. No reconocer las diferencias traerá efectos de segregación.

La actualidad empuja a la ley a que se expida para legislar sobre lo imposible, por ejemplo la ley dice que no se puede legislar sobre lo que todavía no es persona.

El psicoanálisis, es una clínica demostrativa pues testimonia de ese real, lo que permite asumir las consecuencias de nuestro acto. Es una disciplina que ubica la tensión de que existe un margen, un imposible de absorber. Por lo tanto su política es respetar el privilegio del uno por uno que obstaculiza la homogeneidad del saber. Lo que no quiere decir que el psicoanálisis no reconozca la ley. Desde el psicoanálisis la ley a la que se apunta es a la que hace a un sujeto responsable de su deseo. Una ley que lo organice orientándolo a que asuma la responsabilidad de su acto. Esta ley también permite consentir a la elección de ser padre o madre, y el acto en consecuencia, ubicará a ese hijo en un lugar preparado por el deseo de esos padres o no. Por lo tanto podemos decir que la función paterna y materna está dadas por algo más que engendrar un hijo, que albergarlo en un vientre o quererlo para cumplir sueños personales. Para crear sujetos se necesita algo más que la mano de la naturaleza y de la ciencia. Se podrán clonar células, pero no se pueden clonar sujetos.

El psicoanálisis interroga al síntoma como acontecimiento de cuerpo pues no sabemos qué es estar vivo sino es porque un cuerpo es algo que se goza, se padece, o se disfruta. Pero no se goza o palpita sin corporizarlo de manera significante.

El sujeto hace uso de los recursos que le proporciona la cultura actual. El cuerpo desarreglado por la lengua muestra un cuerpo que deja de obedecer al saber natural, aún en contra de su bienestar.

Para operar con estos nuevos modos de expresión de la cultura necesitamos una clínica no estándar y consumidora de nuevas ficciones, [14] lo que daría paso a la posibilidad de un saber operar con ellas.

Desde el Psicoanálisis señalamos que el núcleo traumático tiene existencia, a partir del aprendizaje que el sujeto sufrió de la lengua.
Por lo tanto podemos decir que la función paterna y materna está dadas por algo más que engendrar un hijo, que albergarlo en un vientre o quererlo para cumplir sueños personales. Para crear sujetos se necesita algo más que la mano de la naturaleza y de la ciencia. Se podrán clonar células, pero no se pueden clonar sujetos.

No es menester de la ciencia, para hacer estos descubrimientos, ir más allá de la metodología científica. Incluso deben hacerse estrictamente ceñidos a la materia viviente e inerte, como objeto de investigación. No es función del psicoanálisis asumir una postura moral ni sancionar una ley, si ubica que el objeto de la ciencia es un sujeto. El Psicoanálisis es una disciplina que ubica la tensión de que existe un margen de error imposible de absorber. Su política es respetar el privilegio del uno por uno que obstaculiza la homogeneidad del saber.

Todo aquello que el hombre crea desordena la certeza de ese saber y reclama respuestas a lo desconocido, que creado, a veces nos supera en el tiempo, en la capacidad de formalizar leyes. Como el saber absoluto no existe nos queda hacer un buen uso de «eso» para lo que no tenemos respuesta. La promoción de tal uso se hace ahí donde el saber desfallece donde el espíritu del sistema es impotente.

Notas:
Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos: en la Conferencia General se destaca de esta declaración, «que el reconocimiento de la diversidad genética de la humanidad no debe dar lugar a ninguna interpretación de tipo social o político que cuestione la dignidad ..y los derechos inalienables de todos los miembros de la familia humana. Reconociendo que las investigaciones deben respetar plenamente la dignidad, la libertad y los derechos de la persona humana, así como todo tipo de discriminación fundada en las características genéticas».
[1] Consenso Internacional sobre Procreación Asistida, documento discutido durante dos meetings en Viena y Bruselas en 1995 y adoptado por la International Federation of Fertility Societies
[4] Lacan, J , escritos 1 Función y campo, p 309, de la décimo cuarta edición «…mejor que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época».
[5] Lacan, J., Seminario 27, inédito. Clase 10-6-1980 «El malentendido»
[6] Glenn McGee, El proyecto Genoma Humano y las pruebas genéticas reproductivas, Una ética saludable o la ética de la salud, Revista Orgyn 1997-1999. Número Especial.
[7] Utilizaciones de la clonación en la reproducción asistida terapéutica:En el marco legal de la reproducción asistida para una pareja estéril o de edad avanzada, una de las células germinales se obtiene frecuentemente de un donador extramatrimonial. La pareja podría preferir que la constitución genética de su hijo sea de uno de los padres más que de una persona ajena. La fecundación por núcleo de una célula de la madre o del padre le permitirá al ginecólogo ofrecer esta opción. Michel Revel,OPI/LAC/UNESCO N°23, Abril 1998.
[8] Caso citado por Graciela Brodsky en la Conferencia «Síntoma y sexuación» Barcelona , Enero de 2002.
[9] Alemán, Jorge Alemán Lavigne, Jorge y Sánchez , Sergio: El Inconciente: existencia y diferencia sexual, Editorial Síntesis, Madrid, 2001.
[10] ADN o DNA: Es la abreviatura de ácido desoxirribonucleico. Es la molécula que codifica los genes responsables de la estructura y función de los organismos vivos y transmite la información genética de generación en generación. Esta contenido en forma constante en todas las células con núcleo del organismo, cualquiera sea el tejido investigado. Lo que hace importante su identificación en medicina legal. El descubrimiento de su estructura en forma de doble hélice por Watson y Crick en 1953 inició el camino de la Biología molecular.
[11] Kornblhitt, Alberto, Argentino, biólogo molecular , profesor de la UBA e investigador del Conicet , conferencia en Ciencias Exactas, 2002.
[12] El Art. 5 de la Declaración de Manzanillo dice: Las pruebas genéticas y las acciones que se deriven de ellas tienen como objetivo el bienestar y la salud del individuo, así como las opciones reproductivas autónomas de las parejas. Ellas no deben ser utilizadas para la imposición de políticas poblacionales, demográficas o sanitarias, ni para satisfacer requerimientos de terceros tales como organismos de Estado, empleadores y compañías de seguro.
[14] Sobre la conferencia de Zamudio, Teodora
[15] Laurent, Eric, «El reverso del síntoma histérico», en: El caldero de la escuela, N° 77, junio de 2000.

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