Es en la metáfora de las ciudades y lo humano donde comencé a percibir los símbolos, las presencias y huellas del mundo de la naturaleza y la relación se me hizo inmediata: el árbol y sus partes como sujeto se plasmó ante mis ojos. Desde entonces la poesía y la imagen se unieron en la manera de encuadrar y concientizar esa presencia,» dice la fotógrafa.
«Entre el cielo y las tierras» es el nombre de una exhibición protagonizada por la pintora María Constanza Villareal y la fotógrafa María Fernanda Hubeaut. En esta aventura visual, ambas artistas oriundas de la ciudad de Santa Fe en Argentina, se han encontrado en la distancia y se han acercado a través de sus búsquedas personales en sus obras. Durante dos años el dialogo que mantenían, las remitía a coordenadas que unían, plasmaban y giraban alrededor del árbol como símbolo sujeto de sus miradas en sus entornos.
Para María Fernanda Hubeaut el tema era extremadamente sensible y clarificador, residente en Estados Unidos por 10 años sentía que su arte era imposible separarlo de su carrera periodística y de sus viajes. Mi obra es una puesta en escena de la reflexión que surge de mi actividad diaria de foto reportera. Es en la metáforade las ciudades y lo humano donde comencé a percibir los símbolos, las presencias y huellas del mundo de la naturaleza y la relación se me hizo inmediata: el árbol y sus partes como sujeto se plasmó ante mis ojos. Desde entonces la poesía y la imagen se unieron en la manera de encuadrar y concientizar esa presencia, dice la fotógrafa.
La ciudad objeto de meditación» Serie de la mujer – «El sueño 2» Fotografía en película Maria Fernanda Hubeaut
Algo que por su lado también estaba haciendo María Constanza Villareal en su búsqueda al haberse radicado definitivamente en la ciudad de Buenos Aires: El primer encantamiento lo tuve con la permanencia. En el medio de una ciudad metrópolis, viva y temperamental, llena de flujos en transito como yo misma, la presenciade árboles centenarios como seres intemporales arraigados me impulso a repensarla idea de un desplazamiento de otra naturaleza, a través de la permanencia. El árbol me habló de la trayectoria en el tiempo y el espacio de un ciclo que en su movimiento espiralado dibuja puentes: entre el cielo y la tierra al crecer elevándose, o entre el pasado y el presente, a través de la permanente continuidad de esos ciclos.
Y es allí donde aparece la fuerza de la diversidad contenida como signo en la unicidad del árbol sujeto. Ya la emanación real de ese sujeto presencia se capturó en el instante en que se disparó el obturador. Una vez allí, comienza el otro encuentro, el que María Constanza Villareal hace evidente con sus tintas con sus líneas dibujadas sobre la fotografía. Surgiendo del supuesto vació del encuadre, bordeando las fronteras, nuevos significantes que están engendrados en la unicidad fotográfica. Como un proceso real de germinación surge la obra en conjunto, complementando lenguajes, amplificando sentidos.
Philippe Dubois define a la fotografía como un acto epistémico ya que dice de ésta: que es una verdadera categoría de pensamiento, absolutamente singular y que introduce a una relación especifica con los signos, con el tiempo, con el espacio, con lo real, con el sujeto, con el ser y con el hacer. Es desde esta conciencia fotográfica donde María Fernanda Hubeaut selecciona sus encuadres. Y es allí donde aparece la fuerza de la diversidad contenida como signo en la unicidad del árbol sujeto. Ya la emanación real de ese sujeto presencia se capturó en el instante en que se disparó el obturador. Una vez allí, comienza el otro encuentro, el que María Constanza Villareal hace evidente con sus tintas con sus líneas dibujadas sobre la fotografía. Surgiendo del supuesto vació del encuadre, bordeando las fronteras, nuevos significantes que están engendrados en la unicidad fotográfica. Como un proceso real de germinación surge la obra en conjunto, complementando lenguajes, amplificando sentidos.
«Salvia Vital» Tinta sobre tela María Constanza Villareal
Es este nuevo lugar metafórico, en donde se puede repensar el sentido de la permanencia, la transformación, las raíces, la migración, y la identidad abriendo una nueva significación inspirada en la corporeidad arbórea. Al respecto Constanza Villareal dice: este trabajo surgió como una evolución de ‘cronotopologias’, una serie de dibujos acerca de la consciencia de los ritmos temporales que trascienden en su verdadera dimensión el mecanismo visible de la medición del reloj. En esta serie comencé a explorar matericamente la idea de tiempo propiamente dicho en la laboriosidad de la trama de tinta que crece sobre la tela, dejando que dimensiones no visibles se manifiesten en el proceso, como la consciencia y experiencia temporal. Esta trama en el tiempo y la manifestación de procesos invisibles son luego retomadas en la serie de los árboles, repensando a través de ellas el misterio cósmico de transformación, muerte y vida por los que atraviesa el ser árbol en migración hacia su destino, ascendente como individuo y como comunidad.
Esta trama en el tiempo y la manifestación de procesos invisibles son luego retomadas en la serie de los árboles, repensando a través de ellas el misterio cósmico de transformación, muerte y vida por los que atraviesa el ser árbol en migración hacia su destino, ascendente como individuo y como comunidad.
Maria Fernanda Hubeaut por su parte, afirma que este trabajo está íntimamente ligado a su serie La Ciudad Objeto de Meditación: En esa serie abordé la metáfora de lo humano en relación a la ciudades y a las huellas de ésta en los resquicios de las eternas repeticiones de lo insaciable, salvaje y mínimo de nuestra naturaleza. La serie contiene lo femenino, lo masculino y el espacio. Y en todas aparece el árbol y sus partes contenidas en la dimensión del cielo y la tierra. Por ejemplo en la serie de la mujer queda expuesto claramente el proceso de muerte, regeneración y germinación. Todas partes de un proceso vital y también artístico. El mismo proceso que luego me condujo a capturar esa serie de árboles en Menorca, que utilizamos junto a María Constanza Villareal para crear nuestra obra en conjunto.
La muestra se presentó en la casa de Santa Fe, en Buenos Aires, en mayo del 2008.
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