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Edición
14

Frank Lloyd Wright El concepto de La Pradera

Chicago
Cuando a finales del 1800, en los suburbios de Chicago, las mejores casas mantenían el auge del estilo victoriano y reina Ana y toda la solidez se afianzaba en forma vertical, Frank Lloyd Wright introdujo el estilo de La Pradera. Este arquitecto concibió la construcción de una casa como una obra de arte en sí misma, valorando la horizontalidad en lugar de la altura e integrándola íntimamente al terreno y al entorno del que formaba parte.

Heurtley HouseHeurtley House

Aunque Frank Lloyd Wright diseñara casas, iglesias y edificios comerciales en diferentes estilos, él está asociado con lo que se denomina el estilo de La Pradera, que fecha a partir de aproximadamente 1893 hasta la Primera Guerra Mundial. Wright incorporó sus ideas filosóficas más significativas sobre la arquitectura y esto hizo que a sus cuarenta años ya fuera nacional e internacionalmente aclamado.

Neil Levine, en su libro La arquitectura de Frank Lloyd Wright atribuye el ímpetu de la Escuela de La Pradera al arquitecto Louis H. Sullivan de Chicago, con quien Wright trabajó antes de establecer su propio estudio. El grupo incluía, entre otros, a Dwight Perkins, Myron Hunt y Robert Spencer. Todos ellos, reunidos en el piso superior de Steinway Hall, trabajaron principalmente para los clientes de clase media alta del notable Oak Park, en los suburbios de Chicago, en el área rural de Illinois, Minnesota, Iowa, y Wisconsin. Según cuenta H.Allen Brooks en su libro The Prairie School: Franks Lloyd Wright and his Midwest Contemporaries, su trabajo «era una rebelión y reforma regional de lo que entonces ocurría en las artes visuales,…».

La naturaleza era la preocupación constante de Wright. Subraya Levine que Wright había ganado un aprecio por la naturaleza, particularmente la del Midwestern, a partir de haber trabajado durante los veranos de su adolescencia en la granja de sus tíos, en Wisconsin. Allí él podía observar el horizonte de la tierra, una línea que consideraba doméstica,democrática y liberadora. «En la pradera plana del Midwest, la extensión sería una muestra de protección, pues la altura era una modelo de la energía y del éxito en la ciudad». Significaría la comodidad, una cualidad con la que Wright quiso caracterizar sus edificios y en particular sus casas.

…observar el horizonte de la tierra, una línea que consideraba doméstica,democrática y liberadora.

En algunos pasajes del texto original para Wasmuth Portfolio: Los estudios y los edificios ejecutados de Frank Lloyd Wright (Berlín, 1910, páginas 14, 15, 16), Frank Lloyd Wright describen el estilo La Pradera:

La línea horizontal es la línea de lo domestico. La virtud de las líneas horizontales se invoca respetuosamente en estos edificios de Frank Lloyd Wright. Se puede afirmar que las pulgadas en altura ganan una fuerza enorme comparada con la extensión practicable sobre la tierra y, de hecho a los europeos este tipo de edificio, visto en el papel, les parece inhabitable. Sin embargo, derivan altura, ventilan absolutamente por otros medios y respetan una tradición antigua, la única en Norteamérica digna de respeto: La Pradera.

Considerando las formas y los tipos de estas estructuras, el hecho de que estos edificios fueron concebidos para la pradera, ellos ondulan, se levantan en los llanos del Midwest. Allí, donde cada detalle de elevación se exagera, cada árbol, una torre, sobre los grandes llanos tranquilos de superficies florecidas yacen serenos bajo el dominio maravilloso del cielo. La tendencia natural de cada cosa mal concebida es separarse y diferenciarse rotundamente en medio de la naturaleza perfectamente quieta. Por eso, y por otras razones económicas, todas las alturas innecesarias han sido eliminadas y se favoreció una relación más intima con el ambiente exterior para compensar la pérdida de altura.

La línea horizontal es la línea de lo domestico.

Las formas y los refinamientos de las mismas son quizás más elementales en carácter, de lo que había sido hasta ahora en arquitectura altamente desarrollada. Las formas ornamentales de un ambiente propio se deben diseñar para usarlo bien y para ser vivido. Esto quiere decir que deben ser tranquilas, no llamar especialmente la atención y mantenerse lejos de las tendencias realistas, para que el sentido de la realidad pueda tomarlas. Los buenos colores, las texturas suaves, los elementos vivos, la belleza de los materiales reveladores y utilizados en el esquema, son los medios de la decoración preciados puramente como tal.

Y es también casi imposible considerar el edificio una cosa, su amueblamiento otra y el ambiente y su organización, otra diferente aún. El espíritu con que estas construcciones se conciben implica que todos los elementos que la conforman son una sola cosa para ser previstos y provistos para la naturaleza de su estructura. Todos son meros detalles estructurales de su carácter y de su unidad. La calefacción, los accesorios de iluminación, hasta las mismas mesas y las sillas, los gabinetes y los aparatos de música, siempre que sea posible, son parte del edificio mismo. No se admiten electrodomésticos o accesorios puramente como tales allí donde las circunstancias permiten el desarrollo completo del esquema de la construcción.

La tendencia natural de cada cosa mal concebida es separarse y diferenciarse rotundamente en medio de la naturaleza perfectamente quieta.

Los revestimientos de suelos y los cuadros son tan parte de la casa como el yeso de las paredes o las tejas en la azotea. Esta característica del desarrollo es la que ha dado mayor problema, debido a las dificultades inherentes a la unidad de concepción y ejecución, que son necesarias. Para hacer que los elementos sean suficientemente livianos, de características agraciadas y flexibles para el uso informal de una vivienda, se requiere mucho más tiempo, elaboración conceptual y dinero que lo usual.

De este modo se logra hacer de una casa una obra de arte completa en sí misma, tan expresiva como hermosa y más íntimamente relacionada a la vida que cualquier escultura o pintura separada, prestada libre y convenientemente a las necesidades individuales de los habitantes. El esquema que Wright propuso da lugar a una entidad armoniosa, abarcando el color, el patrón y la naturaleza de los componentes, y alcanzando en sí mismo una real expresión de su carácter.

Una cosa en vez de muchas cosas; una gran cosa en vez de una colección de cosas pequeñas.

Por aquel entonces se pensó que esa era la oportunidad americana moderna, «Una vez que está fundada, se convertirá en una tradición, un adelanto en relación a esos días en que una vivienda era un arreglo de cuartos separados, meros compartimientos para contener la combinación de los muebles, la utilidad del confort no está presente.»

Una entidad orgánica como ésta, en contraste con los agregados es seguramente un ideal más alto de la unidad, una mayor y más intima elaboración para alcanzar expresar la propia vida en un ambiente. Una cosa en vez de muchas cosas; una gran cosa en vez de una colección de cosas pequeñas.

Notas:
Frank Lloyd Wright (1867 – 1959), Arquitecto norteamericano. Estableció el estilo arquitectónico de Las Casas de La Pradera en Chicago, a principios de 1900.
Material compilado de http://www.westcotthouse.org

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